CRÓNICA: JUICIO ORAL SOBRE LA MUERTE DEL NIÑO DE CINCO AÑOS DE LA COLONIA FLORES MAGÓN

POR ANDRÉS RESILLAS//PRIMERA PARTE//

“¡Yo no quería que pasara esto!”.

Así dijo Alejandra RV cuando fue interrogada por el Ministerio Público, en presencia de su abogado privado.
Pero pasó…

La escena donde los paramédicos de la Cruz Roja encontraron al pequeño de cinco años con iniciales JCC era terrorífica.

Se trataba de un infante en avanzado estado de desnutrición. Sus mandíbulas y su tórax ya estaban comprimidos. La muerte se hizo presente y no se sabe a qué hora finalmente murió o terminó su martirio.

“¿Está muerto, verdad?”, preguntó una Alejandra preocupada.

“Sí”, le confirmaron los paramédicos. Eran las 22: 10 horas del pasado 26 de agosto.

Ese día Alejandra llegó a su domicilio en la colonia Ricardo Flores Magón a las 19 horas, después de trabajar en un hotel en Morelia.

Abrió la puerta de su vivienda y entró. Se dirigió a la recámara donde había dejado al niño y lo encontró inerte en el suelo. Sin sentido. Le tocó el pecho y le llamaba por su nombre. Pero el pequeño ya estaba muerto.

Los paramédicos encontraron restos de cinta canela en la recamara, así como pedazos de mecate de plástico.

Alejandra llamó a su madre por teléfono. Quien vive en la colonia Lucio Cabañas. Llegó la señora y al ver la situación de inmediato se salió. Le sugirió a su hija que fueran a ver a Omar, su otro hijo, para que les dijera qué hacer.

El hermano de Alejandra comprobó los hechos y pidió la asistencia de la Cruz Roja, cuyo personal sólo confirmó el deceso del niño. Se dio aviso a la policía y los tres fueron llevados a la Procuraduría de Justicia.

Según la Fiscalía, Alejandra fue asistida por un abogado privado durante los interrogatorios.

Narró que desde hace tres años tenía una relación de pareja con el padre del niño con iniciales JCCA. Que vivieron juntos un año. Ella tenía un hijo y su pareja otro.

El hijo de Alejandra se separó de esa familia ya que al parecer su pareja le pegaba y decidió mandarlo a otro lado.
Al año, Julio fue involucrado en un robo donde un policía murió asesinado y lo encarcelaron en el Cereso Mil Cumbres.

Alejandra quedó a cargo de su hijastro y se fue a vivir con la mamá de su pareja, pero a los quince días decidió cambiarse con un familiar de ella.

Hace poco más de un mes, Alejandra visitó a su pareja en la cárcel y le anunció que estaba embarazada. Julio tuvo un arranque de celos y le preguntó:

“Ha sí, y cuántos te ayudaron a estar embarazada”, al tiempo que le daba un bofetada en la cara.

Alejandra salió llorando del penal Mil Cumbres. Pero antes de salirse, le advirtió a su pareja que no volvería saber de ella ni de su hijo. Ese mismo día Alejandra decidió vivir en otra casa y la rentó en la colonia Ricardo Flores Magón.

El niño JCC ya se había encariñado con su madrastra Alejandra, incluso narran que ya le decía “mamá”.

Después del altercado que Alejandra tuvo con Julio en la cárcel, la familia de él dejó de ver al niño. Como la colonia Flores Magón estaba cerca, a veces se encontraban con Alejandra y le preguntaban por el infante, incluso la abuela fue a verlo, pero nadie abría la puerta del domicilio.

De acuerdo con la Fiscalía, Alejandra confesó que en su domicilio tenía un improvisado altar a la llamada Santa Muerte y que a veces le dejaba como ofrendas frutas y cerveza.

Pero que un día, al regresar del trabajo, se encontró con que el niño había consumido una manzana y la cerveza que estaban en el altar. Y que además, el pequeño se salió de la casa y tuvo que salir a buscarlo. Con trabajos Alejandra lo encontró en una calle de la colonia.

No sólo había estado preocupada por la suerte del niño, sino también por la supuesta ofensa que el niño había ocasionado a la Santa Muerte al quitarle sus ofrendas.

Fue entonces cuando Alejandra decidió tomar varias medidas.

Desde ese día, el pequeño JCC vivió amarrado de pies y manos…

Mañana, la segunda parte……………………”La muerte y agonía del pequeño JCC”.