COLUMNA BÚSQUEDA ¿QUÉ ES Y QUÉ PASO CON LA CRUZADA CONTRA EL HAMBRE? Por Andrés Resillas

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Era el año 2013, el presidente Enrique Peña Nieto acababa de firmar el acuerdo político de más importancia en los últimos 12 años, algo que Vicente Fox y Felipe Calderón no pudieron hacer: unir a las tres fuerzas políticas más importantes del país en el Pacto por México.

Dentro de este ardid político y para poder seguir con la Política Social de Nueva Generación, Peña Nieto y su gabinete decidieron diseñar una “estrategia interinstitucional” en donde todas y cada una de las secretarías de nuestro país participarían.

Esta nueva política, liderada por una excelente estratega política, que ha sabido ganarse la confianza de un presidente priísta a pesar de sus años de esfuerzo y videoescándalos en el Partido de la Revolución Democrática, se caracteriza por atender a las personas más pobres entre los pobres: las personas en pobreza extrema alimentaria. A Rosario Robles Berlanga se le encomendó la tarea de cambiar la situación de pobreza de 400 municipios en donde se concentraban la mayor parte de las personas en pobreza alimentaria.

Esta Cruzada Nacional contra el Hambre concentraba los esfuerzos de todas las secretarías federales, las partes similares del gobierno de los 31 estados y del Distrito Federal y la participación de los gobiernos municipales para poder dar prioridad en todas sus acciones y programas para estos municipios y sus localidades más pobres.
Han pasado más de 3 años desde que el presidente arrancó con la estrategia en el estado de Chiapas, y después de las elecciones intermedias de 2015, pareciera que mágicamente la Secretaría de Desarrollo Social ha olvidado una política pública que era el estandarte presidencial en materia de atención a la pobreza.

Aunado a este extraño fenómeno post electoral, el Congreso de la Unión, en el Presupuesto de Egresos de la Federación, para el 2016, decidió desaparecer la Subsecretaría de Desarrollo Comunitario y Participación Social, nada más y nada menos que la Subsecretaría de la SEDESOL encargada de la implementación de la estrategia que estaba “Moviendo a México”.

El mensaje fue claro: Rosario Robles y sus comedores comunitarios (el único programa creado exclusivamente a partir del inicio de la Cruzada) logró el cometido de conseguir un número aceptable de diputados federales y de algunos gobernadores claves para la maquinaria política que tiene como objetivo el año 2018.

La Cruzada quedó en el olvido, los 400 municipios no solamente han sido desatendidos, sino que en la última medición de pobreza multidimensional, hecha por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), arrojó como resultado que las personas en pobreza extrema en el país incrementaron y peor aún, las personas en pobreza extrema alimentaria (la población objetivo de la Cruzada) también aumentaron del año 2012 al año 2014.

La Cruzada y todos sus esfuerzos interinstitucionales sufrieron una de las máximas en el estudio de la política pública: Una acción con presupuesto pero sin voluntad política está destinada al fracaso y viceversa, una acción sin presupuesto pero con voluntad política también está destinada al olvido.

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