REDACCIÓN
Un ideal, constancia, amor por el trabajo y su compromiso con la sociedad michoacana son los valores que han permitido al magistrado Sergio Fernández Villagrán llegar a este momento en que cierra su ciclo profesional en la judicatura michoacana; después de una sólida carrera judicial de 40 años, contando con el respeto de sus pares y del personal a su cargo, se retira con la satisfacción de haber cumplido su labor con excelencia y honradez, señaló el magistrado Rafael Ortiz Govea.
Lo anterior, al hacer uso de la voz durante la sesión extraordinaria del pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, en la que se dio lectura al decreto legislativo 134 del Congreso del Estado en donde se da cuenta de la aprobación del retiro voluntario del magistrado Fernández Villagrán, quien hasta este 21 de mayo se desempeñó como titular de la Octava Sala Civil del máximo órgano jurisdiccional del Poder Judicial de Michoacán.
Por su parte, el magistrado Víctor Barragán Benítez expresó un reconocimiento profesional a Sergio Fernández por haber cumplido tan dignamente su carrera judicial “representa usted una huella a seguir para muchos mexicanos y michoacanos”; asimismo apuntó “con mucho orgullo el Poder Judicial de Michoacán ha hecho suya la frase del generalísimo Morelos que aquí se encuentra: Que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el arbitrario”.
El magistrado presidente Héctor Octavio Morales Juárez destacó “es un momento muy emotivo para mi persona pues nuestras carreras judiciales fueron paralelas y me precio de conocer de su capacidad, disciplina en el trabajo y honestidad con la que se ha conducido en su vida profesional”.
El magistrado Fernández Villagrán agradeció los mensajes de sus pares y afirmó que sólo tiene palabras de gratitud al culminar su carrera judicial, “He sido uno más que a diario ha vivido el proceso jurisdiccional, que antepone a su interés personal el interés común y que con valentía dicta sus resoluciones pues es sabido que el juzgador debe tener tanto conocimientos jurídicos como mantener conductas y principios que permitan confiar en el ejercicio de la función que se le encomienda”.
“Y como dicta la Carta Magna, ser honesto, imparcial, independiente, con capacidad humana para juzgar a sus semejantes, que sea formado en el duro quehacer del análisis, el estudio objetivo y la investigación profunda de los hechos sometidos a su consideración hasta encontrar la justicia” finalizó.