Como una broma, Silvano Aureoles Conejo, gobernador y Adriana Campos Huirache, alcaldesa de Jacona, en junio 22 comentaban sobre la tranquilidad de la Villa de las Flores.
En esa fecha, ocasión de la entrega de tres patrullas y uniformes para la policía, Silvano y Adriana pronunciaron conceptos que pueden enfadar a la ciudadanía: primero, desde el año 2009 no se dotaba de nuevas patrullas; sólo contaban con tres y la policía hacía su trabajo como podía; segundo, apostarle a la seguridad, es apostar a la tranquilidad de los habitantes de Jacona; y, tercero, convertir a Jacona en el segundo municipio que cumpla los estándares ¿de seguridad?
Cabe la posibilidad de que esas frases sean fragmentos tomados fuera del contexto de su pieza discursiva y que nuestros gobernantes pretendían expresar otra cosa; pero, si, efectivamente dijeron eso, así como se escucha en los videos y se lee en la prensa, entonces alguien no cumplió y/o nos han mentido.
¿Nadie es responsable?
Por lo menos, desde la administración de Fausto Vallejo Figueroa, la policía ha estado o estuvo dirigida por el gobierno estatal, según se lee en los llamados convenios para la integración del mando unificado policial del estado de Michoacán. Desde luego, hoy nos pueden decir que el mando “humificado” ya no es vigente.
La cláusula primera del convenio suscrito por los municipios en 2014 dice: “El presente convenio tiene por objeto la cesión por parte del municipio y la asunción de el estado, en la dirección de las funciones de coordinación, operación, supervisión y de control de la función de los cuerpos de seguridad pública, tales como policía municipal, tránsito, protección civil, bomberos, y cualquier otro de naturaleza análoga, en coordinación del municipio” (Periódico Oficial, 14-07-2014, p. 3).
Tales convenios son unas joyas de supeditación del municipio sin garantía de seguridad y de formación policial para el futuro. Entre otras obligaciones del municipio figuran: I. Someter al mando de la Secretaría al personal operativo y administrativo de los cuerpos de seguridad pública en los términos de este convenio; III. Transferir a el estado los recursos correspondientes al pago de la nómina de los elementos de los cuerpos de seguridad pública que se destinen al mando unificado; IV. Enteraroportunamente a el estado todos los recursos que le sean transferidos para ser destinados a la seguridad pública municipal.
Además, el municipio transfiere todos los recursos que usa y/o posee: “las partes convienen la transferencia, el uso y disfrute de los bienes muebles e inmuebles, equipo y parque vehicular, armamento, sistemas, bienes intangibles y, en general, todo lo que esté afecto al servicio de los elementos de los cuerpos de seguridad pública, previo acuerdo específico celebrado entre ellas…”.
¿De quién es la responsabilidad? ¿Quién debería cuidar del equipamiento y conservación de los bienes tangibles e intangibles de la policía? No digo que Cabrera, Adriana y quienes les han precedido no tuviesen responsabilidad alguna, pero la lectura del convenio no deja lugar a dudas de quién maneja (ba) y dirige (ía) los cuerpos policiacos.
La cláusula cuarta también precisa que todas las asignaciones adicionales a los ingresos que perciban los elementos de los cuerpos de seguridad pública del municipio integrados al mando unificado (en efectivo o en especie; federales o locales) se trasladarán al Estado para su administración, uso y disposición (PO, 14-07-2014, p. 5).
Por otra parte, las obligaciones del Estado, en realidad son imposiciones al municipio, son obligaciones para éste: I. La Secretará se compromete a establecer el procedimiento para la convocatoria, reclutamiento, selección e incorporación de los elementos de seguridad; II. Formular el programa de trabajo … indicadores, metas y procedimientos de evaluación … ; III. Diseñar y fijar los protocolos de actuación y homologación operativa…; IV. Implementar mecanismos de evaluación.
Si el Estado disponía de los recursos, si el titular de la Dirección de Seguridad Pública municipal y los elementos a su cargo quedarán, para efectos operativos, bajo el mando y subordinación del mando unificado (PO, p. 5), si las partes acuerdan que el Estado sustituye a el municipio en la titularidad de la las relaciones administrativas correspondientes a los cuerpos de seguridad (PO, p. 4), ¿De quién es la responsabilidad?
La tranquilidad de Jacona
La violencia no surge con Adriana, no lo generó Rubén. No es una responsabilidad personal de ellos, pero más de alguno de los actuales funcionarios públicos vienen ocupando un puesto tras otro y no tienen derecho de imputar a las pasadas administraciones de lo que ocurre ahora.
En los años recientes Jacona aportaba 4-6 homicidios mensuales, pero junio de 2019 -el mes de las patrullas y uniformes nuevos, de las 66 víctimas registradas en la conurbación Zamora-Jacona,16 son de la Villa de las Flores y de éstas, 12 son homicidios. De los 44 homicidios, el 27.27% (15/44) ocurrieron en la demarcación gobernada por Adriana.
Julio se anuncia peor
De las 33 víctimas registradas en la conurbación, 22 ocurrieron en Jacona y de éstos, 20 son homicidios y 5 heridos. Jacona ha superado todas las cifras pasadas y logró un alto récord de efectividad: 77.27% (20 decesos/22 total de víctimas).
Nada tienen que ver las tres nuevas patrullas en el incremento de los homicidios, pero ahora, Jacona supera con mucho a Zamora: de las 22 muertes, 20 se contabilizan en la vecina Jacona.
Y en Jacona, como en Zamora es posible identificar zonas con mayor incidencia en ciertas temporadas debido a componentes particulares de algunas colonias -como Nuevo Porvenir- o a simples coincidencias. De ello, sin duda, el personal de seguridad pública tiene amplio conocimiento.
Sabiendo del comportamiento de la violencia (dónde, cómo, cuántos) en la conurbación, y que la Secretaría de Seguridad del Estado tuvo (¿tiene?) amplia intervención (decisión) en los municipios, resulta un poco ofensivo escuchar que en más de diez años no se contaba con suficientes patrullas ni chalecos anti balas. Entonces, ¿cómo se le ocurrió al gobierno declarar la guerra al narcotráfico sin cuidar la vida de sus elementos, de sus policías? Y, cómo se puede cimentar la tranquilidad de la población en esas condiciones? Si en estos sexenios no certificaron a las policías, si aún no se cuenta con seguridad social para viudas y huérfanos, ¿el futuro será diferente?
Echando una mirada a la inseguridad imperante, una lectura invertida de la frase apostarle a la seguridad, es apostar a la tranquilidad de los habitantes de Jacona nos lleva, inevitablemente, a la conclusión de que no se ha invertido suficiente ni en forma y tiempos adecuados en políticas de seguridad.
Un homicidio diario en Jacona hasta el cierre de ayer jueves a las 9:40 horas en que fue asesinado Alejandro, conocido como “La Tuna”, allá por Cristo Rey, no habla de tranquilidad.