PUNTO DE ENCUENTRO: LA MÁS GRANDE CONTRADICCIÓN DE AMLO. Por Marisela López Díaz

“El arte de agradar es el arte de engañar”.
Marqués de Vauvenargues (1715-1747) Moralista

Esta semana, en la que las encuestas siguen mostrando una caída en picada del Presidente López Obrador, entró en vigor el decreto presidencial que establece que las Fuerzas Armadas realizarán tareas de seguridad de manera regulada, fiscalizada y complementaria con la Guardia Nacional, además de acciones de vigilancia.

Ello, sin duda, es un paso a la militarización de este país; otra promesa más que no cumplió el presidente Andrés Manuel López Obrador, y del que hoy, sus seguidores y militantes de su partido, Morena, prefieren guardar silencio ante, hasta hoy, la más grande contradicción del tabasqueño.

Recordará usted que durante los 12 años de campaña proselitista que realizó López Obrador, cuestionó, criticó y señaló la participación del Ejército en las calles durante el sexenio de Felipe Calderón (quien hoy, por cierto, ha de estar riéndose y utilizando aquella famosa frase: “se los dije”).

En su momento, el panista determinó apoyarse de la fuerzas castrenses para reforzar la seguridad en algunos estados donde grupos delictivos prácticamente se habían apoderado de esos lugares.

Incluso recordemos algunas palabras del entonces aspirante presidencial y hoy primer mandatario de este país, pero las cuales no quedarán en el olvido gracias al almacenamiento de información en redes sociales, que por cierto el Presidente quiero controlar, pero ese será otro tema a tratar.

Durante el sexenio de Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador señaló textualmente: “exigimos que el Ejército no se utilice para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles; en esta semana se discutirá una ley para otorgarle facultades al Ejército. Esas son facultades excesivas, no podemos aceptar un gobierno militarista”.

Luego de varios años, sin darnos cuenta y en medio de la crisis sanitaria que ha cobrado la vida de miles de personas en México, el tabasqueño determinó emitir un decreto presidencial para otorgarle lo que tanto criticó: facultades al Ejército para realizar tareas de vigilancia en las calles.

Entonces, ¿dónde quedó su tan cacaraqueada frase en los mítines, “voy a sacar al Ejército de la calles”?, ¿será que, en el fondo, Felipe Calderón tenía razón y se requiere del respaldo de un cuerpo de seguridad con mayor capacidad y profesionalismo para cuidar de los mexicanos?.

Lamentable lo que hoy enfrenta el país, más aún porque los mexicanos de pie y aquellos que acudieron a las urnas a votar por un cambio en este país, siguen esperando un “cambio verdadero”.

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