POR ANDRÉS RESILLAS
La promoción indiscriminada de políticos y ciudadanos a través de espectaculares y redes sociales puso a trabajar a los magistrados del Tribunal Estatal Electoral y los mostró que se puede violar la ley aprovechando sus lagunas.
Los magistrados se quiebran la cabeza para dilucidar si Valentín Rodríguez y Giuliana Bugarini cometieron delitos electorales al promociorse en espectaculares y redes sociales.
La única que realmente atinó a la intencionalidad de esas campañas fue la magistrada Alma Bahena.
Claro que es una evidente campaña electoral de los políticos utilizar estos métodos de promoción. Lo hacen en un contexto electoral, cuando el proceso está en marcha y aunque abiertamente no invitan ni exhortan al voto, si buscan posicionarse en el imaginario colectivo.
¿Y por qué lo hacen? Por que ahora los partidos están definiendo las candidaturas a través de encuestas y sondeos donde le preguntan a los ciudadanos por los políticos más conocidos.
Valentín Rodríguez era un absoluto desconocido para los michoacanos hace un año. Pero ahora que el señor gastó millones y millones de pesos en promocionarse por todo Michoacán, pues la gente ya lo conoce y sacó ventaja a sus cometidores al contar con dinero para esa campaña.
Los magistrados no sólo pecan de ingenuos, sino de ortodoxos y cuadrados al apegarse a la ley de manera rigurosa. Eso fue fielmente aprovechado por la cauda de políticos como Alfredo Ramírez, Antonio Soto, Carlos Herrera, Luis Navarro, Raúl Morón y los involucrados Valentín Rodríguez y Guliana Bugarini.
Es cierto, la ley debe actualizarse y contemplar el uso de las nuevas tecnologías y redes sociales para la promoción política; además de vislumbrar el contexto político y social en que se ejecutan los actos de promoción.
Estos políticos engañan a la autoridad electoral y a los ciudadanos al difundir su imagen con artimañas y no con un trabajo político directo con las masas.
Por lo pronto el Tribunal Electoral Estatal no está respondiendo a la sociedad ante estos actos anticipados de campaña política.
¡Qué casualidad que todos aquellos que se promocionaron en espectaculares y redes sociales ahora aspiran a una candidatura!
De paso medios de comunicación como la Revista Maxwell mostraron que se prestan a ser utilizados vilmente para engañar a la gente. ¿Y el Tribunal Electoral? Bien gracias.