“La gente es la ciudad”… William Shakespeare. (1564 – 1616). Escritor británico.
La hermosa y señorial ciudad de las canteras rosas, está de fiesta, cumple 475 años de ser testigo de momentos trascendentales en la conformación y vida de toda nuestra nación.
Fue un 18 de mayo de 1541 cuando se fundó en el Valle de Guayangareo y a partir de 1828 y en honor a su hijo predilecto, José María Morelos y Pavón, adoptó el nombre de Morelia y dejó el de Valladolid.
Ataviada de su impresionante vestido color de rosa, ha visto transitar en sus calles a mujeres y hombres que forjaron nuestro México, como Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez y el propio Morelos, entre muchos otros.
Sus impresionantes edificios de estilo barroco fueron testigos mudos de la Independencia y Revolución Mexicana.
Puede presumir de una de las catedrales más hermosas de Latinoamérica, que cobija entre sus imponentes muros el monumental órgano con más de 4 mil 600 flautas de origen alemán, que llegó en 1905 en un buque de vapor.
También en el corazón de su actual Centro Histórico, se ubica el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, considerado la institución de educación superior más antigua del continente americano, que tuvo su origen en Pátzcuaro, que en 1580 llegó a la entonces Valladolid, para convertirse en la Universidad Michoacana a partir de 1917.
Nuestra Morelia, prácticamente desde su origen, ha cosechado reconocimientos internacionales vinculados a su aportación educativa, cultural, artística, gastronómica y claro, a su belleza arquitectónica. Por todo ello, desde 1991 fue declarada por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Me reconozco un enamorado de la ciudad de las canteras rosas, su belleza me ha nublado de tal manera, que me complica reconocer las cualidades de otras ciudades que se presumen hermosas o pueblos que se hacen llamar mágicos.
Así que ahora que cumple 475 años, además de felicitarla y agradecerle, me resulta inevitable pedirle perdón porque buena parte de los morelianos, no hemos estado a su altura. Lamentablemente la mayoría de quienes la han gobernado, se quedaron muy lejos de hacer las cosas como esta hermosa ciudad lo merecía. Su inigualable belleza sufre los embates de una ciudad que no se ha desarrollado de manera planificada, con deficientes calles llenas de baches, obras malhechas y sin sanciones para los responsables.
Morelia es finalmente, una madre a quien sus hijos le hemos arrebatado buena parte de su glamur, como consecuencia de malos gobiernos, que pese a la transición en el poder de diferentes colores partidistas y ahora hasta un “independiente”, han permitido que prevalezcan la corrupción y la impunidad.
En la época contemporánea, fue testigo inerte de un acto terrorista que arrebató vidas y se robó tranquilidad y esperanza de familias enteras. Y sin embargo, Morelia se mantiene como uno de los destinos turísticos sin playa, que más visitantes recibe anualmente.
Así que bien vale redoblar esfuerzos para que Morelia se mantenga bella y ordenada más allá de su Centro Histórico, comprometamos como morelianos, desde la trinchera que nos toque, poner nuestro granito de arena para que en 25 años, nuestra ciudad de las canteras rosas se mantenga hermosa y señorial, pero también moderna y funcional, para celebrar su medio milenio.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.