Por lo menos 10 ex Caballeros Templarios decidieron conformar sus propios grupos criminales en todo el territorio michoacano, por lo que su actividad ya comenzó a registrarse en asesinatos, venganzas, disputas de plazas e instalación de cocinas para fabricar drogas sintéticas.
Fuentes oficiales y autodefensas de Tierra Caliente confirmaron que una vez fragmentada la organización de Los Caballeros Templarios muchos lugartenientes y jefes de plaza decidieron crear sus cuerpos de delincuentes para seguir con sus actividades.
El propio Servando Gómez Martínez, La Tuta, en uno de sus últimos mensajes les recomendó a sus ex lugartenientes que siguieran “trabajando” por su cuenta, ya que habían aprendido a hacer con su organización.
De esta manera criminales como El Tena, Troyano, Pantera, Cenizo, Chanda, Migueladas, Licea, Payaso, Don Migue, Paisano, Gallito, Viagras, Simón El Americano, El Abuelo, Antioco, El Lico, entre otros, ya dominan nuevamente la Tierra Caliente y demás regiones de la geografía michoacana.
Zonas como Zamora, Yurécuaro, Sahuayo, Pajacuarán, Lázaro Cárdenas, La Piedad y el Valle de Apatzingán se han convertido en campos de guerra entre las bandas criminales.
También existe una fuerte lucha por rechazar la penetración a Michoacán del Cartel Jalisco Nueva Generación, así como de otros procedentes del Estado de Guerrero y de México.
El suministro de precursores químicos para la fabricación del cristal es el objetivo principal de la guerra de esas bandas. Esa materia prima para hacer drogas proviene de Asia a través de los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo.
El cristal se está consumiendo ya masivamente en todo el país y se exporta de igual manera a los Estados Unidos. Un kilo de esa droga tiene un valor en Michoacán de 250 mil pesos.