El domingo 1 de abril prácticamente has comenzado las campañas electorales de los diferentes candidatos que representan a los partidos políticos en competencia. AMLO sale adelante con mucha ventaja sobre sus oponentes que, vale aquí destacarlo, son como popularmente se dice “harina del mismo costal”; es decir, que representan al mismo proyecto de desarrollo, el que hasta hoy no ha hecho más que hacernos daño como sociedad y como país. Su ventaja alcanza ya los 15 puntos sobre su más cercano perseguidor, superando la barrera de los 40 puntos porcentuales, de acuerdo con el promedio que arrojan las diferentes casas encuestadoras en el mes de marzo que acaba de terminar.
El hartazgo de la población y la tenacidad a toda prueba de Andrés Manuel López Obrador son la combinación que ha hecho posible que está ventaja se mantenga y siga creciendo entre el electorado a pesar de la permanente e incesante “guerra sucia” desplegada a lo largo y ancho del territorio nacional desarrollada por los grandes potentados y su clase política y la complacencia del Instituto Nacional Electoral (INE), el órgano responsable de cuidar la elección.
En la emblemática Ciudad Juárez, el candidato de la coalición “Juntos haremos historia”, que reúne a los partidos del Trabajo, Encuentro Social y Morena, delineó una vez más, lo que han de ser sus prioridades y la conducta de su gobierno y los principios que habrán de regir el desempeño público de su gestión. Austeridad, anticorrupción, estado de derecho, fortalecimiento del mercado interno, trabajo y estudio para los jóvenes, pensión al doble para adultos mayores y discapacitados, defensa de los bienes nacionales y el territorio y, sobre todo, defensa permanente de los connacionales que viven y trabajan en los Estados Unidos, convirtiendo a los consulados en procuradurías, anunciando que se inaugurará una nueva relación con ese país, la cual será de respeto, pero no se aceptará por ningún motivo que el trato actual de ese gobierno hacia México permanezca.
Pero nadie que esté con la esperanza del cambio de régimen debe quedarse esperando el 1 de julio (día de la elección), cuando hay todavía 89 días para esa fecha. En ese tiempo la reacción (mafia del poder) hará todo lo que en sus manos esté para evitar el triunfo electoral del pueblo.
La lucha política tomará cauces inimaginables ante la inminente derrota electoral de los candidatos del continuismo neoliberal. Los amos del hurto y de la corrupción van a hacer de esta elección la más feroz de la historia. El grupo Atlacomulco, al cual pertenece Peña Nieto, sabe que no podrá ganar la elección si no cuanta con una estrategia que les reditúe los votos que necesitan y para ello harán uso de cuantiosas cantidades de dinero. Según una regla de oro de Carlos Hank González, “una campaña cara sale barata”, por lo que no habrán, como así sucedió en la elección del Estado de México, de escatimar los miles de millones de pesos para evitar que AMLO salga victorioso.
Los programas sociales, las obras pequeñas en las colonias y rancherías, las tarjetas rosas, los vales de despensa, dinero a cambio de votos, etc.; además de la campaña de miedo, las amenazas de quitarles los apoyos públicos si no votan por el candidato oficial y la ya socorrida compra de votos el mismísimo día de la elección son parte de esta terrible estrategia. Ya lo dijo un connotado mapache electoral michoacano del PRI hace apenas unos días: “estamos dispuestos a todo, desde pegar un botón hasta matar un cabrón”; esto con tal de ganar las elecciones. No se podía ser más específico. Y claro que así lo van a hacer, no puede haber ninguna duda.
Por ello debemos trabajar incansablemente durante estos tres meses para evitar que el PRIANRD se impongan. En cada manzana, en cada sección electoral, debemos de organizarnos para la promoción del voto a favor de AMLO y los candidatos de la Coalición. Organizarnos para garantizar que nuestros vecinos salgan a votar temprano ese día, para que cuidemos la casilla y hagamos que nadie induzca el voto, ni ejercite las malas prácticas que históricamente ha venido realizando el PRI. Es hora de trabajar, de no quedarse en casa pensando que ya lo logramos. Recuérdese que la elección será el 1 de julio y hay muchos días de contra campaña por todos los medios y con todos los recursos. La televisión, los diarios y las redes sociales serán inundadas de basura dirigida a impactar en el electorado. Qué nadie se duerma en sus laureles.
Que sólo el pueblo organizado casilla por casilla, calle por calle, logrará imponerse al régimen. Apuremos pues el paso y demos este salto que hará historia en todo el mundo. México por fin puede hacer realidad la derrota del neoliberalismo. Preparémonos para lo que viene. Hagámoslo con alegría, sabedores de que estamos haciendo lo que responsablemente nos corresponde. Hagámoslo por nuestros hijos, por nuestras familias, por nuestras comunidades y por todo el pueblo. “El presente es de lucha, el futuro es nuestro”.