Por Juan Pérez Medina (Red MovPAP)
En esta última semana hemos visto la liberación de los dirigentes de la Sección 22 del SNTE en Oaxaca, último logro de la lucha sostenida por los maestros de la CNTE en contra de la reforma educativa de Peña Nieto. La liberación de Rubén Núñez y Francisco Villalobos ocurre, en un momento en que los empresarios, verdaderos creadores de la reforma, a través de “Mexicanos Primero” han subido el tono de su protagonismo al amenazar con llevar a cabo un paro empresarial y dejar de pagar sus impuestos si el gobierno federal no “aplica” la ley y somete a los maestros en rebeldía, sobre todo en Oaxaca. La clase empresarial intenta sustentar sus acciones en las supuestas “enormes pérdidas” que han tenido ante las acciones de protesta de la CNTE, que ellos califican como delincuenciales y que han medrado sus opíparas ganancias y, sobre todo, han afectado la “paz social”; aun y que han sido los maestros los más afectados y sin haberlo pedido.
Ante la fortaleza del movimiento magisterial que ha puesto en predicamento la estrategia gubernamental, logrando que las acciones de la reforma se empantane y que los despidos y las sanciones a maestros y maestras queden sin efecto; los empresarios encabezados por el nefasto Claudio X. González y un grupo de grandes empresas han salido a presionar al gobierno para que no siga cediendo a las exigencias de la CNTE y detener un posible fracaso en la intención de imponer su visión empresarial en el sistema educativo.
Lo cierto es, que el haber cedido a la libertad de los dirigentes del magisterio de Oaxaca en los últimos días debe interpretarse como una medida más para intentar destensar un poco la elevada crispación y tratar de que el inicio del ciclo escolar 2016 – 2017 inicie de manera normal el próximo 22 de agosto en todas las escuelas del país. Pero el gobierno sabe que el problema de fondo con el que se inició está gigantesca ola de protestas en todo el país no está resuelta y que el ciclo escolar, por tanto, se verá afectado y las consecuencias podrían ser incalculables ante una inconformidad social creciente y un aumento en la beligerancia entre las principales clases sociales.
Ante esto, la CNTE debe fortalecer su estrategia y dirigir sus esfuerzos hacia la construcción más amplia de la unidad de los trabajadores del país y de todos sus referentes y avanzar con el pleno respeto a todos los esfuerzos organizados y sus propios ritmos hacia la construcción de una plataforma mínima poderosa que no sólo demande la abrogación de la reforma educativa, sino que vaya mucho más allá y ponga en tensión al país hasta lograr la renuncia del actual gobierno mediante una serie de acciones consensuadas en todo el país y entre todos los sectores populares, tanto campesinos, como estudiantiles, sindicales y civiles. La unidad debe sobrepasar las demandas particulares y sostenerse en las que son del ámbito político y económico que nos han afectado. Cuestiones como el castigo a la corrupción y la impunidad, comenzando por llevar a juicio al Peña Nieto; por la derogación de las reformas estructurales ante su evidente fracaso; por más y mejores empleos y contra la privatización de la seguridad social y; contra el modelo económico neoliberal.
En el camino la CNTE debe realizar ya una revolución educativa que comience al revés que cómo ha sido hasta ahora, sobre todo en la entidad; en decir, que comience haciendo antes que teorizando. La propuesta educativa alternativa no debe quedarse en dichos, sino ir al centro del asunto y cambiar la faz de la actividad educativa sustentada en la práctica tradicional bancaria, como lo refiere Freire. Se trata de desafiar nuestras capacidades creadoras y reestructurar la organización escolar y el mismo currículo. Es necesario acabar con el negocio, que es innegable que existe, de las editoriales y plantearnos llevar a cabo una acción educativa centrada en las necesidades de aprendizaje de los alumnos en lo general y en su propia individualidad. Desechar los planes y programas de estudio (que no los libros de texto), y establecer objetivos educativos elaborados de manera conjunta con los alumnos (donde sea posible) y con los padres de familia y establecer nuevas rutas de autonomía verdadera.
En este camino, la intención es que surja el desafío a lo ya planeado y se replanteé el quehacer pero junto con los implicados en el proceso educativo y desde una cultura del cuestionamiento y la emancipación. La educación alternativa debe sustentarse en la construcción de un nuevo referente ciudadano crítico y reflexivo, en la búsqueda de un hombre nuevo tal y como lo planteara el CHE.
Lo anterior reclama de una discusión en este sentido con los maestros y maestras y también con los directivos del sistema a fin de que se conviertan en facilitadores de este proceso y abandonen la inercia de la verticalidad del ejercicio del poder institucional. Tal vez sea necesario avanzar hacia la integración de un elemento por zona escolar para que coordine las acciones que este nuevo desafío necesita.
Este nuevo proceso también necesita de la construcción de un nuevo pacto entre el magisterio y los padres de familia en donde se recompongan las relaciones de cooperación mutua y se establezcan los mecanismos necesarios para que ellos sean partícipes reales en esta nueva y significativa empresa, sobre todo en aquellos lugares donde la relación está rota por una inadecuada atención e incluso, por incorrectas prácticas ejercidas por los maestros y/o directivos y que en la entidad no son pocas. Ojalá y este sea el asunto toral en el próximo seminario del Educador Popular que llevará a cabo la Sección XVIII en esta semana que está iniciando.
Antes de anunciar el retraso del inicio del ciclo escolar, el magisterio en lucha debe llegar a la escuela y establecer comunicación con los padres de familia y los alumnos y avanzar en la construcción de su propio diseño y formas de participación en la lucha, en donde los padres de familia no sean “apoyadores”, sino protagonistas.
Dentro de esta estrategia debe de convocarse a reuniones de Mesas Directivas con los representantes sindicales en condiciones de igualdad y en donde los acuerdos sean de ida y vuelta procurando que la dinámica no acabe imponiendo nuestra visión como ha ocurrido hasta hoy. A la par, es necesario organizar foros sindicales en todo el estado en donde se convoquen y participen los trabajadores de los diferentes sindicatos en la construcción de un gran foro estatal que se encamine hacia la integración de un gran frente sindical de lucha en la entidad sostenida por una plataforma común orientada por la lucha nacional.
Ir a la confrontación implica estar preparados y no sólo actuar respondiendo a la acción en contra del gobierno. Hay que ir a la ofensiva fortaleciendo el Plantón estatal y nacional y haciendo que se conviertan en verdaderos espacios estratégicos de lucha, sobre todo en Michoacán, en donde el plantón roba tiempo, desgasta a los maestros y produce tan poco cuando siendo un espacio crucial y estando formado por maestros, no rinda lo que potencialmente tiene. Las acciones que mantienen a los docentes por horas sin más son en muchos sentidos inútiles. Es necesario convertir el plantón en un elemento central de la lucha, capaz de elevar la conciencia y fortalecer la correlación de fuerzas.
El ciclo escolar está por comenzar y hay, sin duda mucho que hacer para todos nosotros. Y para lograrlo debemos tener muy claro el nivel de la confrontación, las fuerzas con que contamos y la el potencial que tenemos, para que la lucha se vuelva mucho más estratégica y con mayor certidumbre. Viene otro round.