OPINIÓN. POR TÍ… Por J. Luis Seefoó Luján

Por alguna razón, motivo o pretexto o sin él, todos (y todas) llegamos a decir: Por ti! Por ti, dejé de pensar en el mar / por ti, dejé de fijarme en el cielo/ por ti, me ha dado por llorar como el mar.

Sí, los cursos de la vida están signados por marcas que definieron para bien -y para mal- nuestras trayectorias. Haber tomado una ruta y no otra, con frecuencia se decidió por una mujer, un hombre,  un hecho significativo; un evento que nos llevó de  soñarnos como carpinteros a ejercer el oficio de conductor de la radio, chofer o abogado. Más de alguno, después de las “vacaciones largas” regresó a la Prepa al otoño siguiente porque se encontraría con Teresa sin saber que ella había cambiado de escuela o se había casado.

Por ti, por Oscar Chávez Hernández, muchos jóvenes -y otros no tan chamacos- entendimos con más claridad qué era el Partido Revolucionario Institucional. Por tí, resultaba más comprensible por qué el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz usó sin límites el autoritarismo que llevó al crimen de Estado del 2 de Octubre de 1968.

Oscar Chávez, con su poesía hecha canto y su palabra hecha luz orientó a la juventud de los años sesenta y setenta y a los hijos que procreó esa generación. Y ahora, a unas horas de saber de su partida sin regreso, muchachos de aquellos tiempos lloran su muerte ocurrida el jueves 30.

El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) informó que Oscar Chávez sufrió un paro respiratorio con diagnóstico de “fallecimiento por Neumonitis relacionada a Covid-19”. El cantautor había ingresado el pasado miércoles 28 de abril al “20 de Noviembre” con un cuadro de dificultad respiratoria, con ataque al estado general y síntomas que sugerían coronavirus (Excélsior, 30/04/2020, Laura Toribio/Notimex).

La ausencia de Oscar Chávez “nos mueve el tapete” por varias y poderosas razones: 1) la escasez de pensadores, de cantores del pueblo. Productos mercantiles de la televisión hay cientos; 2) Por sus contribuciones a la vida nacional, sus aporte en el cine, teatro y música, era un valor que ameritaba cuidar (como a todo ser humano, pero “un poco más”); 3) imaginar que Oscar Chávez haya fallecido en tan breve tiempo en uno de los hospitales oficiales mejores equipados del país induce a suponer con poco margen de error:  si no es posible preservar a este patrimonio cultural, si este valor nacional muere en el “20 de Noviembre”, ¿Qué puede esperar un Juan Pérez Jolote en el Hospital Regional de Zamora o en la Clínica de Villamar?

Desde luego, Oscar Chávez tenía 85 años y es probable que otros achaques le acompañaron en estos años de fructífera vida artística y social, pero eso no quita pensar ¿Qué le espera al pueblo trabajador, sin nombre, sin trabajo, si enferma de coronavirus?

Vale recordar que destacó por su talento como trovador y (mucho) por sus canciones de protesta entre las que son ampliamente entonadas: La MariguanaEl infierno es amor (“Por ti”), La CasitaMacondo y Hasta siempre. Mereció los premios Diosa de Plata y el Ariel por su actuación en la película Los Caifanes en el año 1966  (El Estilos, ‘El Caifán mayor’). Además, el premio Nacional de Ciencias y Artes y ser nombrado Ciudadano Distinguido de la Ciudad de México, entre muchos otros. La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México,  lo reconoció como Patrimonio Cultural vivo de la capital.

Oscar Chávez, descanse en Paz ….

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