“No espere que le den otra oportunidad, la que tiene entre manos es buena”… Paul Arden (1940 – 2008) Director creativo y escritor inglés.
El sector salud en Michoacán tiene más de una década generando cualquier cantidad de sospechas por los presuntos malos manejos que incluyen el posible desvío de recursos, la compra de medicamentos carísimos, la renta de equipos médicos en condiciones desventajosas y un largo etcétera, que además, han sido evidenciados por los resultados de las auditorías federal y estatal.
Y es que en apenas un año y medio de la administración que encabeza Silvano Aureoles Conejo, el próximo 3 de abril llegará a la Secretaría de Salud, el tercer titular en tan breve periodo, luego de que renunció a dicha responsabilidad, la doctora Silvia Hernández Capi.
Pese a la evidente inestabilidad en el sector, sorprende que “renuncie” Hernández Capi, considerando que apenas en febrero había confirmado que sí quería seguir al frente de la dependencia. Vale recordar que acordaron con el gobernador Silvano Aureoles Conejo, que tendría unos meses para experimentar y hasta entonces definirían si continuaba o no. Resulta que ambos coincidieron en que sí continuaría y apenas unas semanas después, resulta que no.
En primera instancia, el condicionamiento de Silvia Hernández resultaba ejemplar por la claridad y honestidad al ponerse a prueba y en su caso renunciar a un buen salario gubernamental. Así que su salida obliga a reflexionar en los motivos, por lo menos hasta que se anime a ser igual de puntual y transparente que cuando llegó y explique por qué renunció o con qué argumentos le pidieron la renuncia.
Entre las opciones que suenan destacan:
* Que llegó a la Secretaría de Salud, entre las negociaciones que se dieron con quienes comandan la Universidad Michoacana, para relajar un tanto los conflictos y ahora que el objetivo se logró, se va.
* Que mandos medios de la dependencia y directivos de hospitales se quejaron amarga y constantemente de Hernández Capi, porque los ponía a trabajar y les exigía resultados.
* Que pudo desanimarse por sí misma, ante las dificultades para poner orden y tener que tratar con los personajes que llegaron a dicha dependencia con Alfredo Castillo y Carlos Aranza.
* Incluso, no puede descartarse que haya intentado poner orden y encontrar a los culpables de todas las sospechas que existen por el mal manejo de los recursos públicos, pero pudo recibir alguna advertencia por la que prefirió renunciar.
* Tampoco puede descartarse que el gobernador Silvano Aureoles haya confirmado que la doctora Silvia Hernández no era la idónea para el puesto.
En fin, hipótesis puede haber muchas. Claro es que resultaría muy grave que su salida se deba a las presiones, chantajes y obstáculos que pudieron poner los enemigos de la transparencia y rendición de cuentas. Pero si se debe a que Aureoles Conejo no está conforme con su desempeño, sería mejor que lo dejara totalmente claro, especialmente porque el propio Ejecutivo estatal ha manifestado insistentemente
su preocupación, porque se han desviado más de 10 mil millones de pesos de dicha dependencia, sin que hasta el momento haya algún funcionario sancionado.
Así que para el fututo, lo realmente importante es que quien llegue, que seguramente será el actual presidente municipal de Huetamo, Elías Ibarra Torres, además de las labores habituales de la dependencia, debe limpiarla, transparentar y colaborar para reunir toda la información pertinente hasta que esta administración pueda presumir sobre rendición de cuentas.
Ya no más compra de medicamentos caros, ni desvío de recursos sin castigo, ni cobro de comisiones por la compra de medicamentos o renta de equipo médico, todas ellos, situaciones señaladas en las auditorías federales y estatales y que prevalecen en la sospecha de la población, por lo menos y con mayor fuerza, desde el nacimiento del Seguro Popular durante los gobierno de Felipe Calderón y Leonel Godoy.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.