EL HALLAZGO DE LAS DOS JÓVENES ASESINADAS Y LA CAPTURA DE UN SOSPECHOSO. (Tercera parte)

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POR ANDRÉS RESILLAS//

Cerca de las 18 horas del domingo 29 de mayo el teléfono del 066 de Morelia sonó insistentemente. Avisaban del hallazgo de dos cuerpos sin vida, ambos del sexo femenino, en el lecho del lago que hace la presa de Cointzio. Las víctimas estaban desnudas.

El equipo de escena del crimen de la Procuraduría de Justicia arribó a la Presa de Cointzio, justo en el predio conocido como El Tecolote.

Eran dos jóvenes. Una de ellas menor de edad y la otra un poco mayor.

Sus cuerpos presentaban evidentes laceraciones. Fueron golpeadas y ultrajadas.
Luego de un rato de analizar la escena del hallazgo, los peritos comenzaron a sacar sus primeras conclusiones. Advirtieron una situación importantísima: no había indicios de que en ese lugar se hubiera cometido el crimen.

Dicha conclusión fue reforzada con la serie de indicios que recolectaron en el predio El Tecolote:
Dos sábanas, una de ellas cubre cama, tamaño king size, las cuales fueron extraídas del lago a unos 40 metros de donde estaban los cadáveres.

Una placa vehicular delantera del estado de Jalisco, encontrada a 17 metros de las víctimas y cerca de unas piedras.

También los peritos encontraron una huella de rodamiento y que por su anchura indicaba que era de un vehículo pesado.

Sobre una piedra también se encontró una mancha negra de fricción de llanta.
Los cuerpos llegaron al filo de las ocho de la noche al Semefo de la Procuraduría y fue hasta las 11 de la noche cuando se les hizo la necropsia de ley.

Las causas de los decesos se establecieron: la chica más joven murió por estrangulamiento; mientras que la segunda fue por las heridas de arma blanca que le propinaron en la zona del cuello. También sus cuerpos presentaban múltiples equimosis, producidas por golpes de sus asesinos.

Los peritos médico forenses indicaron que la muerte de las mujeres había ocurrido entre 24 y 48 horas antes, es decir, entre el viernes 27 por la noche y el domingo 29.
La noticia de la brutalidad con que se cometieron los crímenes corrió como pólvora, generando indignación entre la opinión pública.

La Procuraduría de Justicia movilizó a sus agentes y con el único indicio, que era la placa vehicular del estado de Jalisco, procedió a investigar. De inmediato se solicitó a la Plataforma México que proporcionara los datos del dueño de la placa.

Las investigaciones llevaron a la población de Zapopan, Jalisco, municipio conurbado con la capital; los agentes encontraron al dueño original, pero éste les señaló que desde el 2014 había vendido el vehículo y dio los datos del comprador.

Se trataba de una camioneta pick up, marca Ford, Modelo 2005, tipo Lobo Triton, color azul de transmisión automática.

Lo mismo sucedió con otras cuatro personas, las cuales habían tenido temporalmente la propiedad del vehículo. Finalmente las pesquisas los regresaron a Morelia. Una persona con domicilio en la salida a Pátzcuaro era el último comprador de la camioneta.

Luego de varias pesquisas, localizaron la camioneta en un domicilio de la salida a Pátzcuaro y se cercioraron que le faltaba la placa delantera. Los agentes pidieron una orden de cateo, que fue otorgada, y entraron a la casa.
Agentes investigadores y peritos ingresaron al domicilio. En una habitación encontraron un colchón tamaño king size. A simple vista no se apreciaban manchas de sangre, pero al aplicarle los reactivos, aparecieron.

Lo mismo sucedió con la camioneta, se encontraron y levantaron muestras de sangre; estaban impregnadas en la parte lateral derecha y en la defensa trasera. Dentro del vehículo encontraron un cuchillo, al cual se le hicieron los mismos procedimientos para ubicar sangre, pero con resultados negativos.

Con esos indicios la Procuraduría de Justicia solicitó una orden de aprehensión contra el propietario del vehículo, a quien detuvieron por fuera de su domicilio, que se ubica en una colonia del poniente de la ciudad, su nombre: Israel.

Desde su detención Israel se ha declarado inocente. En la primera audiencia solicitó la duplicidad del término constitucional, que es de 144 horas, ello de acuerdo al consejo de sus abogados, para presentar su postura en torno a las acusaciones que le formuló la Fiscalía, el cual por cierto es de feminicidio.
En el juicio de control, la juez Consuelo López Ramírez revisó las investigaciones de la fiscalía y los procedimientos en la detención de Israel y el cateo a su domicilio, ello para garantizar el debido proceso.

El sábado pasado se realizó la audiencia para ver si la fiscalía lograba vincular a Israel al proceso por el delito que se le acusa. El imputado se presentó con sus abogados y varios familiares y amigos para manifestar que nunca estuvo en la presa de Cointzio en el lapso de tiempo en que ocurrieron los crímenes.

Su esposa y su cuñada confirmaron que Israel estuvo junto a ellas desde el viernes 27 de mayo a las 21:30 horas hasta el lunes 30 de mayo a las 7:30 horas cuando salió a trabajar a la fábrica de papel. Dijeron que en ningún momento salió del domicilio en la madrugada del 27 de mayo.

También presentaron dos testigos, que indicaron que desde el 10 de mayo la camioneta Ford Lobo color azul, ya no portaba la placa delantera.

Israel reconoció no sólo la propiedad de la camioneta Ford Lobo color azul, sino que también estuvo en la presa de Cointzio pero el 8 de mayo, cuando junto con amigos y familiares acudieron a pasear a ese lugar. Una de las testigos narró que en esa ocasión la camioneta se atascó en la orilla de la presa y tuvo que ser remolcada.

En la audiencia, también comparecieron los peritos en criminalística y medicina forense, quienes ratificaron que encontraron huellas de sangre en el colchón, en la parte lateral y posterior de la camioneta, así como en el interior y exterior del vehículo propiedad de Dalila.

La médico forense aseguró que hay compatibilidad entre el cuchillo encontrado dentro de la camioneta con las heridas propinadas a Dalila en su cuello, aunque reconoció que pudo ser otro cuchillo que tuviera un solo filo, una empuñadura y una punta.

La juez Consuelo López Ramírez, después de una audiencia que duró 13 horas, decidió vincular a proceso a Israel por el delito de feminicidio, privilegiando los indicios ofrecidos por la Fiscalía.

Sin embargo, la defensa de Israel aseguró que esos indicios no eran suficientes; que las pruebas se concentraban en una placa perdida y unas manchas de sangre que todavía no se analizan para ver si corresponden al de las víctimas, por lo que se estaba violando la presunción de inocencia de Israel.

La juez ordenó de nuevo el encarcelamiento de Israel en el Cereso Mil Cumbre y le dio un plazo de dos meses a la Fiscalía para que termine con las investigaciones.

Un comentario sobre «EL HALLAZGO DE LAS DOS JÓVENES ASESINADAS Y LA CAPTURA DE UN SOSPECHOSO. (Tercera parte)»

  1. Todo es culpa del govierno en turno ya que para el lado que se mueva se lleva a toda la seguridad del estado, creo que ya es tiempo de que le digamos en su cara a este funcionario de nosotros que ya se deje de mamadas, que asuma sus responsabilidades y que deje ya trabajar en lo que se les contrato a estos policias, a dar seguridad a la poblacion y no solo a un sangano vividor de tierra caliente

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