Tenía que haber sido el ex director de TV UNAM el que con su polémico texto pusiera sobre la palestra la sexualidad de Juan Gabriel. Pero lo que muchos no saben y que sólo intuyen es las repercusiones que tuvo para su vida personal su preferencia sexual.
Por ejemplo y para empezar. Juan Gabriel durante muchos años dejó de hacer alusiones públicas a su natal Parácuaro y menos a su entidad, Michoacán.
Y es que según, Sergio Arturo Bravo, reportero de espectáculos por muchos años en La Voz de Michoacán, Juan Gabriel le confesó que de Parácuaro y Michoacán sólo tenía malos recuerdos.
La serie de televisión que narra su vida, con el propio argumento de Juan Gabriel, describe como al regresar de joven a Parácuaro, su modo de conducirse era la de un homosexual. Su propia madre Victoria, le ordenó a sus otros hijos mayores que le pusieran una paliza y le ordenaran tareas rudas para que “se hiciera hombrecito”, pues en el pueblo ya era un rumor a voces que era homosexual.
Incluso Sergio Arturo Bravo se atreve a decir que su madre lo rechazó toda su vida por ser homosexual. Y fue su hermana Virginia quien siempre lo trató como un hijo y lo acepto con toda su personalidad.
No se diga de los hermanos, todos ellos criados en el campo de Tierra Caliente, con su clásico machismo marginaron toda su vida a su propio hermano.
Juan Gabriel se reconcilió con Parácuaro cuando se comunidad le hizo un homenaje y le construyó un monumento en la plaza cívica; ya era un ídolo mexicano y no el homosexual de los Aguilera Valadez. Fue entonces cuando el compositor y cantante construyó un rancho en el pueblo, ayudó a construir la plaza cívica; entregó recursos para el mejoramiento de todo el pueblo.
También durante varios años visitó su rancho en Parácuaro y celebró fiestas, donde invitaba a sus amigos artistas. Sus hijos conocieron el rancho donde nació su padre.
Juan Gabriel fue un hombre libre. Sufrió mucho hasta su juventud y ese sufrimiento lo hizo sumamente humano y sensible. Su homosexualidad en los años setenta en México fue un gran obstáculo para desarrollarse como artista.
Pero su talento por componer y su forma de cantar se impusieron a una sociedad machista y discriminatoria.
Fue en una entrevista con mi amigo y colega Fernando del Rincón, quien trabajaba en en el año 2002 para Univisión le hizo una entrevista a Juan Gabriel justo cuando estaba en un problema fiscal y empresarial en los Estados Unidos.
“¿Eres gay’”, le preguntó directo Fernando del Rincón.
“Hijo, lo que se ve, no se pregunta”, contestó un inteligente Juan Gabriel. La frase quedó para la posteridad.
Juan Gabriel terminó perdonando a todos aquellos que lo rechazaron y discriminaron por su personalidad. Incluyendo a su propia madre y hermanos. Su humanismo lo llevó a velar por ellos, por su pueblo, por sus familias, por todos.
Finalmente a México no le importó su personalidad. Su aportación a la cultura popular a través de su música y sus canciones generaron no sólo tolerancia sino un orgullo.
Juan Gabriel era de los pocos artistas que siempre mostraba su orgullo por México, por Parácuaro, por Michoacán, por Ciudad Juárez, por su gente. Hasta por lo más ignorados. Recuerdo que cuando le hicieron un homenaje en Las Vegas, en la entrega de los Grammys le dedicó una canción a todos los presos y les dijo “!!Salgan pronto, es una orden!!”.
Cuando todos los mexicanos nos dimos cuenta del tamaño de artista que era Alberto Aguilera le rendimos no sólo un respeto, sino una admiración total.
Yo por lo menos acudí a tres presentaciones de Juan Gabriel en el Palenque de la Expo Feria Morelia, cuando se hacían peleas de gallos. En un ambiente machista, Juan Gabriel era muy respetado. En la última ocasión observé como un funcionario policiaco del estado, terminó llorando con las canciones de Juan Gabriel.
El talento, la valentía y su libertad de Juan Gabriel conquistaron a toda Latinoamérica. Se trata de una enorme lección de perdón, sensibilidad y humanidad que nos legó también este personaje.
Toda su juventud y niñez sufrió demasiado Juan Gabriel. Vivió el desprecio de una sociedad machista y él, con su enorme humanismo, nos respondió con miles de canciones maravillosas y lo más importante, con su perdón.
Descanse en paz este ilustre michoacano.