CRÓNICA: RECONOCE QUE MATÓ A SU EX PAREJA; QUIERE UNA REDUCCIÓN DE SENTENCIA


POR EDGAR RESILLAS

El odio y los celos estaban consumiendo a Martín. La pareja de sus últimos años y madre de sus dos hijos, Guadalupe, había decidido separarse. Las discusiones y la violencia intra familiar provocaron el divorcio.

Martín pensó en un momento que Guadalupe se arrepentiría. Pero no fue así.

Acordaron que sus dos hijos, uno ya de 14 años y otro menor, se quedaran con el padre, ello para que la mujer pudiera buscar trabajo y mantenerse.

Se habían casado muy jóvenes, casi adolescentes y poco a poco las cosas se fueron descomponiendo en el matrimonio.

En abril del 2019 Guadalupe deja la casa. Logró conseguir trabajo y empezó una nueva vida: ella lo creyó, pero no Martín.

Eso sí, la madre siguió procurando a sus hijos. Los visitaba seguido en la colonia Solidaridad.

Martín continuó con su vida y el trabajo en la construcción de obras le daba lo suficiente para mantener a sus dos vástagos.

Pero la esperanza de que Guadalupe regresara no la perdía.

El 24 de diciembre Guadalupe visita a sus hijos en vísperas de Navidad. Los abraza y a uno de ellos le promete que por haber sido su cumpleaños le regalaría un Xbox Play Estation para que jugara.

Pero ese día no llegó sola. Le pidió a un amigo que la llevara a su antigua morada pues quería ver a sus hijos.

Martín vio al acompañante de su ex esposa y el odio lo invadió. De inmediato pensó que se trataba de un nuevo novio de Guadalupe.

-“¿Dónde está la motoneta que usas?” Le inquirió Martín a su ex mujer.

-”Está descompuesta, mañana me la entregan. Le pedí a un amigo que me trajera. Mañana regreso.”, le contestó Guadalupe a su ex marido.

Al día siguiente, por la tarde, Martín sabía que llegaría Guadalupe. Encargó a sus dos hijos con familiares y esperó a su ex mujer.

Cuando arribó, Martín le dijo a Guadalupe que quería hablar con ella, pero en otra parte. Que no era conveniente que sus hijos escucharan.

Subieron a la camioneta de Martín y enfilaron rumbo a la salida a Ciudad Industrial. Guadalupe se desconcertó y lo cuestionó.

“¿A dónde vamos?!

Estoy construyendo otra casa y ahí vamos a platicar. Es en la Aldea, le contestó un Martín serio.

Y sí, llegaron a una casa por terminar. En obra negra. Guadalupe no le gustó el ambiente y para calmarse le habló por teléfono a una de sus hermanas para decirle que estaba con Martín.

Esa fue la última vez que supieron de Guadalupe.

También su motoneta que había dejado en la colonia Solidaridad estaba desaparecida.

Martín dijo que habló con su mujer, que habían ido a dar una vuelta pero que ella se fue abordo de la motoneta y que no sabía más.

Durante varios días Guadalupe estuvo en calidad de desaparecida. Se levantó denuncia; se lanzó la alerta Amber y nada.

A los tres días encontraron el cadáver de Guadalupe semi enterrado en un paraje a orillas de la comunidad de La Aldea.

También la policía localizó la motoneta de Guadalupe, pero la manejaba un desconocido que dijo haberla comprado.

Las investigaciones apuntaron hacia Martín y el primero de enero del 2020 la Fiscalía cumplimentó una orden de aprehensión.

La necropsia de la Fiscalía reveló que Guadalupe murió por asfixia mecánica.

Ayer, en la audiencia oral en el Poder Judicial, Martín reconoció su crimen y pidió que se hiciera un juicio abreviado.

La familia de Guadalupe exige que se repare el daño para beneficiar a los hijos de la pareja. Pese a tener varias hermanas, los hijos de Guadalupe no han encontrado un hogar permanente y ahora se encuentran en casa de una tía en Ecatepec, Estado de México.

Martín está joven y con el juicio abreviado, pasará por lo menos 14 años en la cárcel.Eso es seguro, pues la ley establece que de la pena mínima que es de 20 años por el delito de feminicidio, se reduce un tercio mediante el procedimiento abreviado.

Lo que no es seguro es qué pasará con sus hijos.

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