COLUMNA LIBRE EXPRESIÓN: LA PERCEPCIÓN Y LA REALIDAD MICHOACANA. Por Carlos Monge

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“Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten”… Nicolás Maquiavelo. (1469 – 1527). Historiador, político y teórico italiano.

Apenas 2 semanas atrás el secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Álvaro Vizcaíno Zamora, informó que Michoacán se ubicaba como la sexta entidad más segura del país, pero al mismo tiempo reconocía que el gran reto es cambiar la percepción de inseguridad que prevalece en el 80 por ciento de los michoacanos.

Acompañado por el gobernador Silvano Aureoles Conejo e integrantes del Grupo de Coordinación Michoacán, informó que del 2014 al 2015 la incidencia delictiva disminuyó en más de 12 puntos porcentuales, cuando se registraron casi 31 mil delitos, la cifra más baja de los último diez años; pero reconocía, que difícilmente el ciudadano le cree a la autoridad.

Bajo la misma tónica Álvaro Vizcaíno, informó sobre homicidios dolosos, extorsión, secuestros denunciados y robo de vehículos, áreas donde también se lograron reducciones importantes, que lamentablemente la población sin privilegios, no han logrado percibir.

Dos semanas después y por dos días consecutivos, tras un operativo de seguridad que logró la captura de cuando menos 15 presuntos integrantes del grupo delincuencial denominado “Los Viagras, como lo informó el gobernador Silvano Aureoles, regresaron las acciones del crimen organizado, que bloqueó carreteras, secuestró e incendió vehículos que afectaron a más de una decena de municipios michoacanos.

Indudablemente la percepción ciudadana respecto a la inseguridad superará el 80 por ciento, y es que pese a que se trata de una reacción ante la aplicación de la ley, es evidente que la fortaleza de los grupos criminales que se presume, se multiplicaron ante el debilitamiento de los “Caballeros Templarios”, todavía resulta considerable.

Sin lugar a dudas, el que las autoridades federales y el propio Ejecutivo Estatal mantengan la aplicación de la ley para regresarle a Michoacán la paz, resulta plausible, pero evidentemente falta mayor trabajo de inteligencia y contundencia, para evitar reacciones como las que ahora padecieron más de una decena de municipios.

Empatar el discurso oficial y sus cifras con la percepción ciudadana, parece una tarea titánica en Michoacán, donde las mismas autoridades federales se aliaron, durante el surgimiento de los Autodefensas, con personajes que tenían señalamientos por presuntos vínculos criminales y hoy finalmente, son perseguidos.

Creer en las autoridades y la aplicación de la ley se complica cuando no todos los autodefensas han recibido el mismo trato, como sucede con José Manuel Mireles y otros de sus seguidores que siguen presos; aunque se hayan registrado enfrentamientos entre grupos antagónicos con muertos y lesionados y las investigaciones hayan culminado en que se trató de un choque donde ambos grupos actuaron en “legítima defensa”.

Complicado cuando se crean nuevas fuerzas policiales al vapor, como sucedió en la era del Comisionado Alfredo Castillo y el sustituto Salvador Jara, cuando ni siquiera se habían elaborado y presentado públicamente los decretos de creación de dichos cuerpos de seguridad.

Difícil que el ciudadano pueda confiar en sus autoridades cuando detienen a jóvenes que secuestran vehículos, retienen operadores, roban mercancía, queman vehículos, lesionan policías, bloquean vialidades y trasgreden el derecho de terceros al libre tránsito, para soltarlos unos días después, conformes porque les han dado un susto.

En fin, los obstáculos para alcanzar la paz real, más allá del discurso y muy cerca de la percepción ciudadana, aún es grande. Así que, porque Michoacán se lo merece, hago votos porque esta vez le alcance al gobierno de Silvano Aureoles Conejo, con el apoyo de las fuerzas federales, para regresarle a Michoacán la tranquilidad y opciones de desarrollo que se merece.

Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.

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