OPINIÓN: ¿POR QUE NO SE RESPETAN LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS POR LOS ADULTOS? Por el Profesor Juan Pérez Medina. (CUT-MICHOACAN)

 

whatsapp-image-2016-12-12-at-10-30-05

Cuando somos niños queremos ser grandes y llegar a ser adultos. Hoy que somos adultos parecemos olvidado nuestra infancia y, lo peor: haber olvidado a la niñez que debería ser causa de nuestras acciones. Con tristeza vemos como muchos adultos no valoramos, ni tratamos como personas con derechos a los niños. Si bien los consideramos y hacemos pronunciamientos y leyes en su nombre, lo cierto es que esas leyes no se cumplen a cabalidad en todas partes.

No todos somos culpables, pues algunos hacen un gran esfuerzo, pero los hay de omisión, de ignorancia o de interés. Estoy seguro que muchos de nosotros ni siquiera sabemos que tienen derechos y que tenemos la obligación y el deber de protegerlos.

Me pregunto ¿qué es lo que esta sociedad de adultos está haciendo verdaderamente por la niñez? Malos tratos, explotación, abuso sexual, abandonos, maltrato físico y verbal, hambre, pornografía infantil, acosos, violaciones, guerras… ¿Por qué las niñas y los niños se encuentran cada día en el centro de las desgracias, de las enfermedades, de la incompetencia, de la crueldad, de la inconsciencia de los adultos? En un ejercicio hecho por alumnos de quinto grado de primaria sobre este tema, manifestaron que ya basta de tanto bla, bla sobre los derechos de los niños, cuando lo importante es reflexionar sobre los deberes que tienen como adultos que decidieron un día ser padres. Los datos demuestran que la violación a los derechos de las niñas y los niños comienza en la familia.

Las cifras sobre el sufrimiento de los infantes son alarmantes y, lo más triste es que van en aumento. Tan sólo en la entidad 1 de cada 6 menores viven en situación de calle, más de 230 mil no asisten a las aulas; más de 125 mil trabajan; más de un millón viven en la pobreza y 10 niños por mes son abusados sexualmente. Además, en esta cruzada de los adultos por la barbarie infantil, hasta el mes de agosto de este año, se conocieron 14 homicidios contra niños y niñas en donde la crueldad parece no tener límites. Por ejemplo: en una comunidad de Tarímbaro se halló el cuerpo de una menor de 12 años con signos de estrangulamiento y en Morelia, 3 niñas fueron asesinadas a golpes de martillo y asfixia por su madre. Los mismos alumnos se hicieron estas preguntas: “¿en qué mundo y en qué país vivimos? ¿En manos de quienes nos encontramos?”

Los adultos seríamos muy poco o más que nada sin los niños y duele que no lo entendamos. Mis alumnos afirmaron que no necesitan grandes cosas, juguetes caros o de lujo, ropa de marca, ni zapatos finos. Tan sólo nos piden tiempo de calidad para convivir, para ser amados, comprendidos, apoyados y sobre todo respetados.

Mientras haya niños y niñas víctimas de todos los males ya expuestos líneas arriba, se puede afirmar que la sociedad de los adultos no está cumpliendo con su obligación de protegerlos y está faltando a la palabra que a diario comprometemos y, sobre todo, que decimos.

Preocupan los adultos que con su dicho defienden a la niñez y en sus hechos los lastiman cotidianamente. Alarma la vida disipada que se dan los políticos y funcionarios responsables de garantizar la creación de un medio ambiente social, cultural y humano que los proteja y les permita vivir plenamente. Es necesario elevar nuestra voz y accionar de diversas formas para exigir con energía que los niños y las niñas estén protegidos y protegidas.

Estoy convencido que está situación es consecuencia de una sociedad colmada de desigualdades y vicios. Dividida por cuestiones económicas, de raza, sexo, color, religión etcétera, con demasiados intereses en juego que generan enormes tensiones, conflictos y degradación social y humana.

Creo que ello se puede llegar a resolver sí, además de la creación de leyes de protección a la infancia, se lucha por una sociedad más humana, justa y próspera, pues la pobreza y la ignorancia es nuestro problema mayor.

Creo que los niños están más preocupados de lo que nosotros pensamos y mucho más interesados. Ellos plantearon una serie de propuestas, dentro de las cuales destaco las siguientes que ojalá y podamos, unos empujando y otros retomándolas y concretándolas en función a sus responsabilidades, hacerlas posibles:

1. Qué se establezca el observatorio de los niños y niñas y cuente con nuestra participación para que seamos vigilantes y se respeten nuestros derechos.

2. Qué en cada escuela exista un Comité de defensa de los derechos del niño.

3. Qué se anulen los programas que alimentan las actitudes violentas y hostiles en todos los medios de comunicación y que se impulse la creación de programas que enseñen en valores.

4. Prohibir la venta de juguetes que estimulen la violencia.

5. Educar a los adultos en materia de derechos humanos y, principalmente los que son de las niñas y los niños, mediante la creación de un sistema permanente y obligatorio de educación en comunidades, barrios, plazas y centros de trabajo.

6. Qué se hagan respetar las leyes existentes y se castigue con rigor a quienes las incumplan.

7. Qué se convierta en política de estado la máxima de Morelos en el sentido de que se combata la opulencia y la indigencia, evitando la expansión de la pobreza y la acumulación de la riqueza en pocas manos.

Ahí la dejo…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *