Por Andrés Resillas/Primera parte/
También en Michoacán se registran los presuntos culpables.
Ahora le correspondió a un Moreliano, de nombre Roberto C.R., que para su mala fortuna fue detenido por Agentes Ministeriales de la Procuraduría de Justicia de Michoacán, los cuales le fabricaron el delito de distribución de drogas sintéticas.
Roberto fue detenido el 24 de septiembre del 2015 en una de las avenidas de Morelia; esperaba el colectivo para llegar a su trabajo cuando una camioneta de la Policía Ministerial llegó y con lujo de violencia los policías lo detuvieron.
Eran las 11:30 de la mañana y Roberto no sabía que la pesadilla de su vida había llegado.
De inmediato el sistema de tortura fue iniciado por los agentes ministeriales. Después de que lo subieron a la camioneta le quitaron todas sus pertenencias y empezaron a golpearlo. Lo acusaban de vender drogas, pues les pareció “sospechoso” que estuviera parado en la esquina de la calle donde lo detuvieron.
Relata que por más de dos horas lo trajeron dando vueltas por el libramiento de Morelia y en los alrededores del Estadio Morelos y la colonia El Realito.
Roberto narra ese episodio alterado, como si hubiera ocurrido ayer; su rostro se enrojece cuando recuerda la forma en que lo trataron los policías estatales.
Eran tres los ministeriales que lo llevaban preso. Uno de ellos, llamado el “Comandante León”, revisó el teléfono celular de Roberto y le cuestionaba cada uno de la lista de contactos.
-“¿Quién es este, cabrón, a qué se dedica? Le preguntaba constantemente el policía ministerial, al tiempo que lo golpeaba en la cabeza.
Pasaron las horas y Roberto fue remitido ante el Ministerio Público Federal después de las 20 horas de ese día. Más de ocho horas había estado en manos de los policías ministeriales. El “Comandante León” se quedó con su teléfono celular. Roberto recuerda perfectamente el número de su línea telefónica 4432570703.
Los policías presentaron también varios envoltorios de drogas, las cuales supuestamente habían sido confiscadas a Roberto.
Un juez federal lo vinculó a proceso por el delito de narcomenudeo y Roberto fue enviado al penal de Hermosillo, Sonora.
En el juicio oral Roberto y su defensa demostraron que era inocente.
Los policías y la Fiscalía ofrecieron datos falsos de la forma, lugar y hora de la detención de Roberto. Ellos decían que la detención había ocurrido a las 18 horas y que fue infraganti.
Gracias a las cámaras del entonces C-4 se pudo constatar cómo fue la captura de Roberto: a las 11:30 de la mañana en una esquina, cuando estaba esperando el transporte público. Y no distribuyendo drogas como afirmaban los agentes.
Tuvieron que pasar quince meses: de septiembre del 2015 a enero del 2017, para que la justicia concluyera que Roberto era inocente.
El pasado cuatro de enero fue liberado y regresó a su natal Morelia. Ahora ya tiene un empleo de pintor y se está recuperando de la amarga experiencia.
Pero el destino le tenía preparada otra sorpresa en relación a su encarcelamiento: no sabía que le volvería a ver la cara al famosísimo “Comandante León”.
Pero eso, se los contaré en la siguiente entrega…
Como este caso existen muchos,hay infinidad de victimas que están privados de su libertad, tan solo por el abuso de poder de quienes representan la autoridad, en algunas ocasiones por cubrir estadísticas. Va contra la dignidad de de las personas, una vez dañada la imagen es difícil recuperar la credibilidad, ademas del daño moral que estas acciones corruptas originan a la familia.