Por Andrés Resillas
Guatemala.- Con la fama de que este país había logrado meter a su mismísimo presidente de la República a la cárcel acusado –no sentenciado- de corrupción, llegué entusiasmado para felicitar a los chapines.
Pero también no faltaron las advertencias de que la delincuencia en este país está desatada y que no era conveniente andar solo por la calle, principalmente en el centro de la ciudad o sector uno como lo llaman los guatemaltecos.
Desde que el avión aterrizó en el pequeño aeropuerto de este país centroamericano, se pueden observar los bloques de casas en el área urbana de Guatemala. A la gran mayoría de ellas la distingue que sus techos son de lámina, no sé si de cartón o de fierro, pero láminas al fin. Es un signo de la pobreza.
Los guatemaltecos están estrenando presidente de la República; el pasado 25 de octubre acudieron a las urnas en una segunda vuelta y finalmente hubo un ganador que dejó a esta nación en la tranquilidad. Guatemala está trabajando.
Pero lo herida que tienen abierta por el enorme desfalco de dinero del ex presidente Otto Pérez Molina, de la vicepresidenta y de toda una red de funcionarios de alto, medio y bajo nivel, todavía causa indignación y enojo a los guatemaltecos.
Se habla de 128 mil millones de dólares que se robaron mediante el sistema de aduanas para que empresarios locales y extranjeros no pagaran los impuestos correspondientes y que servirían para satisfacer las necesidades sociales de los guatemaltecos.
Aquí el escándalo no cesa. Están felices por un lado, ya que la Comisión Internacional que desde hace varios años funciona en Guatemala logró llevar a la cárcel a más de 50 funcionarios del más alto nivel y otros tantos de mediano y bajo perfil. Total que casi todo el aparato gubernamental estaba siendo utilizado para robar el erario de este país de 14 millones de habitantes.
Llego al hotel y me encuentro con el periódico Siglo.21. Lo empiezo a leer y quedo pasmado. Su cabeza principal “Cae grupo que filtraba información en el Ministerio Público”. Subtítulo: “Tres empleados y dos abogados vendían datos al crimen organizado”. Se trata de una red de funcionarios y abogados litigantes. Fueron capturados y metidos a la cárcel.
En la misma primera plana hay una llamada de noticia con el siguiente título: “Rayo ratifica las denuncias contra tres exministros”, esto es sobre el caso del ex presidente Otto Pérez Molina.
Me voy a las páginas interiores del periódico y siguen las noticias sobre corrupción “Tras 24 cateos desarticulan una red”. Se trata de un grupo de cinco mujeres que recibían cheques de narcotraficantes para que lavaran el dinero mediante la compra de vehículos. La investigación duró siete meses y se logró desarticular a la banda.
Otra nota en la misma página: Fiscal olvida 10 mil dólares en efectivo en su auto y es descubierto de corrupción”. La entrada de la nota dice así “El fiscal Óscar Humberto Gómez Coronado y la auxiliar Yasly Osmin Pastora, asignados a la Fiscalía contra Narcoactividad, fueron detenidos ayer y llevados al juzgado Quinto sindicados de lavar dinero”.
Y para rematar en la página cuatro me encuentro otra noticia que me pone de punta los cabellos: “Magistrados citan a los 158 diputados electos”. La nota es la siguiente: “Antes de la adjudicación de cargos a los 158 diputados electos, el pleno de magistrados del Tribunal Supremo Electoral entró a conocer el expediente de cada uno de ellos y corrió audiencia a los legisladores electos con señalamientos de ser contratistas del Estado y los que tienen solicitud de antejuicio, para que expongan su situación y presenten pruebas de descargo, informó ayer el magistrado Mario Aguilar.”.
Mientras la corrupción corre en este país como río desbocado, la otra cara de Guatemala es patética. Esta es la noticia que me encuentro en el mismo periódico: “Ayer el Hospital Roosevelt cerró la consulta externa por escasez de medicamentos”.
Me quedó pensando: Estos políticos guatemaltecos no tienen madre!! Pobre país.