“Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz”… Juan Pablo II. (1920 – 2015) Papa de la Iglesia Católica.
El recrudecimiento de la violencia en algunas regiones de Michoacán y en especial, el lamentable asesinato de 10 personas el pasado viernes, donde es presunto responsable el presidente municipal de Álvaro Obregón, Juan Carlos Arreygue Núñez, obliga a decenas de preguntas, pero 2 de ellas son fundamentales: ¿el Mando Único funciona? ¿Y los exámenes de control y confianza que se aplican a los policías sirven de algo?
Los acontecimientos recientes donde según la información que dio a conocer el procurador Martín Godoy Castro, 10 personas, luego de ser asesinadas, fueron calcinadas y abandonadas en una brecha del pueblo mágico de Cuitzeo, resultan incomprensibles, duelen, preocupan, aterrorizan.
Todo asesinato debería sorprendernos, aún si se trata de un enfrentamiento entre bandas criminales, pero que retornen las ejecuciones masivas y con tintes dantescos, deberían obligar a las autoridades de todos los niveles, a hacer una autocrítica profunda a su responsabilidad de brindar seguridad.
Sin embargo, este caso también alcanza a por lo menos, dos partidos políticos, que tuvieron relación con el alcalde detenido. Según el dicho del propio gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, desde las campañas proselitistas del año pasado, el PRD tuvo conocimiento de presuntos vínculos de Arreygue Núñez con la delincuencia y por ello no lo respaldaron en su candidatura. La duda es ¿por qué no insistieron para que se le investigara, ni siquiera cuando se enteraron que lo respaldaría el PT?
Mientras tanto, el líder del Partido del Trabajo, Reginaldo Sandoval, exigió, a manera de lavarse las manos, que haya una investigación responsable y apegada a derecho. Por cierto, como deberían ser todas. ¿Será que efectivamente ignoraba las sospechas perredistas?
Silvano Aureoles también informó que semejantes indicios de presuntos vínculos de Juan Carlos Arreygue con la delincuencia, los tenía el CISEN. Y entonces, ¿por qué las autoridades federales no actuaron en consecuencia?
Vale recordar que el entonces comisionado Alfredo Castillo, en otro de sus compromisos, aseguró que el CISEN certificaría a los candidatos en Michoacán, para evitar que contendiera alguno vinculado con la delincuencia organizada.
Por lo pronto, el secretario de Gobierno, Adrían López Solís, señaló que no sabe en qué parte del proceso se encuentra una investigación que ya desarrollaba la PGR contra Arreygue Núñez, pero lo que sí sabe y resulta alarmante, es que los alcaldes michoacanos aún padecen amenazas y coacción de grupos criminales, aunque no quiso señalar de cuántos se trata.
En fin, es momento de que las autoridades competentes realicen una profunda evaluación y encuentren la manera de hacer funcionar el Mando Único y retomar el control total de los policías; urge una autocrítica que deberá incluir las renuncias o despidos de algunos integrantes del gabinete estatal y hasta del Grupo de Coordinación Michoacán.
De lo contrario, será casi imposible convencer a empresarios para que vengan a invertir al estado, que además padece las constantes manifestaciones del Magisterio Democrático que gusta de violentar el derecho de terceros.
De lo contrario, será extraordinariamente complicado que los esfuerzos por posicionar a Michoacán en el ánimo de los turistas, den resultado.
De lo contrario, la paz y el desarrollo, metas del gobierno que encabeza Silvano Aureoles, tendrán que seguir esperando.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.
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