
Las declaraciones del gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez en el sentido de romper el pacto fiscal firmado en 1978 con la federación, en donde se establece los criterios de distribución de los recursos públicos a las entidades, también plasmados en el Art. 4º-A y 4º-B de la ley de coordinación fiscal, si bien no representa un punto de inflexión en la estrategia de AMLO para enfrentar la crisis de la actual pandemia sanitaria (coronavirus), si debe ser una señal de alerta.
En esta misma postura están los gobiernos de Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, con el riesgo que haya una cadena de contagio y se sumen otros a este frente común de rebelión fiscal para darle otro apretón a la tuerca Y lograr que el gobierno de AMLO descarrile su plan de recuperación económica elaborado por la contingencia y de esos 60 mil millones que anuncio el presidente para créditos a los pequeñas negocios, les asigne recurso y brinde incentivos fiscales o inyecte dinero a las grandes empresas como era costumbre en gobiernos pasados.
El “hartazgo” esgrimido por los gobernadores de oposición por los presuntos abusos de la federación y esta pretendida rebelión fiscal para romper el pacto federal, serían acciones con serias repercusiones legales y con altos niveles de confrontación, que revela nerviosismo, desesperación y mucho odio de quienes están peligrosamente decididos a romper el orden constitucional, para provocar una agitación política que conduzca al derrocamiento del presidente no precisamente por la vía democrática, o por lo menos, desgastarlo lo suficiente para debilitar su liderazgo.
Ganarle al presidente la mayoría del congreso el 2021 ya es un tema de sobrevivencia para la derecha y saben que no será fácil en el corto plazo, por lo menos no por la vía electoral. Por eso se ha arreciado el golpeteo y por eso, también, la contrapropuesta de mandar la revocación de mandato hasta el 2022, así podrán ganar tiempo para seguirle pegando y si sale lastimado ante la actual crisis sanitaria, esperar el milagro del sagrado corazón de Jesús calderón Hinojoza de “haiga sido como haiga sido”, sacarlo de la presidencia. En efecto, más allá del argumento de no querer contaminar la elección intermedia con esa consulta, en el fondo les aterroriza imaginar el nombre del presidente en la boleta electoral.
El discurso que debiera ser un llamado a la unidad nacional para enfrentar a un enemigo común (CVOVID-19), está siendo suplantado por cálculos políticos y antagonismos que fomentan división social y esbozan señales peligrosas de un escisionismo balcánico desconocido para México, pero capaz de conducirlo a una catástrofe política.
En la antigua Yugoslavia los movimientos separatistas que iniciaron en los 90s la condujeron a un baño de sangre que duro 18 años( desde 1990 hasta 2008 con la separación de Kosobo de serbia) con más de cien mil muertos y que, no obstante, las nuevas repúblicas en 30 años no han encontrado los niveles de bienestar que motivaron el sangriento colapso del extinto país europeo. Peor el remedio que la enfermedad.
Afortunadamente, México es un país con una estructura demográfica muy homogénea; comparte casi la misma religión, misma cultura, mismo idioma, mismo origen étnico, mismas fronteras, además que no cuenta con territorios autónomos, lo que ha contribuido a la unidad nacional y no favorece a caldos de cultivo para movimientos separatistas.
Sin embargo los gobiernos que se han instituido en nuestro país bajo la sombra del neoliberalismo en los últimos 30 años, han dejado vestigios de evidente supremacía económica, principalmente por la inequidad en la distribución de la riqueza nacional, creando un pequeño grupo de privilegiados y generando una enorme cantidad de pobres e inconformes entre campesinos e indígenas, que por sus niveles de pobreza y desorganización, han sido los más castigados por este modelo.
La tendencia xenofóbica de algunos políticos y empresarios hacia los pobres hoy en dia están llegando al límite, se percibe cuando se escuchan cada vez más fuerte voces que claman que los impuestos recaudados no deberían ser usados para programas de atención a los pobres de México y si al rescate de las empresas privadas “porque son las que generan empleos y pagan impuestos”, pero nunca dicen que al amparo del poder y gracias al salario de hambre pagado a sus trabajadores lograron grandes patrimonios que ahora los lleva a vivir en el dispendio y a pensar diferente, incluso hasta asumir posturas separatistas y discriminatorias contra el mismo pueblo que los enriqueció
El gobierno federal tendrá que jugársela echando su resto; está obligado a entregar buenas cuentas a los mexicanos en medio de esta crisis de salud, agilizar los apoyos para que la recuperación económica sea pronta y no tan dolorosa , será la etapa concluyente que le dará los bonos ciudadanos para salir avante en el primer ejercicio de revocación y asegurar sin mucho despeinarse, su permanencia en el poder hasta el 2024.
El grupo que enfrenta es aun poderoso e implacable; cuenta con empresarios muy ricos e instituciones leales que controla con mucho dinero, pero es mucho más lo que pretenden recuperar y sin duda no le pensaran para seguir invirtiéndole al negocio que les permitió vivir muchos años en la opulencia.