OPINIÓN: LO QUE SIGUE PARA EL MAGISTERIO Y LA EVALUACIÓN DOCENTE. Por Juan Pérez Medina

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En 2016 el gobierno obligará por todos los medios posibles a los maestros que en la evaluación pasada no hicieron el examen de evaluación estando convocados, lo hagan. Este proceso ya inició en todo el país y se cerrará hasta fines del presente ciclo escolar. Pretende, de igual manera, convocar a examen a más de 300 mil en el mes de noviembre, una vez que dé a conocer a los despedidos y que estimule con el aumento prometido a los que lograron las calificaciones más altas, pues el incremento, aunque parece, no es para todos los evaluados.

Al mismo tiempo, tratará de acabar con los comisionados de la CNTE en todo el país, mientras que le encuentran una salida para no perjudicar a los dirigentes del SNTE “charro” a nivel central y en cada sección sindical pues, a pesar de su odio a todo lo que huela a organización sindical, saben que aún necesitan estas correas de control que en varias partes del país todavía funcionan.

Los maestros, dirigentes de la CNTE, tendrán que optar por un acuerdo más o menos similar o por la ruptura de ese esquema antisindical que intentan imponerles a los maestros en lucha; lo que implica dar la lucha en nuevas y más difíciles condiciones.

Por otra parte, a partir de la imposición de las normas derivadas de la reforma educativa, el sindicato verá completamente mermado su papel como responsable de la representación, relación laboral y defensa de los derechos de los trabajadores de la educación, para los cuales su situación quedará reducida a una relación individualizada ante el patrón-SEP. Esta condición será agravada ante la posible amenaza de reforma a la ley de salud y las pensiones de los trabajadores del Apartado A de la Ley Federal del Trabajo, que haría que la atención médica se disminuyera enormemente en su cobertura y las aportaciones para los seguros de pensión quedaran prácticamente en manos de los trabajadores; mientras nuestros ahorros van a parar a manos de los inversionistas privados y del gobierno para financiar sus grandes proyectos de explotación de nuestros recursos y trabajo.

La escuela gerencial que el gobierno impone entre nosotros avanzará de igual manera, dejando en manos de los directores – gerentes, las relaciones laborales y a los padres de familia como los vigilantes, junto con los gobiernos municipales, de las labores de los docentes. La gestión quedará en manos de la estructura organizativa de poder de cada escuela; iniciando o recrudeciendo la competencia entre cada una de ellas por recursos y también por reconocimiento. Como en el caso chileno del gobierno emanado del Pinochetismo, que otorgó incluso, recursos a la escuela privada para fortalecer su capacidad de competencia y obligar a los docentes a pelear por alumnos y su permanencia ante el riesgo de que la escuela fuera cerrada por falta de los mismos. Ya se sabe de la historia reciente en donde los estudiantes y maestros mantuvieron por años una rebelión escolar que logró echar abajo ese modelo.

En este proceso incesante de quitar de las manos de los maestros las decisiones escolares y establecer en cada una de ellas a los nuevos capataces que, de la mano del “toyotismo”, cada mes premiarán al maestro más destacado y se le brindarán las posibilidades de ascender en función a su lealtad con el modelo y a su actuación en la gerencia. La competencia llegará al interior de la escuela y se expresará en colectivos de trabajo alienados, en donde se cumple pero no se participa, pues los derroteros ya están previamente diseñados. Sólo basta con bien cumplir y alcanzar los indicadores que el gobierno, los empresarios y la OCDE exigen. Si alguno de los docentes no domina el modelo y no entiende el papel que juega dentro de èl, debe ser capacitado, reeducado o, incuso, echado fuera del sistema. Un asesor estará dando seguimiento a la formación de su nueva condición de docente y será el INEE quien mediante procesos de

evaluación determinará si su reconversión va por buen camino. Los mejor adaptados serán reconocidos y recompensados con estímulos salariales. Por ahí irán primero los traidores.

La desaparición legal y normativa de actuación laboral del sindicato ante la SEP y los mecanismos de ascenso y permanencia en el servicio que impone la Ley del Servicio Profesional Docente (LSPD), así como las afectaciones a la seguridad social en puerta, demandan de los maestros y el resto de los trabajadores una actitud de alerta y una responsabilidad muy alta y comprometida. La renovación de la dirigencia estatal de la Sección XVIII en puerta debe aprovecharse para reencauzar la lucha hacia los senderos correctos y retomar la lucha estratégica por la recuperación del sindicato (SNTE) como el arma de lucha indispensable para enfrentar las embestidas brutales que se nos vienen. La Convocatoria lanzada para la renovación de la dirigencia estatal desgraciadamente, no muestra todavía esos rasgos y, por el contrario, aún está minada por una actitud excluyente, promotora del odio y la división, que expresa la ausencia de una lectura adecuada de la realidad, pero sobre todo, una pobreza política y humana que riñe con los postulados de unidad de la clase trabajadora que le han dado los cimientos al movimiento magisterial en la entidad. Con ello, todos pagaremos no sólo aquellos que se sienten dueños o los más puros al interior del Movimiento, sino todos los trabajadores, expresándose en la dispersión de la fuerza, la generación de diversas agrupaciones y el abandono interesado de la base.

La nueva dirección sindical debe reencauzar la lucha de manera correcta, abonando a la unidad; despojando al “charrismo” de las bases que aún controla y logrando que sus representados asuman de manera responsable la lucha. No puede seguir pasando que las manifestaciones acaben donde está el estrado vaciando el mitin de cada marcha. Es necesario una base actuante, que convierta cada acción en una verdadera jornada de lucha que cumpla con el papel de forzar a la autoridad a atender nuestros planteamientos, a informar a la población de lo que estamos haciendo y del porqué lo hacemos, a fortalecer la educación de las bases hacia las 6 tareas del Proyecto Político Sindical y a hacer avanzar la organización de la manifestación de la inconformidad del pueblo.

Esperamos que a fines de mes, una vez que se haya nombrado la nueva dirección, está se exprese en términos más o menos adecuados. Muchos lo deseamos.

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