“Un buen gobierno es como una buena digestión; mientras funciona, casi no la percibimos”… Erskine Caldwell (1903 – 1987) Escritor estadounidense.
La percepción sobre las condiciones del estado es tan grave en varios rubros, que organizaciones empresariales y sociales han publicado en medios nacionales un desplegado donde advierten al Presidente Enrique Peña Nieto, sobre la urgencia de “platicarle de viva voz las condiciones complejas” que están viviendo y conocer las acciones que emprenderán los diferentes órdenes de gobierno para resolver esta situación, que a su juicio, ha puesto en riesgo la gobernabilidad de Michoacán.
En lo que también se antoja como un rompimiento con el Ejecutivo estatal, líderes empresariales y sociales, de los que varios forman parte como observadores gubernamentales, por ejemplo del Plan Michoacán y que regularmente aplauden el discurso federal y estatal, finalmente han alzado la voz.
Algunos ya se han quejado de que regresaron las extorsiones y el cobro de piso, pero también están inconformes por las permanentes manifestaciones, bloqueos y transgresiones a la ley que cometen profesores democráticos, normalistas e integrantes de la CUL, sin que se aplique el estado de derecho.
Argumentan que todas estas acciones inhiben nuevas inversiones, complican la supervivencia de las existentes, que son finalmente quienes trabajan, producen y pagan los impuestos para el funcionamiento de las instituciones públicas.
Cabe destacar que varios de los firmantes del desplegado, han tenido su oportunidad de reunirse recientemente en privado, no sólo con el Presidente Peña Nieto, sino incluso con algunos secretarios federales, con quienes pareciera, disfrutan de reuniones privadas que deberían exigir fueran públicas, para conocer de menos, si son congruentes.
Este llamado asemeja a los primeros que se hicieron desde 2013, cuando la Federación no quería escuchar ni ver lo que sucedía en Michoacán, hasta que aparecieron los Autodefensas y periodistas extranjeros cuestionaron por ello al Ejecutivo Federal en Davos, Suiza.
Con toda la incongruencia que podría haber en varios de los que firman el desplegado, lo cierto es que la percepción ciudadana coincide en que la gobernabilidad en Michoacán se sostiene con alfileres, debido a los conflictos por la inseguridad, los reclamos sociales y la evidente ausencia de recursos. Ya el propio gobernador Silvano Aureoles, durante su mensaje con motivo del primer informe de labores, se refirió a una “calma frágil” que prevalece en el estado.
A pesar de las dudas que puede generar el sector empresarial, porque suelen usar este tipo de quejas para negociar favores y/o espacios gubernamentales, lo cierto es que una buena parte de michoacanos podría sumarse a su reclamo.
Ante semejante escenario, los gobiernos federal y estatal están obligados a tomar decisiones antes de que la situación crezca a los niveles de 2013 y 2014. Y sin embargo, en semejante solicitud de apoyo, esperaría que los firmantes no pretendan en su reunión con Enrique Peña Nieto, pedir otro enviado como el de triste memoria, Alfredo Castillo Cervantes.
El apoyo tiene que venir en un estricto sentido de trabajo en equipo, con rumbo y acciones definidas, entre por lo menos, los dos niveles de gobierno en mención; porque es evidente que en algunos temas complicados, como el caso de la CNTE y normalistas, no hay coincidencia.
Silvano Aureoles debe retomar el trabajo de escritorio, el de estrategias y disminuir el de la “eventitis” con innumerables discursos. Le urge más identificar a sus funcionarios idiotas (interesados sólo en sus asuntos particulares) y superfluos, así como a los que le están haciendo fuego amigo, para despedirlos y procurar unos mejores.
Las decisiones no son fáciles y ojalá que Aureoles Conejo esté en posibilidad de tomarlas en conjunto y con total apoyo de la federación; apoyo que a ratos no se aprecia.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.