Conforme se acerca la fatídica fecha de emisión de la convocatoria de Morena para renovar la dirigencia estatal y nacional, los interesados en la contienda del 2021 aceleran el paso para incidir en el congreso estatal y fortalecer sus expectativas electoreras.
Por toda la entidad, algunos senadores y diputados forman, de manera desproporcionada, “casas de enlace” que no son otra cosa que estructuras electorales. Los presidentes municipales que contendieron por Morena y aquellos que se han sumado al partido trabajan para posicionar a alguno de los militantes con posibilidades de elegirse presidente estatal, a fin de contar con alguien seguro para intervenir a favor de sus aspiraciones electorales futuras.
Los que han anunciado su suma a la 4ª transformación y que no son militantes todavía, exigen formas y maneras para actuar dentro de morena con la misma finalidad que los otros arriba mencionados, a sabiendas que, sin injerencia en el proceso electoral por venir, las posibilidades de concretar sus aspiraciones personales o de grupo que albergan y que son la causa por la que han llamado a la puerta de Morena, disminuyen considerablemente.
Cabe aclarar aquí que existen nuevos simpatizantes trabajando actualmente en Morena y, de manera respetuosa, juegan el papel que les corresponde y por ese motivo tienen el reconocimiento de la militancia en la entidad y no es a ellos a quienes aquí nos estamos refiriendo.
A Morena, partido actualmente en el poder, poco a poco vienen acercándose personajes o militantes que en otro momento lo fueron de otros partidos políticos. Todavía en la elección federal última estaban fortaleciendo a José Antonio Meade o Ricardo Anaya y tildando de loco al actual presidente. A muchos de ellos los invitamos en el 2015 a sumarse a la candidatura de María de la Luz al gobierno de Michoacán e, incluso, a participar como candidatos a diputados y presidentes municipales; a sabiendas que Silvano Aureoles, candidato en ese entonces por el PRD, era el alfil de Peña Nieto, lo que, para el caso de los que habían militado en la izquierda electoral, representaba una afrenta a sus principios y programa.
Lo sabían, porque Silvano Aureoles, hoy gobernador, había sido un factor importante para la firma del “Pacto por México”, que derivó en las contra reformas en el ámbito laboral, energético, educativo y fiscal en contra de todos los mexicanos. Pero nada les importó más que la expectativa de verse reflejados en el presupuesto y como actores políticos a manera de funcionarios o representantes populares (ni tan populares).
Saben todos éstos que no pueden ingresar al partido como es su más ferviente deseo, pues las afiliaciones están cerradas y no se abrirán hasta que haya pasado el cercano proceso de renovación que ya he comentado al principio. Ello hace que busquen afanosamente y a su estilo (la práctica política de donde vienen), formas no muy correctas para influir en el partido en la búsqueda de alcanzar los objetivos por los cuales han emigrado a Morena.
Lo peor es que existan en algunos espacios de dirección, compañeros que no sólo avalan lo anteriormente comentado, sino que lo promueven. Los afanes pueden ser muchos, pero hay uno que es fundamental; bajo el argumento de que tenemos que sumar a toda costa, “tal y como lo hizo AMLO en la elección pasada”, a fin de ganar las elecciones de 2021, se le da la bienvenida a quienes quieren llegar.
No importa donde han estado y cuales sean sus credenciales o su conducta política, lo importante es que ya están aquí. Con este jodido argumento, no sólo se pone de manifiesto una visión economicista y electorera de la 4ª transformación sino que, además, se atenta contra los objetivos y principios de morena y se falta al respeto a los militantes. Para quienes al interior de Morena piensan de esa manera no entienden que ganar de esa manera es, en lo inmediato perder y a largo plazo una tragicomedia, una farsa. ¿Acaso no hay ya lecturas suficientes con muchos de los que actualmente tenemos como nuestros representantes y que no surgieron del partido?
Morena irá al encuentro de su renovación de la dirección estatal y, con ella, se definirá el perfil del partido de cara a las elecciones del 2021 y ello es una cuestión estratégica que puede consolidar a morena como un ente político de nuevo tipo. Esta trascendente acción deberá cuidarse en lo más mínimo, en sus detalles y tratar en todo momento de ceñirse a sus principios y estatutos, a fin de no tomar decisiones dañinas que parezcan buenas.
Es menester que aquellos que aspiran a formar parte del partido coadyuven a que este proceso de renovación se lleve a cabo en las mejores condiciones. Y, la mejor forma de hacerlo está en el pleno respeto a los actuales militantes y a los documentos básicos que norman la conducta partidaria. Eso significa que por el momento deben hacerse a un lado y dejar que quienes hoy tienen el derecho y la obligación actúen en libertad y resuelvan lo que para morena sea lo mejor.
Los presidentes municipales que no son militantes (mayoría), deben de dejar de intentar incidir en el proceso. Es necesario que se den cuenta que de lo que se trata es de construir un nuevo partido y no repetir las practicas anteriores que acabaron con el PRD y los objetivos y principios que le dieron vida. Deben saber que la mejor manera de participar es haciéndose a un lado y no andar promoviendo candidatos entre la militancia. Deben observar los estatutos de Morena antes que nada y actuar en consecuencia; el proceso le corresponde a los actuales militantes y no a aquellos que en su momento no aceptaron afiliarse. Porque oportunidades tuvieron, pero en ese momento sus intereses fueron otros. Si de verdad quieren ser parte del partido y la 4ª transformación deben mantenerse al margen del proceso de renovación de sus órganos partidarios.
Está bien, pero hay que desenmascararlos antes de que puedan fortalecerse de alguna manera y que logren imponerse. Cualquier información que tengamos de ellos darla a conocer para evitar que sorprendan a compañeros y terminen ganando posiciones; no sólo el partido está en riesgo, sino la justicia social y el futuro de todo el país.