POR ANDRÉS RESILLAS//
La llegada del ex gobernador Jesús Reyna García al penal David Franco Rodríguez de Mil Cumbres cimbró al sistema político de la entidad; la noticia corrió como reguero de pólvora y a la una de la tarde todo mundo sabía la noticia.
Hasta el propio líder de la fracción parlamentaria del PRD, Pascual Sigala Páez, declaró que era inquietante la presencia en la entidad del connotado político priísta, mientras que a José Manuel Mireles Valverse se le niega el mismo beneficio.
Jesús Reyna García fue acusado de delincuencia organizada y con la agravante de haber participado en una reunión con Servando Gómez Martínez “La Tuta” en calidad de servidor público.
Todo su proceso legal ha sido llevado en el más completo sigilo y en varias ocasiones se corrió el rumor de que su libertad era inminente, lo que no ha ocurrido hasta ahora.
Reyna García proviene de uno de los grupos políticos más fuertes dentro del PRI, apoyado por Ausencio Chávez Hernández y mantiene una presencia importante dentro del sistema político estatal; se calcula que por lo menos 15 ayuntamientos ganados por el tricolor en las pasadas elecciones pertenecen al grupo de Reyna García.
Políticos como Jesús Sierra Arias y Rosa María Molina han mantenido la cohesión del grupo reynista; lo que es un hecho es que su regreso a Michoacán fortalece a su corriente, por lo que seguirá luchando por su libertad y reivindicación política.
Se desconoce si la aprobación del juez de la causa para trasladarlo a Michoacán fue producto del trabajo de su defensa o por medio de la negociación política con el gobierno federal.
Jesús Reyna García cumplió 23 meses de estar recluido en el penal del Altiplano, junto con los criminales más desalmados y sanguinarios del país.