POR ANDRÉS RESILLAS//PRIMERA PARTE//
Lo que fue considerado como un proyecto para rescatar y darle vida a un espacio cultural y de espectáculos, el Teatro Matamoros se convirtió en un símbolo de la discrecionalidad, el dispendio y el ocultamiento de la cantidad de dinero que se ha gastado en esa obra.
Nadie lo acepta, pero el hecho flota en el aire: hubo favoritismo gubernamental para que Cuauhtémoc Cárdenas Batel,
fuera el director de la remodelación y reconstrucción del antiguo Cine Colonial, ahora llamado Teatro Mariano Matamoros.
Las irregularidades se presentaron desde el primer momento en que el Ayuntamiento de Morelia, en el año 2009, pusiera sobre la mesa la iniciativa de reconstruir el citado recinto.
Al momento de que el Comité de Adquisiciones Municipal estuvo enterado, algunos de sus miembros exigieron que se elaborara un proyecto ejecutivo y que se licitara la obra.
Sin embargo, ninguna de las dos cosas ocurrió. Ni hubo tal proyecto y se designó a Cuauhtémoc Cárdenas Batel como director de todo el programa de reconstrucción.
Tampoco, llegado el momento y como lo marca la ley, se licitó la obra, sino que se adjudicaron directamente todos los servicios de construcción y remodelación que se requerían. Ello, gracias a la autorización del entonces gobernador Leonel Godoy Rangel como más adelante lo comprobaremos.
La inversión inicial por parte del Ayuntamiento de Morelia y del Gobierno del Estado fue de 33 millones de pesos, a los cuales se agregó un millón de pesos entregado por la Fundación Banamex.
A seis años del arranque de la obra, la iniciativa apenas registra un 40 por ciento de avance, sin embargo, ese avance no concuerda con el gasto de los 225 millones de pesos que en junio del 2014 se dio a conocer.
De acuerdo con constructores michoacanos, la obra no refleja el gasto ya erogado, por lo que sospechan que existió una mala administración de los recursos económicos. Y que ahora la Auditoría Superior de Michoacán le está pidiendo a Cuauhtémoc Cárdenas Batel y a sus amigos, que comprueben cerca de 150 millones de pesos.
COMPAÑÍAS FORÁNEAS PARTICIPAN EN LA EJECUCIÓN DE OBRA
Búsqueda logró ubicar al conjunto de empresas, consultoras, asesores y el principal consorcio de arquitectos que participó en la elaboración tanto del proyecto ejecutivo como de todas las partes de la obra.
Bajo el argumento de Cuauhtémoc Cárdenas Batel de que el Teatro Mariano Matamoros sería un centro de espectáculos vanguardista, le dejaron manos libres para contratar las empresas que se encargarían de la obra en su conjunto. No importó que se violara leyes como las de Adquisiciones y de Obras Públicas.
De esta forma, contrató a las siguientes empresas: Diseño Arquitectónico: Arquitectos: Mauricio Rocha Taller de Arquitectura, integrado por Mauricio Rocha, Gabriela Carrillo, Carlos Facio, Adrián Iturriaga, Gabriel Beas, Edgar
González, Juan Carlos Montiel, Raymundo Flores, Francisco Ortiz, Ricardo García, Víctor Valverde, Michela Lostia,
Miguel Montor, Juan Santillán, Israel Espín.
Diseño Estructural: Grupo Sai – Gerson Huerta.
Estructura principal de acero: Grupo Baysa.
Construcción: Grupo de Oro.
Instalaciones Eléctricas, Hidrosanitarias, Aire acondicionado, Voz y Datos: Constructora Limón, ICI, Pisa, SMK.
Diseño acústico: Mtro. Cristian Ezcurdia.
Consultoría teatral: Philippe Amand, Itzel Alba.
Mobiliario: Alis.
Asesores de Iluminación: Luz + Forma.
Rendering (perspectiva y representación arquitectónica): Yasser Salomon e Israel Espin.
Fotografías: Carlos Facio, Edgar González, Manuel García.
Entre todas estas empresas, que suman 14, se han erogado 225 millones de pesos y quieren más.
Son empresas cuyos costos y honorarios no son para una entidad de la República Mexicana sumida en la pobreza, endeudada y con un quebranto financiero como Michoacán.
Un botón de muestra: El escenógrafo cubano Philippe Amand, que otorga la “Consultoría Escénica”, en un anterior trabajo, que fue la remodelación del Palacio de Bellas Artes, cobró por sus honorarios más de 2 millones de pesos.
En el caso del Teatro Matamoros se desconoce el monto de sus honorarios.
También se contrató a dos especialistas en perspectiva y representación arquitectónica, ligados a la empresa ROJKIND ARQUITECTOS, cuyos honorarios se desconocen.
Otra empresa denominada A’Kustiks y representada por Cristian Eskurdia, encargada del aspecto acústico también fue contratada para el Teatro Matamoros. Esta compañía fue de las que participó en la remodelación del Teatro de Bellas Artes en el 2012, cuyo costo superó los 680 millones de pesos. Nada más.
Entre las empresas aparecen viejos conocidos y que han mantenido una estrecha relación con los gobiernos perredistas, como es el caso de Grupo de Oro, propiedad de Germán Oteiza Figaredo y que realiza los trabajos de construcción en el Teatro Matamoros.
Excesos con cargo a los michoacanos
Incluso en las fotografías que se colocaron en la fachada de madera, durante el proceso de construcción, participaron famosos, como el guionista de la película Amores Perros y Premio en Cannes, Guillermo Arriaga.
A todo ese grupo de modelos, actores, cineastas y artistas se les pagó para que posaran en la obra y se ilustrara una fachada temporal. Había dinero para todo.
Otra irregularidad es el hecho de que Cuauhtémoc Cárdenas Batel fue designado asesor cultural del gobierno del Distrito Federal en octubre del 2013, por lo que desde entonces ha estado imposibilitado para seguir con la obra.
Sin embargo, todavía en agosto del 2014, el propio Cárdenas Batel le informó a la periodista Patricia Monreal del periódico Cambio de Michoacán que el proyecto de construcción del Teatro Mariano Matamoros seguía en marcha y que se mantenía como director del proyecto.
Fue en marzo del 2015, cuando el entonces secretario de Administración y Finanzas, Manuel López Miranda, anunció que Cuauhtémoc Cárdenas Batel quedaba desligado del proyecto y que se renovaría el Comité Técnico del Fideicomiso, además de que se integrará un Consejo Ciudadano.