OPINIÓN. LA UNIVERSIDAD Y LA ESTRATEGIA DE LA ARAÑA. Por Teresa Da Cunha Lopes

Sobre los recortes presupuestales federales a la universidad y su lectura política. Tal cómo en la búsqueda de los “serial killers”, lo urgente en lo que respecta al recorte federal de presupuesto a 7 universidades, el punto de partida de la investigación es identificar que tienen en común las “víctimas” para entender el proceso mental del “asesino” y poner en marcha una operación preventiva del próximo golpe. Porque, tengamos claro que no se trata de una cuestión educativa, sí de una cuestión política. NO ES UN RECORTE A LAS UNIVERSIDADES. Al ser estas autónomas y estatales ES UN RECORTE A LOS ESTADOS.

Así que primero lo obvio. Pero, no solamente. Para allá de la ruptura del pacto fundador, otras señales menos graves, pero de igual magnitud, saltan a la vista. En particular el elemento de su mezquindad política para con las regiones y poblaciones de esta grande nación que más necesitan de la federación: los jóvenes en los estados en crisis. Esta medida es, antes de más nada, el son del doblar de difuntos de las campanas sobre los sueños de futuro de toda una generación, realizado desde nuevas y lujosas oficinas por personajes que visten Armani y se formaron en universidades elitistas con becas públicas, con los recursos de la Nación .

Así que, en primero lugar hay que hablar claramente del trasfondo político de la “producción “de la lista de las 7 y colocar preguntas sobre la verdadera intención del anuncio. ¿Por qué estas 7 universidades y no las 10 que aparecen en la “pre lista “de Mayo? ¿Por qué estas 7 y no las 19 con problemas de saneamiento de sus sistemas de jubilación? ¿Por qué la excusa del sismo, si antes tuvimos huracanes con secuelas de destrucción máxima, cada año inundaciones, entidades federativas bajo sequías devastadoras que duran décadas y una crisis de inseguridad (vulgo narco guerra) que ha funcionado como un vórtice de absorción de presupuesto federal y de ruina de los estados?

En consecuencia es necesaria una lectura política y no “educativa” del castigo a los Estados con problemas para insertarse en la modernidad globalizadora y globalizante, decapitando sus sistemas de educación superior.

En el caso de Michoacán y de la Universidad Michoacana, este castigo es particularmente injusto. Nadie puede entender que en un momento que apenas estamos saliendo de la mayor crisis de inseguridad del siglo y que Nuestra Máxima Casa de Estudios entra al club selecto de las mejores de México (CUMEX), en que todos los programas de Licenciatura están acreditados por organismos externos, en que hicimos reforma administrativa, en que nos hemos sometido a auditoria externa e implementado sus recomendaciones, en que compras, ejercicio de proyectos se hace por las normas federales, nos arrojen a la “guillotina” . No hay criterio objetivo para no implementar un proceso de saneamiento que permita el rescate financiero de la UMSNH. Habrá “criterios a modo”. No lo sé. Lo intuyo.

Lo intuyo por mensajes claros contenidos en la medida, en los tiempos y en la forma en que optó para su publicación. En primera instancia, lo que resalta de la manera en que está redactado el oficio que circula en redes (y el boletín de prensa asociado) es que se traslada la “culpa” de la medida de “castigo “de la SEP a la SHCP, abriendo los “cañonazos” de un grupo que va perdiendo terreno en la carrera contra Meade y su cada vez más fuerte posición como candidato al 2018.

En segundo lugar, la lista de las 7 no es “arbitraria “si intencional. Por un lado, no corresponde a criterios objetivos que aíslen estas 7 universidades de otras que están en peor situación académica y con los mismos (o peores) rezagos estructurales. Es una lista de “venganza” que ataca, directamente, estados que se opusieron abiertamente a la “reforma educativa de Nuño (Oaxaca, Michoacán) o estados cuyos rectores (como Nayarit) lideraron movimientos reivindicativos contra la SEP.

Por otro lado, observemos con atención que cinco de los 7 estados afectados no son gobernados por el PRI y los dos que sí lo son, consiguieron retener o llegar por mayorías mínimas que no aseguran victorias en el 2018. O sea , son “desechables” por lo tanto, en la perversa lógica de la estrategia de la araña. En consecuencia, las aspiraciones de superación personal y de futuro de los más de 200 mil alumnos de educación superior, las vías de salida de las crisis sistémicas de estados que necesitan de esta nueva generación con competencias y destrezas, pueden ser aplastadas con un plumazo diseñado por una pluma Mont Blanc .

In embargo, no se trata , solamente, de la concretización de la destrucción de la universidad pública en entidades federativas pobres, que viven bajo crisis de seguridad, con déficit de oportunidades, ausencia de indicadores de recuperación económica y que ahora, con esta medida, son arrojados , sin contemplaciones , para un permanente “estado crítico ‘ , a la periferia de la sociedad de la información y fuera de los ejes de desarrollo nacional. La “lógica” de esta medida es, ideológicamente, mucho más perversa.

Como dice el oficio gubernamental, 7 estados dejaron de ser “prioritarios”. O sea se establece una distinción entre mexicanos de primera y de segunda. Entre estados cuyo futuro pasa por el buen funcionamiento de sus instituciones educativas y que acceden a los beneficios de los impuestos que todos pagamos y de la globalización del conocimiento y, del otro lado, separados por el “rubicón” de la burocracia , estados “non prioritarios” que son entidades federativas que quedan fuera del desarrollo y de los planes nacionales e inclusive del principio de solidaridad inherente al propio pacto federal.

Se trata, y mucho de una estrategia de control de los “pobres”, colocándoles en línea de espera de una modernidad que nunca llega, porque nunca se les permite el acceso a los instrumentos (educación de calidad, por ejemplo) ni a los financiamientos que aseguran la operatividad de esos instrumentos . Como muy bien lo definió Javier Auyero de la Universidad de Texas, hacer esperar a los “Pobres” a la orilla del desarrollo, frenar su acceso a los financiamientos básicos para la educación, la salud, la infraestructura es y, paso a citar:” una herramienta de control para el poder que les permite vigilar y castigar. A la vez, genera una subjetividad en los pobres, quienes creen que ‘deben’ esperar y que, en ese sentido, actúan como buenos esperantes”. (ver “Los pacientes del Estado “, publicado por Eudeba, 2013).

O sea, por detrás de las esperas y burocracias que utilizan los gobiernos para impedir el acceso equitativo de todos a los DESC (derechos económicos, sociales y culturales), a la educación, a la salud o a la seguridad social lo que existe es la aplicación selectiva de herramientas que impiden superar el estado de pobreza. De esto se trata y solo de esto, de control , tal como es evidente en el presente caso del recorte federal a la lista infame de las 7 universidades, y de castigo represivo, discriminador, ideológicamente justificado por tecnócratas que hacen una re-interpretación contemporánea del viejo paradigma de la “utilidad de la pobreza” .

 

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