“Los hombres sabios nos han enseñado que no sólo hay que elegir entre los males el menor, sino también sacar de ellos todo el bien que pueden contener”. Marco Tulio Cicerón. (106 A.C. – 43 A.C.). Escritor, orador y político romano.
Un viejo adagio ilustra que es de sabios cambiar de opinión y parece que algo así ha sucedido en la administración estatal que encabeza Silvano Aureoles Conejo, en el tema del reemplacamiento.
Con el argumento de que no era un asunto recaudatorio sino de seguridad, el Ejecutivo estatal defendió la necesidad de llevar a cabo el reemplacamiento más caro del país, pese a que meses atrás, varios integrantes del ahora gabinete estatal y el líder perredista, Carlos Torres Piña, argumentaron incluso que no era necesario dicho trámite, aunque no costaría un sólo centavo a los ciudadanos, como de manera desesperada, había solicitado el entonces gobernador Salvador Jara Guerrero.
Seguramente tras el análisis de las dificultades financieras que atraviesa Michoacán, las placas resultarían un poco de oxígeno, así que decidieron recaudar de la manera más sencilla y cómoda.
El problema es que faltó honestidad en los argumentos de las autoridades, que incluso y evidentemente arrastraron a legisladores perredistas y la mayoría de los priistas, que copiaron el mismo discurso. En lugar de hablar con sinceridad, trataron de minimizar el pago de las láminas, pero con el paso de los días y el rechazo ciudadano que se organizó con 32 mil firmas sólo en Morelia, incomodaron a grado tal, que el propio Aureoles Conejo, en entrevista con un servidor el pasado 11 de enero, usó el calificativo: “jodida placa”.
Evidentemente el Gobernador sabía que se equivocaron, que sus asesores no calcularon debidamente la ruta crítica en un tema tan sensible, especialmente cuando Michoacán adolece de transparencia, pero sobre todo, de rendición de cuentas. Y es que ante el desfalco que ha padecido esta hermosa y riquísima entidad, deberían de estar en la cárcel decenas de ex funcionarios que de la noche a la mañana se enriquecieron, sin que nadie haya movido un dedo para indagarlos.
La buena noticia es que Silvano Aureoles se sensibilizó ante la manifestación pública y ello es plausible. Pero el reto ahora, es ser sensible desde la planificación, desde la toma de decisiones.
El colmo surge desde el liderazgo tricolor, cuando Víctor Silva Tejeda se acomoda y emite un comunicado donde presume que el PRI “planteó y generó los acuerdos necesarios para que el titular del Ejecutivo estatal, elaborara un paquete de subsidios”. ¿Y cómo es que no pensaron eso cuando levantaron la mano la mayoría de sus legisladores locales, no sólo para aprobar las placas, sino también un incremento del 25 por ciento a los servicios que presta el gobierno estatal?
Además…
Otra tarea que debería considerar Silvano Aureoles Conejo, con todo su gabinete, es evitar las contradicciones. El ejemplo surge en este mismo tema, cuando el secretario de Finanzas; Carlos
Maldonado Mendoza, informó que aplicarán el subsidio del 100 por ciento en el cobro de las placas, a quienes estén al corriente en el pago de sus contribuciones en el ejercicio 2015, donde argumentó que semejante programa ya estaba considerado y que nada tenían que ver las manifestaciones de rechazo.
Un días después, el lunes 1 de febrero, el Ejecutivo estatal señaló que lanzaban dicho programa de apoyos y así se quitaban el “lío de las famosas placas” y agregó que aún falta dar a conocer el “paquete de estímulos” para que paguen en razón de lujos y modelos de vehículos.
Ahora falta ver cuántos serán los beneficiados con el subsidio, toda vez que hay tres datos. Maldonado Mendoza, informó que será el 14 por ciento del padrón vehicular; el abogado de los 32 mil firmantes en rechazo al reemplacamiento, Ismael Acosta García, calcula que el año pasado pagaron en tiempo y forma más del 60 por ciento; y en mayo del 2015 a través de un comunicado, el entonces secretario de Finanzas, Miguel López Miranda, señaló que habían pagado, hasta ese momento, el 40 por ciento del millón 400 mil automovilistas que forman el padrón estatal.
Ante la disparidad de los datos, no resta más que esperar a que llegue el último trimestre del año para que esta administración estatal, comprometida con la transparencia y la rendición de cuentas, informe con detalle cuántos fueron los beneficiados y si finalmente la recaudación por placas y engomados superó los mil 500 millones de pesos.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias. cmongem@hotmail.com
No son solop las «jodidas» placas querido Andrés:es el jodido desgobierno que ha endeudado y robado impunemente a nuestro estado y sigue el «nuevo comienzo» de deudas y encubrimiento de quienes han saqueado a nuestro pobre estado.