POR ANDRÉS RESILLAS/FOTOS EDGAR RESILLAS
YURÉCUARO. Más de cuatro mil jornaleros agrícolas que llegan cada año a Michoacán para trabajar se quedaron sin beneficios sociales con el cambio en el Gobierno de la República, el cual dejó de hacerse cargo de los albergues temporales instalados en los municipios de Yurécuaro y Tanhuato, en el Bajío michoacano.
Los propios jornaleros lamentaron que a partir del 2018 los albergues ya no son administrados por la entonces Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) que desapareció para dar paso a la Secretaría de Bienestar Social.
El comedor comunitario, las becas escolares, jornadas de alfabetización, atención a niños en el nivel de preescolar, jornadas de salud, así como otros apoyos institucionales desaparecieron junto con el gobierno federal priísta.
Incluso en los sexenios de los panistas Felipe Calderón y Vicente Fox los jornaleros agrícolas fueron apoyados en su estancia en tierras michoacanas.
El secretario del Ayuntamiento de Yurécuaro, Cristian Banda Jasso, afirmó que al desatenderse el gobierno federal de los albergues, la administración municipal se tuvo que encargar de los inmuebles para que no quedaran desprotegidos sus huéspedes.
“Existe un Comité interinstitucional que se creó para darles atención a las personas que llegan a trabajar.
“Pero desde que asumió la alcaldía, el presidente municipal decidió atender los inmueble, pues observamos que la Federación los dejó a la deriva”.
El funcionario informó que ahora cada albergue cuenta con un responsable o encargado, el cual recibe a los trabajadores y sus familias, les asigna las habitaciones y vigila que se mantenga el orden.
Banda Jasso indicó que a cada familia se le cobran 25 pesos semanales por familia, ello para recuperar en algo los gastos de mantenimiento de los Albergues, así como el pago de servicios.
“Es gente muy pobre. El cobro es algo simbólico. El Ayuntamiento les auxilia en todo lo posible, incluso cuando alguien enferma se le lleva al centro de salud y se les proporciona las medicinas que requiere”, explicó.
LOS POBRES DE LOS POBRES
Vienen de las zonas más pobres de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán; en su gran mayoría proceden de pueblos indígenas donde la falta de empleo y la precaridad laboral está presente.
En la zona Agrícola que comprenden los municipios de Yurécuaro, Tanhuato y Vista Hermosa se cultivan productos de exportación. Chiles morrón y serrano, jitomate, papa, maíz.
En los meses de mayo a agosto el campo michoacano en esta región requiere de mucha mano de obra; al recolectarse en la tierra, el producto emprende una carrera vertiginosa para llegar hasta el mercado internacional.
Eso implica una mano de obra especializada; rápida y resistente a las inclemencias climáticas; no importa si está lloviendo o la temperatura rebasó los 30 grados; el traslado de los productos no se detiene y quien aguanta más, gana más.
PARA MUESTRA BASTA UN BOTÓN
Eva Sandoval es indígena que viene a Yurécuaro para ganar entre 200 y 300 pesos diarios en la actividad agrícola.
Ese sueldo implicará cerca de 10 horas agachada recolectando chiles. Por sus manos pasarán cientos de unidad que terminan en el tráiler que partirá esta noche hacia los Estados Unidos.
Es una carrera contra el tiempo.
Un capataz vigila que todos los jornaleros no disminuyan el ritmo de la recolección.
Satisfecha por el salario ganado, pero Eva carga un cansancio que no desaparecerá con las ocho horas que dormirá en un cuarto de tres metros, sin muebles y con una cama en el suelo.
Eva y su marido se mal alimentan. Dice que a veces el atún y la sardina son el plato principal de su comida; otras veces, frijoles, tortillas, chile y rara vez carne o pollo.
“Ganamos dinero para tener el resto del año. En nuestra comunidad no hay trabajo como aquí. Allá la tierra es pobre y no da buenas cosechas. Mucha gente tiene que salir a buscar el trabajo a otros estados.