La CNTE ya sabe que las amenazas del gobierno se las han comenzado a cumplir de manera paulatina y sistemática: el profesor que falta tres días consecutivos a clase es simplemente despedido y los nuevos desempleados ya se cuentan por docenas en estados como Oaxaca.
El fin de semana, la CNTE convocó a un paro nacional con aparente escaso eco entre sus agremiados en repudio a la reforma educativa que les obliga a capacitarse, a actualizarse y examinarse periódicamente, es decir, simplemente a ser mejores maestros, con resultados específicos que redunden en beneficio de los estudiantes de educación básica. Sin embargo, han logrado adquirir mañosa experiencia, pues los mismos docentes disidentes pregonan que para evitar el despido de su trabajo, han acordado turnos menores a los tres días a manera de relevos durante sus manifestaciones.
Lo cierto, es que con amplia convocatoria o escasa participación, la CNTE sigue siendo un dolor de cabeza que desespera por su actitud agresiva y hostil para la niñez mexicana, y es que solo ellos ven la lucha positiva. Han creado un sistema de adoctrinamiento y alienación política difícil de erradicar y que se transmite a sus fuerzas básicas de las escuelas normales, el cual asegura que la “lucha de sus derechos”, es la mejor forma de educación. Pero también es cierto que en ninguna de sus demandas exigen el fin de las “escuelas de palitos”, jamás exigen la dignificación de los espacios educativos que, dicho sea de paso, es su centro de trabajo.
Aunque el “paro nacional” se circunscribe a una región específica de cuatro o cinco estados y no a todo el país, no deja de ser preocupante el rezago que caracteriza precisamente a esos estados que participan en las movilizaciones: Oaxaca, Chiapas, Guerreo y Michoacán. Pero no todo debería preocupar al gobierno, pues los despidos que ya se han comenzado a hacer efectivos con maestros faltistas o los descuentos por sus inasistencias, han hecho que quienes hoy no tienen empleo cuestionen el papel de sus dirigencias seccionales, las cuales, tendrán mucho que explicar a quienes ya han sido sancionados.
Finalmente, si el gobierno hace efectivo golpearles en el bolsillo con simplemente aplicar la ley, muy pronto el movimiento se debilitará hasta fenecer. Quizá en un futuro no lejano, el trabajo de maestro será para quien quiera ser maestro y no un simple burócrata que se ha acostumbrado a ganar una beca de por vida con el simple requisito de ir a marchar.
Hoy, los inconformes no pueden alegar falta de diálogo, el propio gobernador Silvano Aureoles incluso encaró a unos miembros de la CNTE que le manifestaron su rechazo a la reforma educativa y la evaluación docente.
El estilo de vida que han logrado amasar a lo largo de décadas, comienza a tener un declive.
FOTOMULTAS (y vuelve la burra al trigo)
El empecinamiento del alcalde Alfonso Martínez Alcázar ha sido fustigado ampliamente en las redes sociales que cuestionan la intención de fotomultar a quienes rebasen los límites de velocidad, pero lo que resulta extraño es la terca insistencia por dejar que una empresa privada se haga cargo de ese negocio y no el propio Ayuntamiento.
Si de lo que se trata es de prevenir accidentes ¿por qué no ser más estrictos con los agentes de tránsito?
Empiezo a sospechar que el alcalde, Ponchis Martínez no confía en sus agentes de tránsito o simplemente no quiere repartir el botín ante posibles mordidas.