POR ANDRÉS RESILLAS//
Carlos era un Policía Ministerial acostumbrado a tratar con delincuentes y su trabajo era entregarlos a la justicia, pero ahora es acusado del secuestro de un impresor moreliano.
La Fiscalía, esa para cual trabajaba, ahora lo señala como presunto secuestrador y de haber utilizado la camioneta y el estacionamiento de la Procuraduría de Justicia para consumar presuntamente el ilícito.
Todo comenzó con la venta de una motocicleta. Una persona consumó la venta y le dijo al nuevo propietario que acudiera a una imprenta para que le entregara la factura correspondiente. Este nuevo propietario fue detenido con la moto y confesó que se le entregarían en dicha imprenta.
Eso bastó para que Carlos, “El Negro” o “El Comandante León” concluyera que el impresor era un falsificador de documentos oficiales y fue a la imprenta por su dueño.
Lo subió a la camioneta oficial de la Procuraduría de Justicia y lo acusó de estar cometiendo delitos.
De acuerdo a la imputación de la Fiscalía, Carlos le exigió al empresario la cantidad de 300 mil pesos para dejarlo libre, de lo contrario, lo consignaría ante el Ministerio Público.
Martín, el impresor, al participar en las pruebas testimoniales señaló que el “Comandante León” le proporcionó un teléfono celular para comunicarse con su esposa y le dijera que tenía que conseguir los 300 mil pesos.
El teléfono de Roberto hizo su aparición, el número 4432570703, fue utilizado para llamar a la esposa del impresor y exigirle el rescate. Esto ocurrió el 25 de septiembre del 2015, es decir, 24 horas después de que, de acuerdo a Roberto, los policías, entre ellos Carlos, le decomisaran el aparato de comunicación.
La esposa del impresor trató de conseguir el dinero, pero no lo logró. Ofreció 60 mil pesos a los captores de su esposo y la citaron en el estacionamiento de la Procuraduría de Justicia del Estado.
Llegó a la dependencia y buscó el vehículo en el estacionamiento. La operación se consumó.
Ahora en el juicio oral en su contra, Carlos ya cambió de Defensa. De una privada, a la de oficio y a la que tiene derecho conforme a la ley.
Pero sus errores lo están hundiendo. Lejos de escuchar a los especialistas está haciendo propuestas equivocadas. Durante las audiencias se puede observar a un Carlos muy participativo, de manera constante consulta con sus abogados.
Pero en el juicio oral, como se puede apreciar, no le está yendo muy bien.
El juicio ya está avanzado. Es la etapa de los alegatos y presentación de pruebas. Los testimonios de testigos ya fueron desahogados y falta poco para cerrar esta etapa. Después, el juez dará su veredicto.
También se observa a una Fiscalía decidida a encerrar en prisión a Carlos, su ex agente ministerial; parece que lo que quieren castigar de manera ejemplar.
Pero mientras no termine el juicio, y se demuestre lo contrario, Carlos goza de la presunción de inocencia.
Puto procurador que poca madre tienes!!!! Saca a tu gente de morelia pinches ratas corruptos!!!!