“Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”. Octavio Paz. (1914 – 1998). Poeta y ensayista mexicano.
Para beneplácito de una población mayoritariamente cansada de spots, espectaculares, mítines, discursos llenos de promesas, candidatos, y sobre todo, de los partidos políticos, este miércoles llegan a su fin las campañas proselitistas para dar paso a 3 días de reflexión, en aras de que cada ciudadano decida a quiénes entregarle su voto el domingo 7 de junio.
Como anticipé en esta columna, las campañas se desarrollaron entre un cúmulo de traiciones, señalamientos de presuntas irregularidades cometidas por candidatos, especialmente en la contienda a gobernador, y las fotos y videos algunos presuntamente verídicos, otros de plano muy burdos, pero todos, con el objetivo de ganar adeptos denostando al de enfrente.
Con una población evidentemente cansada de las promesas incumplidas, la corrupción, la ausencia de transparencia y rendición de cuentas y un largo etcétera, ahora el gran reto de las instituciones electorales y de algunos partidos políticos con poca estructura, es que la votación por lo menos supere el 50 por ciento.
En medio de semejante reto, se suman las advertencias del Magisterio Democrático, que con el apoyo de normalistas, han amenazado con boicotear la jornada electoral en cuando menos, Oaxaca, Guerrero y claro, Michoacán.
En los últimos días ya han dado muestras de ser capaces de quemar material electoral en las narices de las autoridades en la materia y del ejército; han evidenciado la debilidad del Gobierno Federal, que al no encontrar la fórmula para contener a los profesores democráticos, incluso han reculado, se han postrado al posponer la aplicación de las evaluaciones que mandata la Ley Federal de Educación.
Con la “fortaleza” demostrada cotidianamente por el Magisterio Democrático y sus normalistas, que ha logrado derrotar cuantas veces ha querido a las autoridades estatales y federales en turno, sin lugar a duda se convierten en un tema trascendental para el domingo 7 de junio. Le quedan sólo 3 días al Ejecutivo Federal, para encontrar un acuerdo, solución o salida.
Estrictamente en Michoacán, diversos líderes partidistas han señalado riesgos por inseguridad en cuando menos 30 municipios. Además, la suma de acontecimientos desafortunados, sólo durante el tiempo de campaña proselitista, deja 1 candidato muerto, 1 alcalde detenido y enfrentamientos entre elementos de seguridad y presuntos delincuentes, el más grave con un saldo de 43 muertos, en Tanhuato.
Bajo estas circunstancias y el cúmulo de acusaciones entre candidatos, preponderantemente contra Silvano Aureoles Conejo y Ascención Orihuela Bárcenas, se antoja además, que la contienda se prolongará y está latente la posibilidad de anularla.
Claro que sería el peor de los escenarios para un Michoacán históricamente vapuleado por prácticamente todos los partidos políticos, pero la realidad obliga a considerarlo, especialmente cuando se mantienen acusaciones, de que cuando menos PRI, PAN y PRD, han rebasado ya los topes de gastos de campaña en la búsqueda del Solio de Ocampo.
Así que bajo semejante contexto, una opción para evitar la anulación es que quien gane, logre cuando menos 5 puntos porcentuales de ventaja. Y es que aunque usted no lo crea, la ley estipula que si rebasa los topes de campaña y gana con menos de 5 puntos porcentuales, la elección se anula… Pero, si hizo trampa contundente, la suficiente para ganar con más de 5 puntos porcentuales, entonces no hay problema y aunque se demuestre que rebasó los topes de campaña, podrá mantener el triunfo.
Total que pobre Michoacán. Y sin embargo, la invitación es a que votemos el 7 de junio, a encontrar en estos días al bueno o al menos malo… O bien, sumarse a los románticos y utópicos que anularán el voto en la esperanza de que los partidos recapaciten, presenten mejores candidatos para el futuro y abran la puerta con mayores facilidades a los candidatos independientes.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias. cmongem@hotmail.com