POR ANDRÉS RESILLAS
¡Amparo!, ¡amparo!, ¡amparo!, ¡amparo!, ¡amparo!
¡Rateros! ¡Rateros! ¡Rateros! ¡Rateros! ¡Rateros!
¡Diputados, traidores! ¡Diputados, traidores! ¡Diputados, traidores! ¡Diputados, traidores!
Mujeres, jóvenes, viejos, campesinos, todos gritando su malestar por la medida del reemplacamiento.
Con mi experiencia de periodista, dudaba que hoy los ciudadanos, convocados por las redes sociales del internet acudieran a la cita. Se trataba de protestar contra el reemplacamiento en pleno sábado 2 de enero, día de descanso; pero la indignación pudo más…
Llegué al Centro Histórico, frente a la catedral de Morelia y busqué al grupo que se opone al reemplacamiento. No lo encontré. Seguí avanzando hacia la plaza Melchor Ocampo y comencé a escuchar gritos frente al Congreso del Estado, eran ellos.
Luego de los gritos vino la organización de los inconformes. Melchor Ornelas propuso otra manifestación el seis de enero para que los diputados los atiendan.
Otro ciudadano propuso poner en las puertas de todos los hogares letreros en contra del reemplacamiento. Además de todos los vehículos.
También se acordó buscar abogados para promover los amparos contra la medida. Otros proponían que se publicaran los nombres de los diputados que aprobaron el reemplacamiento.
Unos más decían que todos se fueran a otro estado a tramitar las placas: “¡No les demos más dinero a estos rateros!”
Una vez que se acordaron las medidas para el futuro, propusieron despejar la avenida Madero para no obstruir el paso. El contigente se dividió en dos, uno en cada acera de la calle y los dos al unísono comenzaron a gritar:
¡A ti que vas pasando, también te están chingando! ¡A ti que vas pasando, también te están chingando!
Poco a poco se fue diluyendo la manifestación. Advirtieron que de nada sirve manifestarse si no se tomaban medidas concretas.
¿Las tomarán? El tiempo lo dirá…
El ejecutivo y los Legislador@s están quemando los tres centavos de credibilidad que les quedaban, tendrán que hacer algo al respecto. Si les queda algo de inteligencia, dignidad y sentido de justicia darán marcha atras, de lo contrario lo más probable es que se desencadeen una serie de protestas difíciles de controlar. Sencillamente ya no hay confianza ni respecto por nuestros políticos y nuestras autoridsdes, que a final de cuentas son la misma porquería.