Mientras que cientos y tal vez sean miles de jornaleros (hombres y mujeres) hicieron fila con el propósito de intentar ser contratados para ir a cortar la fresa de parcelas en Estados Unidos (California), en el Valle de Zamora, Jacona y Tangancícuaro, se sufre para levantar las cosechas de frutilla, a tal grado de que, desde antes de que se hiciera éste inusual llamado para viajar a la tierra del Tío Sam, ya sufrían los productores, lo que los obligó a contratar camiones para ir por ellos a municipios cercanos como Chilchota, Tangamandapio, Ecuandureo, Ixtlán, entre otros.
Inclusive, hay quienes van por labriegos hasta municipios jaliscienses; fenómeno que se repite en la agroindustria, donde no cuentan con suficiente personal femenino para procesar la frutilla.
La falta de personal para levantar las cosechas de fresa y trabajar en su industrialización, no es otra cosa más que un reflejo de la inmigración con motivo de la inseguridad que se vive en ésta región; no obstante a que el cultivo de la frutilla es el principal generador de divisas y empleo en el campo y congeladoras, desde los años sesentas, cuando la fresas fue el detonante económico de la región, cuyo ¡bum! llegó en los años setentas.
Fue impresionante ver la larga fila de campesinos que quieren aprovechar la oportunidad de ir al vecino país del norte para trabajar en la cosecha de fresa, ganar dólares y regresar con centavitos a sus lugares de origen en Michoacán.
Seguramente que no pocos tratarán de aprovechar la oportunidad para quedarse allá, al darse a la fuga del lugar donde los tengan. Y habrá que ver cómo es ese lugar y el trato que se les vaya a dar, lo que obliga a que el Consulado Mexicano se ponga a trabajar al supervisar esos sitios, con la finalidad de que no se abuse de ellos como se hizo cuando empezaron a emigrar con esa misma intención hace sus buenos años, cuando se contrató personal para que fuera a Estados Unidos para instalar las vías del ferrocarril.
Crueles historias que ameritaron la formación de libros y películas se dieron en aquel entonces.
Por lo tanto, creo que los productores de fresa de ésta región tendrán severos problemas a la voz de ¡ya!, para levantar sus cosechas y más cuando a los labriegos se les ofrece un pago superior a los 11 dólares por hora. O sea, que en una hora los recolectores ganarán más de lo que ganan aquí en un día. Hasta a mí me dan ganas de calarle. ¡Ups!
Más de mil 500 campesinos son los que tendrán esa oportunidad de viajar a tierras californianas para trabajar en la recolección de fresa durante el lapso que dure la cosecha, lo que abre brillante oportunidad para que se ganen unos nada despreciables dólares.
Habrá que ver cuál será la reacción que tendrán los productores de fresa del Valle de Zamora y la región, ante la “estampida” de campesinos que se dará con rumbo a los famosos Estados Unidos.