¿Ganamos? Ahora que el “agua del río vuelve a su cauce”, que las campañas electorales y su secuela han concluido con el fallo del Tribunal a favor de Ramírez Bedolla; ahora que Carlos Soto tomará posesión, es necesario preguntarnos: ¿Ganamos?
Para sustentar la pregunta que parece sin sentido colocaré tres elementos aparentemente desconectados con el problema propuesto. Estos son: 1) ¿Quién está detrás de los partidosde futbol?; 2) Los compromisos contraídos y la imaginada composición de las nuevas administraciones; y, 3). Aumento de precios y síntomas de escasez.
¿Quién está detrás de los partidos?
Mientras Usted y yo nos desgañitamos echando porras al Santos y/o al Atlas, en un juego imaginario, y quedamos disgustados por la suerte de nuestro favorito, más atrás es posible que Dante Elizalde y Pedro Portillo se tomen un café con pay de zarzamora y hagan planes para los futuros encuentros. Ellos y la parte gerencial de su negocio quizá valoren qué conviene más a la luz de los partes contables, qué hacer para modificar los resultados financieros.
Sí, porque gane o empate, Santos Laguna o el Atlas de Guadalajara, será el Grupo Orlegi, dueño de ambos quien se quede con las ganancias. Santos, presidido por Dante Elizalde, propiedad del grupo Orlegi desde agosto 2006; Atlas, comandado por Pedro Portillo, también es propiedad del mismo negocio Orlegi (2019) y de TV Azteca. Grupo Orlegi también compró Tampico Madero (2016).
En situación similar podría estar gritando con amigos y/o vecinos a favor del Pachuca o del León, con altas probabilidades de perder amistades, pero gane, pierda o empate el León, de todas maneras, los mayores dividendos serán para el Grupo Pachuca, dueño de ambos. Al señor Jesús Martínez, presidente de los dos clubes, le dará mucho gusto que nuestro enojo crezca a la par que aumenten los premios por torneos, venta de publicidad y de jugadores.
En el futbol –quizá en los partidos políticos también- ocurre un amplio proceso de mercantilización donde la divisa es el negocio.Diversas empresas han comprado a casi todos los clubes, entre ellos: Monarcas Morelia (Salinas Pliego; Alvaro Dávila); Pachuca y León (Pachuca; Jesús Murguía); Atlético San Luis (Familia Payán; Alberto Marrero); Chivas del Guadalajara (Omlife; Amaury Vergara); Santos Laguna y Atlas (Grupo Orlegi; Dante Elizalde y Pedro Portilla); Monterrey (FEMSA-Coca Cola; Duilio Davino); América (Televisa; Santiago Baños); Tijuana y Querétaro (Grupo Calientes; Jorge Hank y Jorge Ares de Parga).
Bien, no es aventurado pensar que algo similar sucede con los partidos políticos, sobre todos los más pequeños que en cada temporada buscan patrocinadores que compren o renten la franquicia. No es muy sesgado imaginar que detrás de los partidos y/o candidatos hay inversionistas. Estos empresarios invierten, arriesgan su dinero; no suelen aparecer públicamente, pero algo se notará en los permisos para construcción, cambios de uso del suelo, proveeduría y servicios a las nuevas administraciones.
Compromisos contraídos
No siempre son claras las conexiones entre el capital inmobiliario (fraccionadores, constructores), grandes comerciantes, el alto clero, empresas agroexportadoras) y los candidatos y/o dirigencias de los partidos, porque los inversionistas procuran un bajo perfil. “Estar” pero que no se note.
La administración estatal con Ramírez Bedolla como gobernador estará integrada por ex colaboradores de Silvano, de Jara y Fausto Vallejo así como de funcionarios de Leonel Godoy y de Cárdenas Batel
Por su vocación panista, más inclinada a la especulación inmobiliaria que al agro, el gobierno local encabezado por Carlos Soto acentuará las políticas de urbanización que convenga a los negocios de bienes raíces y al comercio.
Si con Martín Samaguey Cárdenas continúo la siembra cemento al oeste de la calle Galeana (¿Libramiento Poniente?) y no paró la sepultura de parcelas en la entrada y libramiento norte, con Carlos Soto, aumentarán de ritmo bajo la cobertura del Plan Parcial de Desarrollo Cerrito de Catipuato que idearon en el gobierno de Rosa Hilda Abascal para cobijar la destrucción del suelo agrícola sobre el que se construyó Sentura.
Carlos Soto Delgado ocupaba el cargo de síndico con Rosa Hilda; era ni más ni menos que el custodio del patrimonio municipal; era el vigilante del buen uso de las áreas de donación que a menudo se privatizan.
No está en duda la imagen simpática de Ramírez Bedolla ni de Carlos Soto. Ni se discute que sean amables y buenas personas, lo que se cuestiona es el regreso de los buenos gobiernos para el capital especulador, no para la gente. Bueno, en rigor, el capital inmobiliario y financiero no retorna pues se había retirado.
Precios al alza
¿Qué gana el ama de casa, el jornalero del campo, el trabajador (chalán) de la construcción con el triunfo de Bedolla a la gubernatura y con la llegada de Soto a la alcaldía?
Como personas, ellos no son responsables de que el cilindro de gas (30 kg) se venda a $776. El frijol “pinto” se puede adquirir entre $27 y 32 mientras que el “peruano” oscila entre $44 y $48 y la tortilla se compra entre $15 y $22. Hace cosa de dos meses, con un salario mínimo (141.70) era posible comprar 35.4 bolillos, ahora sólo 28.3 y los domingos 23.6 piezas.
El aceite para guisar pasó de $23 a $27.5 la botella de 900 ml ($27.5 si se compran dos botellas en $55). Por cierto, se observan maniobras de alza y ocultamiento con signos de escasez manipulada de las marcas de aceite vegetal menos caras.
¿Ganamos? No, perdimos. Quizá en colonias y barrios los vecinos nos disgustamos por votar o militar en el PRI, PAN o en Morena; tal vez “salimos enfadados” los del Verde contra Movimiento Ciudadano, pero en el reparto de puestos veremos individuos que contendieron desde MC (Mercedes Calderón, gobernatura) o del Verde (Marx Aguirre, alcaldía de Morelia) contra Morena. Ellos no se pelean y si lo hacen, pronto se contentan y siguen colaborando en otros partidos, en distintos proyectos.
El Covid19 ha sido un excelente pretexto para empeorar las condiciones laborales: bajar los salarios, quebrar y/o aumentar la jornada, reducir o quitar prestaciones y aumentar los precios de alimentos, ropa y -más- de la medicina.
Los precios seguirán al alza, los negocios continuarán manipulando el pesaje y/o volumen (no litros sino la cuarta parte de un galón, 946.25 ml) y las maniobras de escasez manipulada inducirán las compras que presionan los precios al alza.
El gran capital gana; los pequeños y medianos empresarios han sido golpeados. Los trabajadores perdimos. Aumentar los precios es un modo de reducir los salarios y el asalariado no tiene otra salida.
¿Ganamos?
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Zamora, Michoacán, agosto 14 de 2021
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