POR ANDRÉS RESILLAS
Cero y van dos.
Primero Cristóbal Arias Solís convoca a «las masas» para que atestiguen como el Instituto Electoral de Michoacán lo reconoce oficialmente candidato a gobernador; los tumultos se dieron y a todos (autoridades electorales, candidato, partido y asistentes), poco les importó que está vigente la pandemia.
Luego, el «Equipo por Michoacán» PRI-PRD-PAN presenta a su candidato Carlos Herrera Tello en el Obelisco a Lázaro Cárdenas de Morelia juntando más de mil personas y en donde lo que menos se respetó fue el protocolo sanitario; la sana distancia no existió. Una irresponsabilidad.
Ahora resulta que nadie regulará las concentraciones electorales: el INE dice que no se convertirá en inspector sanitario; el alcalde Humberto Arróniz declara que espera que el Instituto Electoral de Michoacán le diga qué hacer.
Que su gobierno no tiene protocolos para que la policía disperse manifestaciones y que no sabe qué hacer con ese tipo de eventos.
La Secretaría de Salud brilla por su ausencia y los Guardianes de la Salud están jodiendo solo a los comerciantes y negocios.
Los asistentes a los mitines tampoco asumen una responsabilidad con su vida; se dejan acarrear porque tienen intereses con sus partidos y candidatos.
Michoacán registra diariamente un promedio de 200 personas contagiadas; está en bandera naranja a nivel nacional, que significa un alto riesgo de infección. Hay 20 defunciones por día.
Si los partidos políticos y sus candidatos continúan con esta dinámica irresponsable, seguirán los muertos y enfermos; en un círculo vicioso promovido por la clase política.
A esa clase política sólo le importa alcanzar el poder; la vida no vale nada para partidos y candidatos.
Además, desde años quedó demostrado que los mitines no aportan nada para convencer al electorado por un determinado candidato o partido. El acarreo y la compra de conciencias por asistir a un evento es obsoleto e indigno.
Alguien tiene que poner orden. A Silvano Aureoles no se le debe olvidar que es el responsable de la gobernabilidad del estado y que no puede permitir que se ponga en riesgo la vida de muchos michoacanos que son obligados a asistir a las manifestaciones de proselitismo electoral. Así se trate de su partido.
No se vale jugar con la vida de la gente, aprovechando sus necesidades políticas y de empleo.
Ciudadanos y militantes de organizaciones partidistas: corren un grave peligro de contagiarse del Covid 19, no vayan a las reuniones masivas, primero está su vida.