Si nos atenemos a nuestra realidad actual, hoy estamos más lejos de alcanzar la unidad, que cuando el XIV Congreso Seccional lo decretó como una tarea central, en cuyo logro estriba la consecución de nuestras aspiraciones comunes. Surgió de la necesidad de conjuntar todas las fuerzas y los esfuerzos de todos los trabajadores de la educación en Michoacán y en el país para concretar los intereses inmediatos y mediatos.
Pero la unidad no se logra decretándola, ni tampoco de manera voluntarista, sino en torno a un proyecto en donde se cristalicen las aspiraciones de todos los trabajadores de la educación. Dicho proyecto debe estar construido con la participación y el consenso de las bases de manera protagónica.
En él debe contenerse los objetivos, principios rectores y el programa de lucha. Nuestro Proyecto político Sindical (PPS), surgió de esta manera en 1997. Hubo miles de asambleas sindicales de centros de trabajo y delegacionales; luego fueron muchas rondas de asambleas delegacionales y plenos regionales de discusión hasta llegar a al pleno estatal de representantes en donde terminaron de conjuntarse todas las propuestas, se delinearon los principales objetivos, las estrategias generales, la estructura del Movimiento para efectos de asegurar la participación protagónica de las bases y su funcionamiento democrático e informado.
El PPS responde a nuestra propuesta de acción política, sindical y educativa transversalmente imbricada por los más altos postulados democráticos y de participación protagónica de las bases. La idea central es aquella que se plantea la acción colectiva a partir de la construcción de consensos que comienzan desde abajo, escuela por escuela y zona por zona y que va conectando las opiniones y compromisos de cada delegación y región hasta concretarse en un planteamiento único votado por los representantes sindicales al interior del pleno sindical, que es la instancia seccional más poderosa después de la figura del Congreso.
Sin este entramado amplio de discusión abierta y desde abajo, sería imposible conjuntar la voluntad de todos a la hora de accionar. La falta de consensos o, mejor dicho: la ausencia de discusión de base hace que los compromisos de acción de diluyan, se limiten y no logren el alcance necesario para potenciar la fuerza política que logre los objetivos propuestos o. por lo menos, los posibilite.
Es este error, entre otros varios, los que han llevado a la sección XVIII a una crisis de enromes dimensiones, cuyo elemento central es el desgaste ético, ideológico y político que se muestra en cada plan de acción o lo más parecido a éste. No sólo por la falta de procesos de discusión amplios y cuidados sino, sobre todo, por la debilidad políticamente informada del nivel de análisis y discusión que se genera en las asambleas delegacionales y de centro de trabajo.
Las tareas estratégicas del PPS se fueron adelgazando y perdiendo fuerza, a tal grado que poco a poco, las instancias se fueron burocratizando, perdiendo interés y la ausencia de nuestros compañeros. Súmese a esto que el discurso oficial dentro y fuera de la escuela fue ganando terreno entre nosotros e internándonos en el consumismo e individualismo que nos alejó de la crítica verdadera al sistema y puso por delante nuestro bienestar personal por encima del interés general. Estas circunstancias nos llevaron a la situación actual que denota problemas internos que ponen en un serio predicamento a un movimiento sindical y educativo que por un momento llegó a encarnar las más altas aspiraciones del magisterio estatal.
Hoy, pareciera que lo que menos atendemos es a estos postulados que juntos construimos. La división interna ya no se puede ocultar, en medio de una base sindical cada vez más ausente y desinteresada. Creemos que los grupos en pugna, que ya todos conocemos deben ser rebasados por el compromiso de la base que con su participación dio sustento al PPS. Creemos, por igual, que otra de las causas de la división interna es, además de las desviaciones evidentes en el quehacer sindical, la ignorancia en torno al PPS y sus 6 tareas centrales. Las nuevas generaciones incorporadas en los últimos 15 años, carecen de las orientaciones que nuestro documento rector contiene, lo que hace vulnerable la construcción de la unidad desde abajo.
Por lo anterior, consideramos urgente:
Discutir ampliamente en todas las instancias de nuestra estructura nuestro Proyecto Político Sindical para adecuar sus objetivos y estrategias a las actuales circunstancias, de tal manera que exista un verdadero proceso de apropiación de su contenido y el compromiso de ceñirse a sus postulados a la hora de nuestra actuación.
Construir, allí mismo, desde el lugar en donde trabajamos, desde cada comunidad, municipio y región de la entidad, la unidad con otras organizaciones sindicales y populares yendo a su encuentro, reuniéndose para conocerse, compartir sus problemas específicos y comunes, analizando esa realidad y encaminando nuestros esfuerzos a la unidad de acción en la búsqueda de soluciones, de tal forma que traspasemos el espacio gremial en la construcción de una organización de trabajadores que de manera solidaria y consciente actúan juntos en base a objetivos comunes y compartidos una estructura inflexible en sus objetivos comunes y principios, pero flexible en cuanto a su funcionamiento estructural, que deberá obedecer también a demandas comunales y municipales o sectoriales y en donde la solidaridad sea una garantía permanente. De la misma manera habrá que conducirse en la construcción de la unidad nacional y más allá de nuestras fronteras.
La existencia de un CES débil, señalado como quien pacta con el actual gobierno estatal, en donde varios de sus elementos están acusados de corrupción y, por otra parte, la existencia de lo que se denomina el “Bloque” y que forma parte del CEND nacional, actúa como cuya en contra de la unidad en torno a la CNTE y, sobre todo, en la entidad. Su adhesión al partido político de morena, establece relaciones directas con el nuevo gobierno y presupone su interés por ocupar espacios políticos de representación popular en el gobierno en el 2021, con lo que es indudable que tratará de utilizar al magisterio para esos fines, en un acto de incongruencia política. Cuestión que los ha caracterizado por siempre.
La determinación de impedir el acceso al pre congreso de la CNTE a los miembros del “Bloque”, es un cierto que ayuda a todos en cada región a definir su militancia sindical, lo que hará que en el futuro, se actúe con mayor claridad en torno a los objetivos y acciones. Los del “Bloque” han definido su militancia desde hace rato y no es en torno a la CNTE; por lo que no pueden participar de una organización en donde decidieron no militar. En lo sucesivo, las posibilidades de encuentro entre éstos y la CNTE será producto del respecto que entre ambas fuerzas se genere y los acuerdos que las bases alcancen y será solamente posible si se comparten los objetivos de lucha y se reconoce que son otros los enemigos.
Al final, estamos seguros que la reconstrucción de la unidad interna, al margen de los grupos como el que representan los denominados “Bloque”, es un asunto que le corresponde a los trabajadores de la educación de cada centro de trabajo y delegación, y sólo ellos podrán superar tal situación y hacerlos a un lado, integrando un nuevo referente surgido de la profundidad de las bases, de manera autónoma, informada y comprometida, que rompa con las actuales inercias negativas y destructivas de la unidad que necesitamos.