POR ANDRÉS RESILLAS
La noche del 29 de marzo del 2919, a unos días de que saliera de vacaciones de la Universidad Michoacana Nidia desapareció misteriosamente.
La joven de 20 años de edad cursaba el tercer semestre de la carrera de Médico Veterinario en la Casa de Hidalgo, en Morelia.
Ella tendría que haber regresado a la casa albergue de estudiantes llamada Rosa Luxemburgo. Sus compañeras se extrañaron y recordaron que Nidia tenía un novio de nombre Nicolás que era muy celoso con ella.
Pero esa suposición de las estudiantes costaría mucho tiempo perdido. No sabían que efectivamente, Nilda había sido trasladada por su pareja a un destino desconocido.
Pasaron varios días sin noticias de Nilda hasta que su familia, residente en el Estado de México vino a Morelia para buscarla. Su teléfono ya no contestaba y esa era la principal señal de que algo había pasado con la estudiante.
Las Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Persona fue notificada de la ausencia de Nidia. Los policías investigadores lograron la pista de que el novio fue la última persona con la que se vio a Nilda.
Nicolás también es estudiante y vive en otra casa similar donde se otorga gratuitamente hospedaje y alimentación a alumnos pobres que estudian una carrera profesional.
Pero los miembros de la Casa Lenin no permitieron la entrada de los policías para revisar el dormitorio de Nicolás, quien tampoco fue ubicado los primeros días de haber desaparecido su novia. Lo que aumentaron las sospechas sobre su participación.
Ahora Nicolás G. tampoco aparecía y se tenía la certeza de que estaban juntos como pareja y que no querían reportarse, pero la realidad era otra.
En un acto de desesperación, el padre de Nilda grabó un video en las instalaciones de la Universidad Michoacana para pedir la participación ciudadana en la localización de su hija.
Fue el 26 de junio del 2019 cuando la Fiscalía del Estado logró la captura de Nicolás G. quien era originario de una comunidad rural de Guerrero.
En los interrogatorios Nicolás terminó confesando que había llevado a Nilda al estado de Guerrero, pero que allá se pelearon y que ella regresó a su casa. Lo cual era falso.
Por las evidencias mostradas, Nicolás G. fue vinculado a proceso por jun juez del Supremo Tribunal de Justicia de Michoacán y recluido en el penal David Franco Rodríguez de Morelia.
Sin embargo, a los pocos días decidió negociar con la Fiscalía para la localización de Nilda en el estado de Guerrero. Dijo que estaba enterrada en un paraje.
Con perros buscadores, la Fiscalía logró localizar el cuerpo de Nilda cerca de la casa de Nicolás en la comunidad de Nicolás Bravo del vecino.
Ayer ante el juez, la defensa de Nicolás G argumentó que había cooperado en la resolución del caso y que pedían se considerara una reducción en la pena al joven guerrerense. La juez decidió condenarlo a 15 años de prisión y a la reparación del daño por más de 450 mil pesos.
La familia no quiere impugnar la condena, la cual consideran injusta; pero los padres de Nilda se dijeron cansados y anunciaron que no impugnarán el fallo, que su hija estaba muerta y que nada podría regresarla con vida.