LIBRE EXPRESIÓN…PERIODISMO, PROFESIÓN DE ALTO RIESGO….Por: Carlos Alberto Monge Montaño.

 

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“Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada”… José Luis Sampedro (1917 – 2013). Escritor español.

Ante las circunstancias de inseguridad e impunidad que privan en el país para desarrollar el periodismo, que inevitablemente provocan molestia, frustración, impotencia y temor, los comunicadores michoacanos salimos a las calles a exigir justicia, seguridad y garantías, para desarrollar esta hermosa profesión.

Por ello en sólo 8 días se realizaron dos marchas en Morelia. La primera por el artero asesinato de Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada y fundador del semanario RíoDoce, en Culiacán Sinaloa; y la segunda, por Salvador Adame Pardo, quien se desarrollaba como periodista en Múgica, Michoacán y que se encuentra desaparecido desde el pasado 18 de mayo.

No encuentro palabras para describir el cúmulo de emociones y pensamientos que se perciben durante este tipo de marchas para exigir que aparezca con vida un compañero, para exigir que las autoridades dejen de gobernar sólo con saliva y se pongan a trabajar.

Y es que en lo referente a Michoacán, no hay avances, el único informe que la Procuraduría de Justicia estatal hizo “respecto a la situación que guardan las indagatorias sobre periodistas asesinados y desaparecidos, data del 16 de julio del 2010, donde se señalaron los siguientes casos:

· Jaime Arturo Olvera Bravo. Asesinado de un impacto de proyectil de arma de fuego el 9 de marzo del 2006, en La Piedad.

· Gerardo Israel García Pimentel. Asesinado en Uruapan el 08 de diciembre del 2007.

· Mauricio Estrada Zamora. Desaparecido desde el 12 de enero del 2008 en Apatzingán.

· Martín Javier Miranda Avilés. Asesinado en Zitácuaro el 12 de julio del 2009.

· Ramón Ángeles Zalpa. Se encuentra desaparecido desde el 06 de abril del 2010, en Uruapan.

· Hugo Alfredo Olivera Cartas. Asesinado en Apatzingán el 05 de julio del 2010.

· José Antonio García Apac. Desaparecido el 25 de noviembre de 2006 en Tepalcatepec. Investigación a cargo de la Procuraduría General de la República.

· María Esther Aguilar Casimbe. Desaparecida en Zamora, desde el 11 de noviembre del 2009. Investigación a cargo de la PGR.

· Miguel Ángel Villagómez Valle. Asesinado el 4 de junio del 2008, en la Unión Montes de Oca, Guerrero, por lo que la investigación está a cargo de la Procuraduría de dicho estado vecino.

Con estos casos, sobre los cuales hay pobres avances en las investigaciones, resulta inevitable concluir que no hubo interés de las autoridades federales y estatales por esclarecerlos.

Pero lamentablemente no son todos, la asociación internacional de periodistas, Articulo 19, tiene el registro de cuando menos 3 casos más:

· Cristian Axel López Cruz. Desaparecido desde el 21 de julio del 2006 en Apatzingán.

· Juan Pablo Solís. Asesinado en 2007 en Zitácuaro.

· Rafael Pérez. Desaparecido en Zamora desde el 2009.

Y hay más datos duros. Trabajos periodísticos de El Universal y El Economista, señalan que en lo que va del presente año, suman ya la enorme cantidad de 7 periodistas muertos en el país; es decir, cada 3 semanas han matado a un comunicador y la Fiscalía especializada para la atención de delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, de la PGR, contabiliza 105 comunicadores asesinados por su labor entre los años 2000 y 2016.

Mientras tanto, la impunidad en los asesinatos de periodistas se mantiene en el 99.75% de los casos, según información del Instituto Belisario Domínguez del Senado, en un estudio realizado sobre la libertad de expresión.

México ocupa la tercera posición entre los países más peligrosos para ejercer el periodismo, sólo por debajo de Siria y Afganistán, según información de la organización Reporteros Sin Fronteras; mientras que durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, son 36 los compañeros que han sido asesinados.

Así que en México, ser periodista es una profesión de alto riesgo. Por ello la exigencia a las autoridades a actuar en consecuencia y a cada uno de los que habitamos este país, la invitación es a hacer desde ya lo correcto, no podemos darnos el lujo de acentuar más la injusticia, la impunidad y la corrupción, porque en algún momento nos alcanzarán las consecuencias.

Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.

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