Es ilógico y de una perversidad política maquiavélica que, precisamente, cuando la UMSNH entra, finalmente, al grupo de las mejores universidades del país ( lo que sólo fue logrado por el esfuerzo colectivo de sus integrantes ) vengan, ahora, fuerzas externas ahogarla financieramente con recortes arbitrarios, difamarla con editoriales a peso de chayotes y, a retener los rubros previamente presupuestados para pago de las obligaciones patronales de ley a sus académicos y trabajadores.
Es ilógico y es perverso, más aún porque cortar el oxígeno a la UMSNH es contrario a los intereses de Michoacán ya que, tal como lo vengo mencionando desde la crisis de abril del 2016: «contrariamente a muchas afirmaciones y opiniones que se leen en las redes sociales y que, periódicamente, resurgen en los diversos medios de comunicación, uno de los motores, tal vez el más importante motor del desarrollo de Michoacán, es la Universidad Michoacana.
La transición a las nuevas estructuras de la sociedad de la información, en que la innovación tecnológica y el conocimiento son los pilares de la “riqueza de las naciones” sólo puede ser llevada a cabo con la UMSNH y, a partir de la UMSNH.» (in «Michoacán y la UMSNH», Dar Click aquí para ir al artículo de referencia ). La UMSNH es un referente no sólo para el Estado, sino también a nivel nacional como uno de los bastiones de la calidad de la educación superior pública.
Como tal, es parte esencial de la panoplia de instituciones que son indispensables al fortalecimiento del eje prioritario nacional de transición a un sistema de educación moderno y globalizado.
La entrada a la modernidad de México, su competitividad y su futuro han estado (y están), primordialmente conectados, tal como lo vengo diciendo desde hace años y, todo el mundo lo reconoce, con el desarrollo de la educación pública. Ahora bien, los sistemas públicos educativos (en sus diversos subsistemas) necesitan de inversiones adecuadas y, en consecuencia, durante los últimos 30 años, la escena política mundial ha estado dominada por la opinión de que todo gasto gubernamental en educación es una inversión fundamental de los contribuyentes para el desarrollo de las naciones.
México no es excepción y, así lo demuestra su historia reciente. México ha tenido tres momentos en que intentó (y parcialmente lo consiguió) fortalecer su sistema educativo: con Vasconcelos el sub-sistema básico, en los sesenta con el encuadramiento macroeconómico del Programa de Desarrollo Estabilizador una tentativa fracasada de educación profesionalizante, y, en particular para el sub-sistema de la Educación Superior, a partir de los noventa con los programas federales de fortalecimiento de la capacidad académica de los recursos humanos y de la competitividad académica de los programas, PROMEP y PIFI .
Sin embargo, también es una regla universal, » cuando el discurso se invierte y los recortes entran a la narrativa política y se plasman en los presupuestos anuales, entonces, la educación (y la calidad en la educación), como uno de los principales componentes del gasto público, se ha resentido inevitablemente.» (en Estados en crisis, presupuestos y Universidades Públicas, Da Cunha Lopes, febrero 2015, Dar click para acceder al artículo de referencia ).
En suma, el «castigo» presupuestal a la UMSNH es una ocurrencia que castiga a Michoacán y a los michoacanos que tienen en la institución un espacio educativo de calidad, un centro cultural que aglutina expresiones diversas y un «patrón» que asegura puestos de trabajo a lo largo de toda la geografía michoacana.
Así que, tal como lo afirma el Rector Medardo Serna en senda entrevista al Cambio de Michoacán y publicada hoy en su portal electrónico: “Se pierde más si no hay apoyo para la educación”. (Dar click aquí para acceder artículo de referencia).
Es bien verdad que, entre logros y retos, la UMSNH tiene un trabajo interno de reestructuración pendiente, relativos a la Ley Orgánica, a la reforma del Sistema de Jubilaciones y a la transparencia de la administración universitaria.
Sin embargo, tal como lo refiere Medardo Serna, en la entrevista arriba citada, los problemas financieros de la UMSNH se han arrastrado y magnificado porque una sub-presupuestación anual que no responde a las necesidades del funcionamiento operativo de la Máxima Casa de Estudios, que “no únicamente es pensiones y jubilaciones, yo enunciaba otras más: no nos dan recursos regulares ordinarios para el Bachillerato Nicolaita, ahí tenemos diez mil estudiantes en siete planteles, la mayoría con más de 50 años sirviendo a los michoacanos.»
Es entonces erróneo achacar a la UMSNH todas las culpas en esta materia. Si todavía faltan algunos aspectos que deben ser mejorados sobre transparencia administrativa en la UMSN, en los últimos dos años se implementaron protocolos de seguimiento de rubros de gasto (obligatorios hasta por las nuevas reglas impositivas del SAT) que hacen con que Tesorería trabaje con un nivel de transparencia mucho superior a épocas anteriores (y probablemente modelar si comparado con dependencias de los diversos niveles de gobierno).
Hasta en este punto de la transparencia, existe una percepción errónea transmitida por titulares redactados en base o a una grande ignorancia o a una agenda política de destrucción de la UMSNH. Hemos de concluir que el discurso anti-UMSNH es una narrativa artificialmente construida, fabricada y recompuesta a partir de medias verdades, al estilo de los adeptos de las teorías del complot y que sirve como un medio de canalización de resentimientos individuales y/ o colectivos.
La manipulación informativa se alimenta de esos resentimientos para, a partir de un ambiente tóxico, crear plataformas políticas que se alimentan de datos falsos, de leyendas urbanas de hace tres décadas y de mucha mala leche demagógica para atacar a una institución que representa tres » pecados» a los ojos de los mini-Trump locales: es laica, es respetuosa de la diversidad y es incluyente.
Y, sobre todo es eficiente, como lo demuestra el hecho de que la calidad académica de sus docentes la coloca en el sexto lugar nacional en investigación, que sus programas (incluyendo los programas de las ingeniarías) están acreditados por organismos externos y que sus alumnos se benefician, en número récord, de becas de movilidad a las cuales solo es posible acceder bajo estrictos filtros de rendimiento y competitividad académica.
Lo que existe, entonces, es una presión política insoportable, fruto de guerrillas de posicionamiento interno partidarias, que además de ser ilógica bajo de un punto de vista del interés superior de Michoacán ni siquiera es redituable electoralmente.
En consecuencia, tal como estuvimos 66 días rehenes de esos juegos externos y reacomodos tácticos (eso sí, obscuros y obsoletos), hoy somos rehenes del juego perverso de provocar (de forma totalmente calculada) otra crisis nicolaita innecesaria.»