“Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz”… Juan Pablo II. (1920 – 2005). Papa de la Iglesia Católica.
La Auditoría Superior de la Federación evidenció una vez más las enormes deficiencias administrativas, por decir lo menos, en el manejo de recursos públicos que han hecho varios gobiernos michoacanos, lamentablemente sin consecuencias, por lo menos hasta el momento.
En lo correspondiente al ejercicio fiscal del 2014, Michoacán registra observaciones por casi 15 mil millones de pesos, con lo que se convierte en la segunda entidad del país que presenta mayores deficiencias, sólo por debajo de Veracruz.
Sin embargo, en los mismos resultados de la Auditoría Superior de la Federación, destacan todavía observaciones pendientes de solventar correspondientes a los años 2011, 2012 y 2013, donde la suma supera los 13 mil 650 millones de pesos; en este rubro, Michoacán ocupa el vergonzoso primer lugar nacional.
Aunque sea inevitable pensar en que se trata de hallazgos relacionados a corrupción e impunidad, la ineficacia de los órganos fiscalizadores federal y estatal, además de la Secretarías de la Función Pública y la Contraloría de Michoacán, mantienen semejantes observaciones todavía en trámite para que los “irresponsables” puedan desvanecerlas.
México y en especial Michoacán, siguen adoleciendo de leyes ejemplares anticorrupción, de responsabilidades de los servidores públicos y por supuesto, de rendición de cuentas. Resulta majadero que ante las crisis que padecen el país y más aún, el estado, las autoridades que deberían ser competentes, no hayan podido todavía sancionar a todos aquellos que no han podido demostrar, dónde están tantos miles de millones de pesos.
Los gobiernos de Michoacán que señalados, son los que encabezaron, Leonel Godoy Rangel, Fausto Vallejo Figueroa, Jesús Reyna García y Salvador Jara Guerrero; y claro, Lázaro Cárdenas Batel estará feliz de que a su administración finalmente no la alcanzaron, gracias a su apellido y a que tras su gobierno, le siguió otro perredista que no tuvo empacho en cargar con los platos rotos, como alguna veces lo reconoció el propio ex líder nacional perredista, Godoy Rangel.
En tan lamentable tema, no hay quien se salve, especialmente de los partidos “grandes”, es decir, PRI, PAN y PRD. Ya sea encabezando los gobiernos nacionales y/o estatales o bien, como integrantes de las legislaturas locales, no han hecho prácticamente nada por evitar, mucho menos por sancionar semejantes observaciones de miles y miles de millones de pesos.
Como presidente de México, el panista Felipe Calderón Hinojosa se cansó de hablar sobre presuntos desvíos, por ejemplo, en el programa del Seguro Popular, pero ni él, ni su secretario de la Función Pública y hoy senador panista, Salvador Vega Casillas, hicieron algo tangible para contener los desvíos, mucho menos para sancionar a su evidente enemigo, Leonel Godoy. Todo quedó en triviales discursos, palabras y rollos.
Las cosas no mejoraron con el arribo del priista Enrique Peña Nieto al gobierno Federal, ni tampoco con el arribo de su amigo Alfredo Castillo Cervantes, como Comisionado en Michoacán. Según pone en evidencia la Auditoría Superior de la Federación, no lograron manejar debidamente miles de millones de pesos y tampoco transparentar el gasto en su famosa Página en la Internet, que ante su ineficacia para mantenerla actualizada, optaron simplemente por desaparecerla.
Y sin embargo, hoy escuchamos voces de todos los colores, especialmente azules, amarillos y tricolores, que se pronuncian por llegar al fondo y sancionar a los responsables. Faltos de toda memoria aseguran que ahora sí van a generar leyes para evitarlo y sancionar lo pasado. El gran detalle, como decía Cantinflas, es que todos los que han hablado, en su mayoría, son los mismos que han estado en el poder gubernamental y/o legislativo, cuando toda esta opacidad y deficiente manejo de recursos públicos se volvió indignante y vergonzante.
Lo irrefutable, según la información de la Auditoría Superior de la Federación, es que en Veracruz y Michoacán están los peores administradores del país, por lo menos entre 2011 y 2014 y jure usted que sin problema podrían agregar desde la era Cárdenas Batel, donde está el origen de la crisis financiera que padece el estado.
Lo irrefutable, es que más allá de las observaciones de miles de millones de pesos a estados como Michoacán, los órganos fiscalizadores, federales y estatales, sólo sirven para generar llamaradas de petate, que se apagan con las clásicas negociaciones de fracciones parlamentarias, en las cámaras federal y estatal, para simplemente darles carpetazo.
Lo irrefutable, es que México y en especial Michoacán se mantienen como ejemplos de impunidad y corrupción.
Lo irrefutable, es que el cinismo de la clase política es tal, que hacen leyes a modo del poder político y no hay visos contundentes de que algún color partidista quiera ponerle punto final.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias. cmongem@hotmail.com
LO PEOR ES QUE SUMAN CIENTOS DE MILES DE MILLONES DE PESOS LOS QUE SE SABEN DE DESVIOS DE RECURSOS FINANCIEROS DE LOS ESTADOS, Y PARAESTALES, QUE SI SE APLICARAN CORRECTAMENTE NO ESTARIAMOS SUFRIENDO POR ESTA CRISIS DE CORRUPCION E IMPUNIDAD QUE AZOTAN A MEXICO.
ADEMAS DE QUE SACARIAN DE LA INSEGURIDAD, DESEMPLEO, DEVALUACION, Y MALA ECONOMIA AL PAIS.