OPINIÓN. LA PANDEMIA DE LA RAPIÑA. Por Efraín Barrera.

 

Al igual q el resto de los países en el mundo, hoy, México es azotado por una  pandemia viral  (COVID-19), cuya velocidad de contagio ha provocado una emergencia sanitaria  sin precedente en el último siglo; cuyo daño político, económico y social, a  más de un mes de iniciados los contagios,  aun son impredecibles.

Frente a los grandes desafíos y  en los peores momentos de nuestra historia,  el pueblo   ha demostrado carácter  y solidaridad  como  principales fortalezas que le han permitido   sortearlos con éxito; la naturaleza  ha puesto a prueba en varias ocasiones la grandeza de la sangre azteca (sismos, pandemias, etc.)  Pero también hemos sido siniestrados por  razones  políticas (manipulación, división social o  conflagraciones armadas), que ya  hemos aprendido a superar con  la unidad y organización popular.

 Ha quedado  plasmado en  la historia  que las acciones y  consensos  que plantean  soluciones ante graves problemas colectivos, siempre van contagiados de oportunismos  de quienes  sacan provecho personal  de  una crisis y  rapiñan con la desgracia de los mexicanos. Atributos que podemos encontrar en algunos políticos, comerciantes o empresarios, que encuentran una oportunidad de oro para  especular con el pánico social,  precios de productos o prestación de servicios; como ya ha  sucedido y sin duda seguirá sucediendo (insólitamente hasta hoy no ha aplicado en gasolineras)

Al gobierno federal lo agarraron  con los dedos en la puerta; por un lado  la presión de algunos gobernadores,  partidos de oposición y otros liderazgos de menor calado para que cerrara las fronteras  y metiera al país en cuarentena desde la aparición del primer contagio, y por el otro, la imprescindible obligación de  tener que confinar al pueblo en sus domicilios en algún momento (como ya lo hiso) a sabiendas que más de 50 por ciento de la población  sobrevive al día, básicamente del jornal y  comercio informal, lo que le adiciona una gran dosis de vulnerabilidad. Colapsar la economía  popular antes de tiempo nunca fue una opción; la gente pobre tiene necesidad de salir a buscar comida para sus hijos, al margen de bloqueos o recomendaciones.

Ha quedado comprobado que el cierre de  fronteras  no rompe con la cadena de contagios pero si paraliza la actividad económica de un país, así está  sucediendo en USA  que aun cuando  canceló vuelos  y cerro fronteras, hoy es el  nuevo epicentro de la crisis con el mayor número de enfermos por encima de china,  España e Italia.

La decisión de AMLO de desautorizar a cualquier funcionario de declarar sobre el problema ha sido un acierto, hay una indiscutible claridad del presidente  que el problema no debe politizarse y ha permitido elocuencia  en los informes y que los especialistas se hagan cargo de la crisis,  cuyo  vocero estelar Hugo López Gatel ha estado a la altura de las circunstancia.

Me parece correcto que  gobernadores y presidentes municipales asuman una postura del problema frente a sus representados, pero una postura o decisión política  deberá ser  coherente e inspirada en  disposiciones  técnico-científicas, absolutamente desprovista  de apreciaciones personales si no se tiene el conocimiento del tema, así sea el mismo presidente de la república.

El papel de un político  frente a una contingencia de estas proporciones,  debe ser en apoyo a un científico y nunca  un científico en apoyo a un político, porque está de por medio la  salud y la economía del mundo.  De eso depende la  gobernabilidad de un país, y, por tanto, la supervivencia de un político.  Lo que realmente le ha funcionado a México  es  la unidad de  su pueblo, rebasando incluso, a  liderazgos formales o en algunos casos, a las propias estructuras de gobiernos cuando no están a la altura del problema, para organizarse a su manera, haciendo a  un lado  colores o poses políticas.

 Eso podría pasar ahora si los diferentes niveles de gobierno siguen divididos llevando agua a su molino; politizando un problema que requiere de la urgente  participación ciudadana para que respete la cuarentena. Se hace imperioso, por el bien de México,  fortalecer  un liderazgo con la mayor credibilidad social,  que debe ser guste o no, hayas votado por el o no, seas de MORENA  o no, el presidente de la república como  representante constitucional de todos los mexicanos.       

Quédate en casa.

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