OPINIÓN: CÓMO RESPONDER A LA POLÍTICA DEL ODIO DEL GOBERNADOR. Por el profesor Juan Pérez Medina

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Silvano Aureoles, para llegar a ser gobernador, tuvo que venderle su alma al diablo. No le dio trabajo, pues nunca estuvo cercano al cielo. Cuando fue presidente municipal de Zitácuaro, al término de su mandato, se le acusó de haber desfalcado el ayuntamiento. La prensa le dedicó a este caso muchas páginas durante mucho tiempo. Al frente de SEDRU, años después, la situación no cambió. Cada vez que lo han puesto en donde hay dinero deja la sensación de que se va “con cola que le pisen”.

La primera vez que fue candidato y perdió con Fausto Vallejo quedando tercero en las preferencias, se notó que le faltó dinero. Su posición en el Congreso de la Unión como coordinador de la bancada de su Partido el PRD le abrió las puertas a la gubernatura; pues se hizo amigo de Manlio Fabio Beltrones y de ahí del propio Peña Nieto. Su posición política sufrió en esos tres años (posición ideológica de izquierda nunca tuvo) un giro de 180 grados, colocándolo entre “los peñabots” más recalcitrantes.

Su proclividad a los acuerdos cual fueran éstos, sin importar el interés general, pero sí su personal interés lo llevó a impulsar el nefasto “Pacto por México”, con el que se abría la puerta a la concreción de las reformas estructurales, que han reducido al mínimo el control de la nación mexicana de sus bienes y, por tanto, de su destino como país independiente.

En la cámara de diputados se convirtió en uno de los más incisivos promovientes de la aprobación de las propuestas de Peña Nieto. Así comenzaron a llegarle los favores en cantidades muy onerosas de dinero, convirtiéndose en el mejor gestor de la entidad, incluso mejor que el propio Fausto Vallejo. Por vía de su presencia en la Junta de Coordinación Política del Congreso recibió recursos de las dependencias federales para su promoción y reposicionamiento en la entidad. Cuando fue electo candidato la sensación generalizada era del candidato más fuerte y lo demostró con creces al realizar el mayor derroche de recursos en campaña cual si fuera el candidato oficial. Así fue como el PRD recuperó la gubernatura de Michoacán para Peña Nieto, a través del apoyo económico y político de su amigo Beltrones.

En el camino a su asunción, Silvano se comprometió a concretar en la entidad la Reforma Educativa de Peña y lo afirmó sin empacho apuntando a los maestros de la CNTE, convirtiéndose desde entonces uno de los gobernadores favoritos del régimen al cual Peña ha visitado infinidad de veces. La presencia de los funcionarios de la federación se ha hecho cotidiana y los programas sociales como la el de la Cruzada contra el hambre han sido parte fundamental de la política de sustentabilidad y promoción de su gobierno.

Pero la realidad es terca. Los maestros michoacanos de la CNTE fueron dándose cuenta de que se enfrentaban a un alfil del gobierno federal en tanto Silvano llenó de policías federales la entidad con la finalidad de frenar los intentos de resistencia a las medidas del PRI-Gobierno. Así ha sido hasta hoy. En cada acción para intentar concretar la nefasta reforma educativa, los protagonistas han sido además de los afectados en lucha, la policía, cuyo número llegó a rebasar la cifra de los 4 mil. En todo este tiempo, como paradoja, la criminalidad ha ido en ascenso, sobre todo en contra de las mujeres, en donde la situación ha crecido en proporciones alarmantes.

Pero a cada amenaza, a cada embate, a cada agresión los maestros han respondido con la acción organizada de sus fuerzas convirtiendo la entidad en una zona de confrontación popular, como lo ha sido en otras entidades donde la CNTE mantiene una fuerte presencia.

La confrontación contra este sector de la sociedad pensante y actuante subió de tono a tal grado que se convirtió en un elemento de seguridad para el gobierno. De esta manera, el gobernador tuvo que hacerse acompañar de los cientos de policías a los lugares que visitaba cual si estuviéramos en estado de guerra; pues los maestros se presentaban a ellos para echar por tierra su lucimiento y dejar constancia de su enérgica protesta.

Lo que va de su gobierno ha sido el tiempo de esta confrontación que con el paso de los días se ha recrudecido a tal grado que Silvano se ocupó de hacer de su discurso en cualquier lugar donde se paraba ante los medios y la gente una diatriba de odio hacia los maestros de la entidad. Por su boca han desfilado epítetos dirigidos a los maestros junto con acusaciones que son unas “lindeces”: culpables los quebrantos económicos de la entidad, flojos, mentirosos, corruptos, salvajes, delincuentes, responsables de la baja calidad educativa, etc., llegándolos a comparar con Hitler y Mussolini.

La orientación mediática ordenada por el gobierno federal y, sobre todo, por los dueños de los medios de comunicación (de ellos es esta reforma), ha sido no sólo permitida, sino impulsada con creces por el gobierno estatal con Silvano al frente de ella, intentando dejar en el subconsciente de la gente que los maestros dela CNTE son el mal mayor de la entidad por encima, incluso, del crimen organizado; con la intención de aislar a los maestros y facilitar o justificar la represión que los obligara a subordinarse.

Hoy, la CNTE ha logrado romper con la estrategia del gobierno peñista de negar la interlocución y anteponer la represión. Ha tenido que reconocer que la CNTE existe y debe ser escuchada y no solo combatida y satanizada, -que esto es algo que no dejarán de hacer-, gracias a la combatividad chiapaneca y oaxaqueña; a la ola creciente de descontento magisterial en el país; al incremento del apoyo solidario del movimiento social; a las muestras de condena internacional hacia el gobierno y, sobre todo; a los muertos de Nochixtlán, que cambiaron de la noche a la mañana el escenario de la confrontación.

Con ello, Silvano ha tenido que reconocer esa circunstancia le guste o no y a pesar de su creciente odio a los maestros. En días por venir el escenario sufrirá algunos cambios significativos y, ya entrado agosto, se espera una nueva etapa de la confrontación, que sólo amainará por estos días de receso vacacional.

Pero la pregunta central es: ¿Cuál será la actitud de los maestros en lo sucesivo en relación a la figura del gobernador? Por mi parte, se ha convertido en la primera persona “non grata” de la entidad, Sería bueno que asumiéramos la consigna de que “Silvano no va a mi escuela” y negarnos a que se lleven a cabo eventos con su presencia. Por igual, habría que dejar asentado que los maestros de la entidad no participaremos en acto alguno de lucimiento del gobernador para que no se molesten en invitarnos. Sería una digna actitud con relación a la suya.

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