Por Andrés Resillas Mejía
Hasta el último aliento que tuvo Elba Alondra luchó por su vida. Llegó al hospital civil con un balazo que le atravesó todos los órganos de la zona estomacal. Duró 12 días moribunda y finalmente murió.
Nadie sabía con certeza qué había pasado, excepto su esposo Franco Tomás, quien ayer fue declarado culpable del homicidio de Elba Alondra.
Tuvieron que pasar más de cuatro años para que por fin se llegara a la conclusión de que fue su propio esposo el que la mató.
LOS HECHOS
El 21 de noviembre del 2018 en una de las calles de la colonia Exhacienda de Guadalupe de Tarímbaro se escucharon dos disparos. Eran las 10.30 de la noche.
La primera en llegar a la casa donde vivían Alondra y Franco Tomás fue la madre de éste último. Sumamente nervioso Franco le dijo a su mamá que Alondra estaba lesionada y que había que llevarla a un hospital.
Entre ambos subieron a la joven de 20 años herida a la camioneta de Franco y aprisa salieron rumbo a Morelia.
En su carrera, Franco tomó una calle que era sentido contrario de la circulación y al final de la misma una patrulla de la policía municipal de Tarímbaro les ordenó que pararán.
Desde ahí comenzaron las mentiras de Franco.
Le dijo al oficial que llevaba a su esposa grave pues los habían asaltado saliendo del cine en Plaza Las Américas y que al resistirse los delincuentes dispararon hiriendo a Alondra.
Los policías pidieron de inmediato una ambulancia para trasladar a Alondra.
La madre de Franco tuvo que avalar su versión. Los policías le dijeron a Franco que lo escoltarían hasta el hospital y se dirigieron a Morelia. Llegaron al Hospital Santa Fe ubicado frente al estadio Morelos pero no recibieron a Alondra pues carecían del equipo y personal especializado.
Se fueron a un segundo hospital privado con los mismos resultados Hasta que llegaron al de Nuestra Señora de la Salud en el centro de Morelia.
En el trayecto Alondra le confesó a uno de los paramédicos, «me dieron un balazo». Pero omitió decir quién era el responsable.
En el Hospital de la Salud la doctora Martha Carolina le dijo a Franco que tenía que reportar el incidente ante el Ministerio público pues se había cometido un delito. Franco se asustó y le respondió que había sido un asalto y que no avisaría a la Fiscalía, ante esa actitud los doctores se negaron a seguir atendiendo a Alondra por lo que Franco y su madre pidieron el alta voluntaria.
De ahí partieron con Alondra al Hospital Cuautla, donde les pidieron un depósito económico para ingresarla y al no tenerlo decidieron llevarla al hospital civil.
Alondra fue ingresada al nosocomio a las cinco de la mañana, casi siete horas de haber recibido el balazo. Entró a cirugía muy grave. Tenía una hemorragia debido a que la bala atravesó el vaso, también dañó el hígado, los intestinos y riñones.
El doctor Salvador le explicó al juez que en la operación se logró parar el sangrado, se reparó el intestino y se le aplicó antibiótico para que los órganos dañados se recuperarán.
Franco por su parte ya no llegó al hospital civil y desde entonces enfrentó a la familia de Alondra que le pedía explicaciones y siempre se negó a dar detalles.
Fueron 12 días de agonía de Alondra. El cuatro de diciembre falleció debido a una infección generalizada en su estómago.
Ya para entonces, mamá y hermanas de Franco habían esparcido el rumor de que Alondra se trató de suicidar. Pero la versión del paramédico que platicó con Alondra echó para abajo esa versión.
Fue entonces cuando la Fiscalía tuvo que investigar los hechos. Franco sostuvo su versión del asalto pero era inverosímil. Tuvo que ir la gerente del cine ante el juez para negar que el 21 de noviembre se hubiera proyectado una película que terminó a las tres de la mañana como lo afirmaban Franco.
EL LADO VIOLENTO DE FRANCO
Nadie fue testigo de que Franco le disparara por la espalda a su esposa esa noche del 21 de noviembre del 2018.
Pero amigos, vecinos y familiares presenciaron en una comida en casa de Franco como sacó y presumió una pistola nueve milímetros e hizo disparos al aire.
También la versión que hundió a Franco fue el testimonio de Cecilia, su ex novia, quien afirmó ante el juez que él la empezó a acosar para que regresaran e incluso le sentenció: «si no regresas conmigo te va a pasar lo mismo que Alondra, a quien le metí dos balazos», refirió.
Incluso Cecilia narró ante el juez que Franco llegó a ponerle el cañón de la pistola en su cabeza. «Era muy violento», aseveró.
Tanto el papá como las hermanas de Alondra testificaron que Franco golpeaba a Alondra cada que discutían, ello confesado por la propia víctima, pero que lo soportaba porque lo quería.
EVIDENCIAS EN SU CASA
La Fiscalía tardó siete meses en catear la casa donde vivieron Franco y Alondra en busca de evidencias. El resultado fue positivo: encontraron un casquillo nueve milímetros y manchas de sangre en uno de los muros de la recámara.
Se realizaron los estudios genéticos a las manchas de sangre para compararlas con las de Alondra y resultaron positivas. No había duda, su casa fue el escenario de hechos violentos.
LA SENTENCIA
A lo largo de cuatro años el juez tuvo que escuchar todas las versiones y valorar las pruebas que aportó la Fiscalía y los dictámenes de los peritos que contrato la defensa de Franco para desvirtuarlas, sin embargo, al realizar un balance, el jurista consideró que Franco Tomás era culpable de homicidio calificado.