“La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace, están en armonía”… Mahatma Gandhi. (1869 – 1948). Político y pensador indio.
Con el descrédito que carga la clase política nacional y en especial aquellos que integran los partidos, resulta esperanzador que pese a todos los obstáculos, sobrevivan los llamados candidatos independientes. Pero me refiero a los independientes en serio, a los que no cargan una militancia partidista, como José Pedro Kumamoto Aguilar en Jalisco.
Tras un arduo trabajo desde la ciudadanía, la organización de jóvenes a través del movimiento #yosoy132 que se convirtió en Wikipolítica, Pedro Kumamoto logró ser el primer diputado local independiente de Jalisco y renunció al 70 por ciento de su dieta, para invertirla en impulsar la participación ciudadana.
Su campaña proselitista la construyó con esquemas contrastantes a los usados por la clase política partidista tradicional; así que no aceptó donativos mayores a 7 mil pesos y su campaña fue austera, pero efectiva en tierra y sobre todo, en el uso de la Internet, con un discurso vinculado a los deseos de los ciudadanos como quitarle el fuero a los legisladores y disminuir la entrega de recursos públicos a los partidos políticos, propuestas que por cierto, hoy son realidad en el estado vecino.
Desde entonces superó las expectativas. Necesitaba 5 mil 500 firmas para ser candidato y logró 7 mil 200 y ya en la contienda electoral por el distrito 10 de Zapopan, convenció a 57 mil 215 ciudadanos de darle su voto.
Semejante y ejemplar carrera, tuvo un tropiezo grave cuando el joven Kumamoto manifestó su interés de ser ahora, senador independiente. Para muchos es loable porque allá tendrá oportunidad de hacer algo más y posiblemente mejor a lo ya logrado como legislador independiente; el problema es que eso le raspa su congruencia y en alguna dimensión lo asemeja a la voracidad de la clase política nacional que sin escrúpulo alguno, brincan de hueso en hueso para mantenerse en la ubre del erario, e incluso, sin el menor empacho cambian de partido y hasta de “ideología”, si aún les quedara algo.
Pedro Kumamoto debió consolidar la congruencia y el deber ser. En lugar de buscar llegar al Senado, bien pudo apoyar a otro de los integrantes de tan loable movimiento social de jóvenes y él terminar la encomienda para la que fue electo, con ello, terminaría de destacar que efectivamente no se parece en absoluto a la clase política-partidista nacional. Se equivocó Kumamoto.
Mientras tanto, una larguísima lista de ex integrantes de partidos políticos, intentarán convencer a los ciudadanos de que ahora son independientes. En lo nacional destaca la panista Margarita Zavala Gómez del Campo y en lo estatal el perredista Uriel López Paredes y la albiazul Luisa María Calderón Hinojosa, por mencionar algunos.
En fin, espero que el joven Kumamoto por lo menos reconozca que se ha equivocado o bien, que justifique con solidez su determinación de, cual político chapulín, brincar de una responsabilidad, que todavía no termina, a otra.
Por lo pronto, deseo que sean más los candidatos independientes que obtengan triunfos en todas las posiciones que estarán en juego el próximo año, pero los independientes genuinos, no los que fracasaron en sus disputan partidistas y optaron por ir a la búsqueda de lo que también es una moda.
Así que lo invito a usted, estimado lector, a ser minucioso a la hora de conocer a los candidatos a quienes les dará su voto y si está pensando en respaldar a los independientes, reitero que ojalá se decida por los independientes genuinos y ya no, por lo que han vivido del erario buena parte de su vida, gracias a su reciente militancia partidista.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.