Durante años he intentando aportar, por diversos medios, ideas, propuestas reflexiones para construir soluciones viables que pudiesen responder a problemas concretos de hoy, anticipar retos de mañana . En particular, en las cuestiones educativas y de los cambios que necesita de hacer la universidad. Sin embargo,llegué por la vía empírica, a la conclusión de que, en cierta manera ha sido inútil.
Cualquier charlatán, principalmente si es hombre, tiene una enorme ventaja ( la ventaja «TRUMP») sobre lo que he propuesto y que puede resumirse en una frase: ( que parece paradójica ) : es más fácil vender un «vocho» que un «Mercedes». Posiblemente, porque el «vocho» es familiar, barato y, remite a una tradición de hacer las cosas mirando al pasado. Permite eternizar clanes y acuerdos de reparto de influencias .
En el proceso, infelizmente, aprendí a ser indiferente y gané enemigos. Pero me recuso a claudicar, a pesar del cansancio y, mucho menos a ser cómplice , por vía del silencio, del ( de los ataques) a nuestra máxima casa de estudios. A pesar de ( en consecuencia de, podríamos decir ) todas las presiones , no dejaré de escribir sobre educación y, en particular, sobre las medidas que me parecen urgentes.
Pero, antes quiero enunciar un decálogo de puntos que permitirán al lector tener claro mi punto de partida:
1.-que el camino más corto entre dos puntos, el ayer y el mañana, es la línea recta, transparente y directa , orientada a metas y medida en resultados.;
2.-Que las eternas divagaciones de la grilla institucional devoran energías y conducen, ineluctablemente , a un callejón sin salida;
3.- Que la ignorancia de los entornos educativos y de sus cambios en otras latitudes es fatal e impide la realización de cambios estructurales;
4.-Que la mentalidad de » campanario» va contra el paradigma del ejercicio de derechos fundamentales;
5.- Que la opacidad es , económicamente y políticamente , no redituable;
6.- Que la prepotencia es un mero sucedáneo de la autoridad ;
7.- Que la disyuntiva es clara : cambiar o desaparecer ;
9.- Que el cambio no puede venir del status quo y , que las resistencias son, serán enormes;
10.- Que el sabotaje financiero de nuestro futuro es un acto innoble , ignóbil, políticamente contraproducente y con altos costos sociales .
Me queda claro , que hemos sobrevivido porque hemos funcionado, a pesar y contra todas las fuerzas adversas internas y ataques externos, porque nuestro trabajo ha supuesto una drástica reducción del número de mexicanos sin opciones de futuro, y los votantes , en la cercanía del 2018, no querrán ni quieren perder esos avances.
Por desgracia, algunos de los avances se perderán de todos modos: el número de mexicanos y de michoacanos sin acceso a la educación superior probablemente aumentará en los próximos años. Y no hemos solucionado ni el adecuado proceso de aumentar la oferta ni la diversificación de la oferta de educación superior . De modo que es importante decir claramente, de antemano, por qué esto está pasando. No lo hemos solucionado porque no ha existido la voluntad política de asegurar los rubros presupuestales para tal.
Esto está pasando, porque hemos sido cómplices , por nuestro silencio e inacción de un proceso de debilitamiento del sub-sistema público de educación superior.
En el camino, hemos olvidado que la manera más sencilla de garantizar que las personas accedan a la educación básica y después a la media-superior y, en particular, a la educación superior de calidad , es que el Estado pague directamente la factura, a través del financiamiento adecuado y creciente de las IIES.
Por eso, es tan importante, inscribir a nivel constitucional, la gratuidad de los diversos subsistemas y garantizar , también constitucionalmente, tal como lo acaba de hacer Veracruz, los rubros presupuestales de las universidades públicas estatales. Lo que para todos era políticamente inalcanzable, es hoy una realidad en una entidad federativa. Hay que luchar por esta medida en Michoacán .
Este es , o debería ser, el elemento central de nuestra lucha: constitucionalizar la obligatoriedad del financiamiento de la universidad pública . Por último, y sé que de nuevo seré «quemada en la hoguera» , no olvido que el ataque sistemático al que ha estado sometida la UMSNH en los últimos años, no deriva ni es fruto de una cuestión de principios, y ni siquiera de política en el sentido normal. En grande parte, se trata básicamente de rencor:, de rencores personales acumulados, de roces de egos y de otras nimiedades.
Situación que nos ha desangrado y que puede hacer que millones de personas más sufran también. Es altura de revertirla, colocando el interés superior de la institución por arriba del ( de los ) egoísmos particulares. ¿Cómo? Garantizando, a través de una reforma constitucional local, la autonomía financiera de la Universidad. O sea, inscribiendo el financiamiento adecuado de la UMSNH , a partir de de un porcentaje considerado adecuado en los países de la OCDE, el 4% del presupuesto anual del estado, en nuestra magna carta. Al igual que cualquier otro derecho fundamental constitucionalmente recibido, el Estado tiene ante el derecho a la educación y de su consagración constitucional:
1.- El deber de respetar el acceso individual al bien protegido (considerado como la obligación del Estado de no afectar la educación o las condiciones y capacidades de acceso específico de cada particular, así como la obligación para eliminar los obstáculos al libre acceso) y, 2.- el deber de proteger (contra agresiones o amenazas por parte de otros particulares o contra prestaciones deficientes en los subsistemas educativos) y de promover las condiciones óptimas de funcionamiento operativo , garantizando su autonomía financiera.
Si , por un lado, estos deberes de respetar, proteger y promover son deberes de carácter genérico que se desprenden de cualquier norma de los derechos fundamentales, y, relativamente a los cuales los responsables políticos (los decisores) tienen en virtud de su relativa indeterminación, un margen significativo de elección política y definición de prioridades, por otro lado, hay otras obligaciones específicamente previstas en su contenido y con ámbitos de aplicación determinados establecidos en la Constitución del Estado de Michoacán .
A partir de la opción del legislador constituyente por garantizar la gratuidad del subsistema de educación superior en el estado, se establece no solamente la existencia de un derecho a la educación y , específicamente, a la educación superior, como también la “juridicidad” de las características de universalidad, generalidad y equidad .
Podemos, entonces considerar que, es a partir de estas características y partiendo de la existencia concreta de un problema o de una dificultad con la financiación del la Educación Superior ( en particular de la Universidad pública estatal , la UMSNH) , que la alternativa política y legal , solo puede ser una : la que sugiere la posibilidad de requerir la elevación a norma constitucional , las reglas de la financiación de la UMSNH, en el sentido de garantizar su pleno funcionamiento operativo, su saneamiento financiero , su reforma y su expansión.»