OPINIÓN. CALOR Y VIOLENCIA: ¿TENÍA RAZÓN SILVANO? Por J. Luis Seefoó Luján

Los políticos profesionales tratan de hallar explicaciones útiles a aquellos problemas que causan mayor impacto en la opinión pública, como la violencia, la escalada de precios, etc. Ejemplo de ello es el variado menú de respuestas que Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, ha desarrollado en relación a la violencia y que aplica según las circunstancias. 

Cambiante causalidad 

Mientras Enrique Peña Nieto (PRI) ocupó la presidencia  del país, Silvano atribuyó un importante peso causal a la “convivencia social”; una carga mayor a las relaciones intra familiares que al narcotráfico.  

Tal respuesta fue resultado de la producción conceptual de José Castro Godoy (qpd), ex fiscal), Sigala (qpd) , ex secretario de gobierno de Silvano, Adrian López Solís, fiscal, quienes siempre tuvieron formas sencillas para argumentar cómo “el tío asesina al sobrino, el padre al yerno y ocurre una sucesión de venganzas derivadas de una discusión deportiva o religiosa”. De ese modo, la responsabilidad se orientaba hacia los municipios “por ser delitos del orden común” y quitaba presión al gobierno federal. 

Una vez que López Obrador tomó posesión como Presidente,  Silvano ya no asumía el papel de “para rayos”; la causalidad de la violencia se enfocó hacia el narcotráfico y se constituía en materia federal. En consecuencia, una responsabilidad de AMLO, no del gobierno estatal.  

Corolario de este razonamiento es la diversidad de oraciones que apuntan al narco con un toque de evasión gubernamental: “son disputas por el mercado; se están matando entre ellos”. 

Quizá el razonamiento más brillante fue aquel donde, basado en fuentes que no deseaba explicitar, Aureoles Conejo afirmó: en Michoacán hay homicidios como en todo el país, que no me alegran y este mes de junio se dispararon  de una manera sorprendente, los analistas le atribuyen al cambio de las temperaturas arriba de lo normal en casi toda la república que no solo se reflejó en hechos delincuenciales y asesinatos sino en conflictos intrafamiliares” (NER, Las Noticias en la Red, 1-08-2018). 

¿Tenía razón Silvano? 

Prestando atención al monitoreo de los homicidios dolosos que llevamos a cabo en Zamora-Jacona, Michoacán, de enero a mayo de este año, 2021, el total de los casos pasó de 70 víctimas en enero a 88 en abril y a 78 en mayo, mes que aún le faltan siete horas para  concluir. 

Este monitoreo de los homicidios registra la fecha, lugar, estado de la víctima, hospital de atención y/o intervención de autoridades (SEMEFO), en al menos en tres medios informativos, algunos de los cuales transmiten los eventos en tiempo real. Es un conteo ágil, oportuno y suele presentar cifras mayores a que las reportadas por el Sistema de Seguridad Pública Nacional aunque no goce de la solidez metodológica y legal de éste. 

¿Temperatura y violencia?  

El gobernador michoacano se equivoca al suponer una relación directa entre  temperatura y violencia, aunque el paso de 42 homicidios de enero a 54 en abril y 56 en mayo observa esa coincidencia de “a mayor temperatura, mayor violencia”, sin que sea un vínculo causal. 

A punto de cerrar el mes de mayo, Zamora-Jacona en 2021 contabiliza 259 decesos (52 diarios) y una tasa de 94.87 por cien mil habitantes. Además, 146 tentativas de homicidios (casi uno diario). 

Más calor más homicidios no es una relación causal. jlseefoo@hotmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *