OPINIÓN: ANDRÉS RESILLAS/
En denuncias penales, sospechas, maniobras, golpes bajo la mesa y amenazas terminó la primera etapa para que el Congreso del estado designe al Auditor General del Estado.
La publicación en Facebook del reportero Alejandro Vivanco generó una verdadera tormenta al interior de la legislatura local, así como la furia de los diputados priístas Marco Polo Aguirre y Eduardo Orihuela Estefan .
Ambos representantes interpusieron denuncia penal contra quien resulte responsable sobre la falsificación del “pantallazo” de whatsapp que publicó Alejandro Vivanco, donde se revelaba que ya estaba acordado entre los legisladores quien sería designado Auditor General.
La denuncia está radicada en la sección de la policía cibernética de la Fiscalía General.
Pero el fondo del asunto no es si es verdadero o falso el pantallazo publicado por el periodista.
Veamos cuáles son los factores de fondo:
Primero, el hecho de que los diputados se vieron desprestigiados en su imagen y ahora pretenden castigar a quien filtró el pantallazo (sea falso o verdadero).
Segundo: el golpeteo político entre políticos y partidos. Si el pantallazo es falso, alguien con intereses políticos lo elaboró.
Tercero: lo más grave es que están ocasionando estos políticos es una velada amenaza contra el periodista Alejandro Vivanco para que no vuelva a meterse con ellos, así como al resto del gremio periodístico.
El periodista está protegido legalmente por el Derecho al Secreto Profesional, que le impide revelar la fuente donde se generó la información.
Tampoco puede dar los datos de su cuenta en Facebook, correo electrónico o teléfono para que la policía cibernética ubique el origen del pantallazo.
Alejandro Vivanco tampoco puede ser citado por el Ministerio Público para ser interrogado sobre su material informativo. Ni revisadas sus herramientas de trabajo.
Eso la saben los diputados. Pero reiteramos que la denuncia penal es una amenaza velada; es un aviso para que nadie del gremio periodístico se ocupe de ellos.
De acuerdo con el propio Alejandro Vivanco, el priísta Eduardo Orihuela Estefan lo amenazó con denunciarlo penalmente si no hacía una aclaración y la tuvo que hacer.
No es la primera vez que a estos diputados se les descubre en alguna maniobra. Ya el periodista Armando Saavedra los encontró con el ex comisionado Alfredo Castillo Cervantes en el hotel Best West del Centro de Convenciones.
Las cosas caen por su propio peso.
Eso sí, los periodistas debemos de auto protegernos. Pero la primera medida para ello es ser muy rigurosos en la veracidad de la información. Publicar información sustentada, verificada, comprobada. Sólo de esa manera podremos descubrir las oscuras y perniciosas maniobras de políticos y funcionarios.
Válgase pues, la frase chayotera ¿Qué traen contra nosotros? Para ilustrar las intimidaciones del sistema político contra el gremio periodístico.