POR ANDRÉS RESILLAS//
El Tribunal de Enjuiciamiento declaró culpable a Carlos Alberto M. del delito de homicidio calificado en agravio del joven Crhistian M. cometido el tres de mayo del 2015 en la comunidad de El Salitre, municipio de Chucándiro. Sólo resta que se resuelva el castigo que purgará.
Fiscalía y Defensa del imputado se enfrascaron en sus últimos alegatos y conclusiones durante la audiencia oral; finalmente los tres jueces que conforman el Tribunal de Enjuiciamiento resolvieron declararlo culpable.
Fue una jornada difícil para Carlos Alberto. Luego de varios meses de juicio, por fin llegó la resolución; su familia, originaria de Huandacareo, lo acompañó en todas las audiencias públicas y juntos escucharon el fallo.
También el padre de Crhistian demandó una vez más justicia; mientras que el imputado reclamó su inocencia.
“Señores jueces, yo sólo quiero justicia para mi hijo y mi familia; su muerte acabó con mi familia, con todo; fue mucho el daño que nos ocasionó este señor”, afirmó Héctor M.
En su última intervención, Carlos Alberto le respondió a la víctima indirecta: “Crhistian era mi amigo; yo no lo maté; también a mí me destruyeron mi vida; no sé de mi familia, de mis hijas, yo también perdí todo”, afirmó consternado.
Los jueces afirmaron en su resolutivo que los testimonios de vecinos, amigos y familiares de Crhistian fueron conformando el desarrollo de los hechos, que culminó con el asesinato del joven.
Se comprobó que Carlos Alberto estuvo en el lugar y hora en que ocurrió el homicidio; todos los testigos afirmaron que estuvo tomando cervezas con Crhistian.
Sólo el hermano de la víctima, José Manuel, afirmó que estaba a 20 metros del sitio y que al escuchar un disparo observó como Carlos Alberto huyó luego de dispararle en la cabeza a Cristhian.
Otros dos testigos que estaban por fuera de la tienda de abarrotes “Ceja” fueron los únicos que estaban cerca, pero narraron que al momento de escuchar el disparo corrieron a protegerse, por lo que no pudieron observar lo sucedido.
El peritaje indica que Crhistian recibió el disparo en su cabeza casi a quema ropa. Por las condiciones de la herida se estima que 50 centímetros separaron el cañón del arma con la humanidad de la víctima.
Y es que no había nadie más. Los dos únicos testigos que estaban a unos tres o cuatro metros de Carlos Alberto y Chistian se presentaron a declarar. Al principio, a uno de ellos no se le localizaba por estar en Estados Unidos, pero finalmente se presentó.
Carlos Alberto argumenta que se retiró del lugar antes del asesinato, pero nunca lo pudo comprobar su defensa.
Su abogado alegó que la Fiscalía jamás estableció el móvil del asesinato y que como Carlos Alberto era forastero, todos los amigos y familiares de la víctima lo señalaron como el culpable, pero que en realidad nadie observó que lo asesinara con la pistola calibre 25.
Carlos Alberto acusó al padre, Héctor M. y a su hijo Juan Manuel, de haber mentido en el juicio, pues el segundo de ellos no estaba en la escena y el primero declaró que observó cuando él se daba a la fuga en su camioneta pick blanca, lo que, afirmó, es falso.
En los alegatos finales Carlos Alberto estaba sudando y se le notaba nervioso, serio. Sabía que faltaba poco para que se definiera su futuro y ya presagiaba lo peor.
Con los ojos fijos en el suelo, con toda su familia paterna a su espalda, Carlos Alberto escuchó cómo los jueces lo declaraban culpable de homicidio.
¿Cuántos años de prisión? Lo sabremos el próximo nueve de mayo…