OPINIÓN. CRISTÓBAL ARIAS Y MICHOACÁN. Por Efraín Barrera Medrano

Después de haberlo reflexionado profundamente, he decidido sumarme al proyecto de Cristóbal Arias Solís en su pretensión de lograr la  gubernatura de Michoacán. Más allá de partidos políticos, con el senador me une una amistad de hace 33 años;  es un   político  que además de conocer todos los rincones de Michoacán conoce sus problemas. El Lic. Cristóbal es el aspirante  más  experimentado,  incluyente, buen  parlamentario, con probada experiencia administrativa y  egresado de la facultad de derecho por la U.M.S.N.H. 

El senador Cristóbal Arias Solís es originario de Churumuco y está  moldeado en la lucha social  desde muy joven. Sus mentores   Natalio Vázquez Pallares, Cuauhtémoc  Cárdenas y Heberto Castillo lo hicieron  un político de altos vuelos;  lo  formaron en la academia y en la política con una ideología de izquierda moderada,  que lo posicionan  muy por encima de otros  aspirantes    de MORENA y demás partidos; y no me refiero  únicamente a los resultados de las  encuestas.  

Doy testimonio de su trayectoria política desde 1988 y de su gran talento y determinación para enfrentar retos con altísimo grado de dificultad; tuve la suerte de acompañar al senador  en los grandes movimientos sociales de los 90´s que trascendieron nuestras fronteras, tengo la certeza que Cristóbal  debió ser el primer  gobernador de izquierda en México que lo hubiese posicionado  para ser candidato a presidente  de la república.  Aun cuando no lo logró,  sentó las bases para que Michoacán   alcanzara por primera vez  la alternancia en el 2001, con la llegada del Antropólogo Lázaro Cárdenas Batel al solio de Ocampo. 

 El actual senador fue fundador de la corriente  democrática, junto a reconocidas personalidades  de la talla de Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo,  Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Rosario Ibarra y Andrés Manuel López Obrador,   que fue la primera piedra para que México conociera  la alternancia política en el año 2000, y también, para que ahora sea este último quien gobierne nuestro país; eso nadie se lo puede regatear. 

En 1988, después del fraude  del 6 de julio, surgieron  grandes  movimientos  de protesta   en todo Michoacán;  miles de michoacanos  acompañamos a Cristóbal en la toma de las 113 alcaldías, fue entonces que el gobernador Luis Martínez villicaña  se vio obligado a dimitir del cargo; esta hazaña lo llevó a posicionarse como un líder joven, fuerte y  en vertiginoso ascenso.  

Tras la caída del gobernador,  el congreso nombró a  Genovevo Figueroa como   substituto, quien llego en un ambiento muy caldeado por el proceso electoral que ya estaba en antesala la renovación del congreso local en julio de 1989, mismo  que se realizó sobre una gran   estela de inconformidades que  había dejado el fraude priista más desvergonzado de finales del siglo XX. 

En agosto, Cristóbal convocó a una gran concentración estatal fuera de la sede  del congreso, con el propósito  de  impedir  la consumación del fraude  por el colegio electoral que se constituía con los diputados entrantes;  los enconos entre priistas y perredistas estaban a tope y aparecieron los provocadores que propiciaron un enfrentamiento entre ambos bandos, que provocó una estampida cuando  la ´policía del gobierno de Genovevo  lanzó gas lacrimógeno, derribando el templete donde se encontraban los senadores Cristóbal arias y Roberto Robles.   Genovevo no cedió  y se avaló el despojo electoral.  

Cristóbal no solo enfrentaba los coletazos desesperados del priismo  michoacano; había una  intención obsesiva del salinato de pegarle al cardenismo en su bastión principal. Invocando a las más rupestres artimañas, el entonces presidente salinas  no permitió que el movimiento cardenista avanzara un ápice en el estado; Genovevo necesitaba la mayoría para  recomponer el  maltrecho carruaje priista y reposicionarlo para la elección del 92. Le quedaba poco tiempo. 

 Con toda justicia, Cristóbal Arias levanto la mano como aspirante a candidato por primera vez  en 1992 enarbolando el proyecto cardenista representado por el recién fundado PRD. Luego de un proceso  jaloneado entre las 2 corrientes internas, logro sobreponerse  al Dr. Roberto roble garnica, a quien ya había derrotado como precandidato a senador en 1988, ganando el derecho de ser candidato  por 6 años, que no obstante, por alguna razón a la  hora del registro apareció  por 3 (existían  2 senadores por entidad). 

 Ya ungido  candidato a gobernador el Lic. Cristóbal hizo una campaña a ras de suelo, con propuestas reales y  plazas llenas; era una verbena popular las visitas de Cristóbal a cualquier parte de Michoacán, había logrado consolidar un  fuerte liderazgo social, pero también estaba despertando muchas envidias domésticas. 

Tras de sus triunfos internos, se escondía un gran celo y preocupación de quienes desde adentro se sentían dueños de la casa.   Pretendían atajar a costa de todo al cachorro de churumuco, que a pesar de todo avanzaba en un contexto político contaminado de canibalismos y traiciones. 

Eran los primeros asomos de los niveles de ambición y rijosidad  de las tribus  que terminaron convirtiéndose en poderes facticos y secuestrando al PRD hasta llevarlo al punto de la extinción. 

Continuará….  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *